El submarino ARA “San Juan”, se encuentra extraviado y sin rastro de su paradero. A pesar del descomunal esfuerzo realizado por la coalición de búsqueda, el submarino continúa sin aparecer.

Los primeros 7 días  del operativo SAR (Search and Rescue), fueron claves para aquellos que esperaban encontrar con vida a los tripulantes del submarino, pero pasada la fase crítica, la Armada Argentina aceptó la derrota, y comenzó la segunda fase que sólo implica la búsqueda del navío, sin la esperanzas de encontrar supervivientes, pero si, con el claro  objetivo de esclarecer lo sucedido.

El ARA “San Juan” es un submarino tipo TR-1700, fabricado en Alemania, y traído al país en 1985, año de su incorporación a la Armada y entrada en servicio. El mismo, es un navío oceánico que funciona con un sistema de propulsión diésel-eléctrica convencional y  un sistema de snorkel. El submarino fue creado para realizar tareas de ataque a fuerzas de superficie y submarinos, y diseñado para lidiar contra el tráfico mercante de alta velocidad y operaciones de minado.

En 2008,  se inició una obra de reparación en los talleres de Cinar Tandanor, denominada de “media vida” que pretendía extender la vida útil del submarino hasta 30 años más. Así, se dio comienzo a una descomunal obra de reparación que involucró el  reemplazo de los 4 motores diésel MTU de 16 cilindros, como también, la reparación integral de cada una de las 960 baterías que hacen funcionar al submarino. La obra finalizó en el 2011,  volviendo éste, al servicio de la Armada.

Sin inconvenientes, a principios de noviembre, el submarino se encontraba en Ushuaia, participando de los ejercicios militares Etapa de Mar III en las aguas del Canal Beagle, para prepararse en ejercicios de adiestramiento integrado y patrullaje marítimo en conjunto con la Aviación Naval y la Infantería de Marina.

Una vez finalizado el mismo, el submarino zarpó rumbo a su apostadero habitual en la ciudad de Mar del Plata, el lunes 13 de noviembre desde la Base Naval Ushuaia, mientras a su vez, pretendía ejecutar tareas de supervisión en la zona económica exclusiva argentina.

A bordo de la nave, viajaban 44 tripulantes, entre ellos, 43 hombres y una mujer, la primera submarinista del país.

Sin embargo, un día después de hacerse a la mar, el submarino alertó sobre “un cortocircuito que había en las baterías”, pero continúo su viaje a Mar del Plata siguiendo las órdenes directas que le indicaba continuar con el viaje pero por la ruta más directa.

El 15 de noviembre del 2017,  el ARA “San Juan” toma contacto por última vez a las 7.30 de la mañana, reportando así, su última posición y perdiendo comunicación para siempre.

El ARA San Juan reporta avería y principio de incendio

El día de la desaparición, el capitán del navío, informa sobre “un principio de avería” en el sistema de baterías debido a la entrada de agua a través de la tubería del snorkel, generando un cortocircuito en la alimentación de baterías. El problema es solucionado rápidamente y el submarino permanece en ruta.

Pérdida de contacto

A las 7.30 de la mañana del día miércoles 15 de noviembre, el submarino ARA “San Juan” reporta su última posición a la altura del Golfo de San Jorge a 240 millas náuticas mar adentro, al sudeste de la Península Valdés.

Por protocolo, el submarino debe reportarse dos veces al día, sin embargo, la preocupación por la falta de comunicación no alerta todavía a las autoridades que lo considerar una simple “falla en las comunicaciones”.

Inicia la búsqueda del submarino

16 de noviembre, la incomunicación persiste, y los intentos por comunicarse con el submarino fallan alertando a la Armada de la situación. De esta forma la Armada procede a iniciar  la búsqueda por mar y aire, y a alertar a los buques que transita la zona.

El viernes 17 de noviembre, luego de la búsqueda por mar y aire,  se verifica que no se logró hacer ni contacto visual, ni radar ni sonar con el submarino y la Armada confirmó públicamente que no tiene información sobre el  submarino, lanzando el aviso de protocolo de Búsqueda y Rescate de submarino (SARSUB).

La Armada Argentina comienza a recibir asistencia de otros países como Brasil, Chile, Uruguay, Perú, Estados Unidos y Gran Bretaña. La noticia repercute rápidamente en los medios de comunicación mundiales y comienza un histórico despliegue de recursos nacionales e internacionales.

Hasta el momento, la Armada establece que la problemática radica en una “falla en la comunicación” y no se apresura a sacar conclusiones, alegando que es muy común que haya problemas de comunicación sin necesidad de estar ante un siniestro, aunque no se descarta ninguna posibilidad.

