Arsenal nuclear de Pakistán

Pakistán, un Estado del sur de Asia que se ubica en una de las regiones más estratégicas del planeta, planea continuar desarrollando su tríada nuclear con el afán de establecer un programa de defensa que la mantenga resguardada de sus vecinos.

Y es que, como lo define el redactor de The National Interest, Kyle Mizokami [1], Pakistán debe de convivir en un “difícil vecindario” con países como Irán, Afganistán e India limitando en sus fronteras.

Es precisamente en este contexto, que se ha lanzado  Pakistán a la conquista de una doctrina nuclear que contrarreste las futuras amenazas que puedan surgir.  Y es en este contexto que Pakistán se describe asimismo como un “participante renuente en el club de naciones con armas nucleares, obligado por la conducta de la India en 1974, – y su prueba nuclear “pacífica” – a desarrollar una capacidad compensatoria”. [2]

Las percepciones de debilidad y fragilidad del Estado pakistaní se remontan a la guerra de 1971 con India la cual le costó la pérdida de la mitad de su territorio – la llamada Pakistán Oriental – que posteriormente se convirtió en una nación independiente, que hoy conocemos como Bangladés. Asimismo, sufrió la captura de más de 90 mil prisioneros de guerra, haciendo de esta derrota, la que impulsó a la nación soberana de Pakistán a perseguir un programa de armas nucleares ambicioso.

Estableciendo un programa nuclear

Pero, sin embargo, y a pesar de que el programa nuclear se remonta hasta la década del 50, no fue hasta la llegada al poder de Zulfikar Ali Bhutto que el programa nuclear pakistaní comenzó a ser de prioridad. Su derrota con la India expuso su vulnerabilidad y la creciente decadencia de sus Fuerzas Armadas, alcanzando la determinación necesaria para conseguir un plan nuclear propio.

“Si India construye la bomba, comeremos pasto y hojas, incluso pasaremos hambre, pero obtendremos una propia”.

Zulfikar Ali Bhutto [3]

Con la ayuda de Abdul Qadir Khan, un metalúrgico que trabajaba en Occidente y que regresó a su país de origen en 1975, fue que Pakistán comenzó a acumular uranio enriquecido y plutonio y comenzó a diseñar las armas atómicas.

El primer modelo fue finalizado en 1977 y “probada en frío” en 1978, para posteriormente ser almacenadas desmontadas hasta 1998, cuando luego de que la India detonara seis bombas en un lapso de tres días, Pakistán lanzó cinco bombas en un solo día y una sexta bomba tres días después.

Pakistán se declara potencia nuclear

Luego de las pruebas nucleares del 98, Pakistán alega que las mismas fueron solo “en interés de la autodefensa nacional  para disuadir la agresión, ya sea nuclear o convencional”.

Expertos en el aérea, han determinado que la capacidad de fabricación de bombas nucleares en Pakistán, es de 20 dispositivos al año, lo que significa que, además de la reserva que ya posee actualmente, – entre 110 a 130 bombas – Pakistán podría estar en camino a convertirse en la tercera potencia nuclear más grande del mundo, o así lo estableció el Carnegie Endowment for International Peace and the Stimson Center.

La tríada nuclear

Actualmente, Pakistán posee una “tríada” nuclear de sistemas de distribución nuclear basados en la tierra, en el aire y en el mar. “Se cree que Islamabad modificó los aviones de combate F-16A y posiblemente los de fabricación francesa para lanzar bombas nucleares en 1995”, asegura Mizokami.

Por otro lado, los sistema de distribución nuclear basados en tierra, se encontrarían en forma de misiles con diseños cimentados en modelos chinos y – muy posiblemente – norcoreanos. Estos serían los misiles balísticos de la serie Hatf, que poseen la capacidad de portar ojivas nucleares. También se encuentran los misiles balísticos terrestres de superficie media a tierra Shaheen-III.

Por último, la tríada se vería completada con la posibilidad de distribuir sus capacidades nucleares en el mar, y este estaría conformado con los misiles de crucero de la clase Babur. En el año 2017, Pakistán efectuó su primer lanzamiento de misil de crucero con capacidad nuclear en una prueba submarina del misil Babur-3 con un alcance de 450 kilómetros.

Pakistán no se encuentra dentro de los Estados firmantes del Tratado de no proliferación de las armas nucleares (Non-Proliferation of Nuclear Weapons NPT) y es el único país que bloquea las negociaciones del Tratado de cesación de la producción de material fisible (TCPMF), principalmente bajo la argumentación de que, la creciente capacidad de la India en materia económica, política y militar, plantea un escenario poco favorable para Pakistán y la intensión de terceros de que éste limite su producción.

Por consiguiente, a medida que las capacidades nucleares de Pakistán aumentan, acrecientan también, la incertidumbre en la región. La presencia de células terroristas, insurgentes y la influencia de los talibanes en el país, elevan la preocupación de que algún día dicho arsenal pueda caer en las manos equivocadas.  Sin embargo, Pakistán afirma que posee el control total sobre sus armas nucleares y niega la posibilidad de que dichos grupos puedan hacerse con el arsenal o siquiera acceder a las instalaciones.

En conclusión, Pakistán continuará fortaleciendo su tríada nuclear y desarrollando nuevas capacidades mientras su relación con India continué siendo tensa y de marcada desconfianza. Hay que recordar que Pakistán luchó tres guerras contra la India, en las cuales perdió, desde que lograse su independencia en 1947.

[1] Kyle Mizokami “Pakistan Could Have as Many As 130 Nuclear Weapons”

[2] Toby Dalton and Michael Krepon “A Normal Nuclear Pakistan”

[3] http://www.nti.org/learn/countries/pakistan/nuclear/

[4] Carnegie Endowment for International Peace

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