El vocero de la Armada, Enrique Balbi, asegura que el submarino “No es que está perdido, para estar perdido hay que buscarlo y no encontrarlo”.

Se detectan llamadas

El 18 de noviembre, se anuncia que se detectaron siete intentos de llamados satelitales. Más tarde, luego de analizar la procedencia de las llamadas se descarta que pueda tratarse del ARA “San Juan”. Se suman a la misión de  búsqueda y rescate, diez naves de la Armada Argentina, ocho aviones y un satélite.

El clima amenaza con sabotear la búsqueda

19 de noviembre, las severas condiciones meteorológicas dificultan el operativo de búsqueda y rescate en superficie. Por este motivo, se suma a la búsqueda, el mini submarino no tripulado de la Armada de Estados Unidos, Bluefin 12D (Deep) UUV.

Se capta un ruido anómalo

20 de noviembre, una sonda capta “un ruido” a 200 metros de profundidad y a unos 360 kilómetros de la Península Valdés. Más tarde se confirmó que no se trataba del submarino.

Asimismo, se encuentra una balsa vacía en el mar y se divisan bengalas, pero se confirma que tampoco corresponden al submarino perdido.

El martes 21 de noviembre, la búsqueda marítima se refuerza tras la mejora del clima y zarpa un buque noruego con el Comando de Rescate Submarino enviado por Estados Unidos. Se divisaron tres bengalas, pero no se pudo determinar su origen.

El miércoles 22 de noviembre, se reanuda la búsqueda por cielo y mar con condiciones meteorológicas óptimas.

Se registra una explosión

El jueves 23 de noviembre, la Organización para la Prohibición Total de Pruebas Nucleares (CTBTO) identificó desde sus dos estaciones de hidroacústicas,  una “anomalía hidroacústica” el mismo día de la desaparición del submarino a las 10:51 AM.

La anomalía hidroacústica fue detectada a 60 Km de la zona donde se produjo el último contacto. Asimismo, se la definió como una  implosión dado que la misma se habría originado desde dentro del submarino y fue descrita por el vocero de la Armada como “Un evento anómalo, corto, violento, singular y no nuclear, coincidente con una explosión”.  Por consecuencia, se dispuso el traslado del equipo de búsqueda a la zona donde se detectó la explosión.

El presidente habla por primera vez

El 24 de noviembre, Presidente de la Nación Mauricio Macri,  habla en público sobre el submarino siniestrado por primera vez y recalca que el navío estaba “en perfectas condiciones” y afirma que se realizará una investigación “seria y profunda”.

Rusia ofrece su experiencia en salvataje de submarinos

El sábado 25 de noviembre, llega a Comodoro Rivadavia, el avión ruso Antonov 124, el avión más grande del mundo. A bordo del mismo arribaron un grupo de rescate y un submarino tele dirigido para sumarse la búsqueda del ARA “San Juan”. Las esperanzas de encontrar el submarino se reanudan.

Operativo SAR llega a su fin

El jueves 30 de noviembre,  en un comunicado conjunto, la Armada y el Ministerio de Defensa de la Nación dieron por finalizado el operativo SAR (Search and Rescue), de búsqueda y rescate.

Por consiguiente, la Armada continúa solamente con la búsqueda del submarino descartando la misión de recate. Sin hacer referencias a la tripulación, el vocero de la Armada Enrique Balbi, se limitó a decir que “ya pasó más del doble de la cantidad de días que determina la posibilidad de rescatar a la tripulación”.

ARA San Juan realizó 8 llamadas antes desaparecer

El submarino se habría comunicado 8 veces antes de su desaparición. Los registros telefónicos quedaron registrados en una planilla de la empresa de telefonía satelital.

Las llamadas ocurrieron el 15 de noviembre entre la 1 de la mañana y las 7.36, franja horaria en la cual la tripulación mantenía su derrotero normalmente.

Balbi alegó “Son las primeras llamadas que hizo el comandante de la unidad informando de la falla y cortocircuito y principio de incendio, humo sin llama”.

En total las llamadas tuvieron una duración de 55 minutos de dialogo con la base.

Estallido fatal

Domingo 10 de diciembre. Circula en los medios la afirmación de un experto estadounidense en inteligencia naval sobre el destino infortunado del ARA “San Juan”.

Bruce Rule emite su opinión sobre lo acontecido en un informe detallado que se dio a conocer por la Oficina de Inteligencia Naval de los Estados Unidos. Bruce, es un analista acústico que elaboró su teoría en base a la señal acústica captada el 15 de noviembre, día de la desaparición de la nave argentina con 44 tripulantes a bordo.

Bruce explica que el incidente habría liberado una energía similar a una explosión de 5.700 kilos de TNT, a 380 metros de profundidad ocasionando una estallido fatal.

El navío se habría destruido en 40 milisegundos, aseverando la muerte instantánea de la tripulación.  Asimismo, concluye que, el submarino se habría hundido verticalmente a una velocidad de 10 a 13 nudos (18 a 24 kilómetros por hora).

Enrique Balbi, vocero de la Marina, afirma que la teoría del analista acústico Bruce Rule “No deja de ser una opinión personal de un analista en base a información de otra agencia”.

Prosigue la búsqueda del submarino en el lecho marino

Lunes 11 de diciembre, continúa el sondeo del lecho marino en busca del submarino argentino.  Luego de descartar objetos detectados a 940 metros de profundidad, por no corresponder al ARA “San Juan”; continúa el rastreo con cuatro vehículos sumergibles operando en aguas profundas, entre ellos;

Pantera Plus: sumergible ruso no tripulado capaz de llegar hasta los 1.000 metros, que arribó a la zona a bordo del ARA “Islas Malvinas”.

Buque oceanográfico Yantar: de origen ruso, equipado con dos vehículos sumergibles tripulados, denominados Konsul y Rus con capacidad de sumergirse hasta los 6.000 metros de profundidad. También poseen sonare de rastreo en  360º que detectan objetos a una distancia de hasta 300 metros, equipados con cámaras de video de gran fotosensibilidad en color y en blanco y negro.

ROV: sumergible operado a distancia de origen estadounidense, trasladado por el buque Atlantis que también posee la capacidad de sumergirse hasta los 6.000 metros de profundidad.

También se encuentran realizando un mapeo del fondo oceánico el oceanográfico ARA Austral, el Aviso ARA Puerto Argentino, el oceanográfico ARA Puerto Deseado, el AGS Cabo de Hornos, y el buque Investigación Víctor Angelescu.

Todos estos equipos inspeccionan distintos contactos detectados por los sonares en el trascurso de la búsqueda, pero desafortunadamente, ninguno de ellos  corresponden con el ARA San Juan.

El 12 de diciembre, prosigue la identificación de objetos en el fondo del mar, y por primera vez en 24 días de búsqueda, la Armada Argentina, revela imágenes de las profundidades del Atlántico Sur que tienen como protagonistas, otras embarcaciones hundidas. A su vez, se identifican dos contactos más, uno a 840 metros de profundidad y otro a 700 metros pero ambos arrojan resultados negativos.

La búsqueda continua incesante, y el jefe de la Armada, almirante Marcelo Srur, asegura públicamente que no existen plazos para la búsqueda del submarino sino que la continuidad del operativo depende estrictamente  de la voluntad de las naciones participantes.

Familiares del ARA San Juan acuden al Congreso de la Nación

Las familias de los 44 tripulantes, indignados ante la falta de información, deciden acudir al Congreso de la Nación para crear una comisión bicameral investigadora para llegar a la verdad detrás de los hechos que ocasionaron la desaparición del sumergible. La comisión es aprobada el 21 de diciembre.

Miércoles 13 de diciembre, por su parte, el Ministerio de Defensa, crea una comisión especial para investigar de forma exclusiva el extravío del submarino ARA San Juan.

La comisión, integrada por dos contraalmirantes, Adolfo Trama y Alejandro Kenny y por un capitán de navío, Jorge Bergallo, (padre de Jorge Ignacio Bergallo, uno de los tripulantes del ARA San Juan).

Crisis dentro de la Armada

Lunes 18 de diciembre, se otorga el pase a retiro del jefe de la Armada, almirante Marcelo Eduardo Srur, ocasionado por el desgaste de su gestión. El pobre manejo de la crisis tras la desaparición del submarino precipito el retiro del almirante.

Así, se asigna nuevo jefe interino de la Armada al vicealmirante José Luis Villán.

20 de diciembre, a raíz de una denuncia realizada por la diputada Elisa Carrió, la Justicia ejecuta un allanamiento en el edificio Libertad, sede de la Armada Argentina, y secuestra expedientes y documentación para determinar si hubo irregularidades en los procesos de reparación de las unidades navales, primordialmente en el ARA San Juan.

A su vez, el allanamiento se extendió a las oficinas de la empresa Ferrostaal Argentina, empresa que se encargará del replacado y de la reparación integral de las 960 baterías del submarino desaparecido.

Dichas baterías representan la hipótesis central del causante del siniestro del ARA San Juan.

Búsqueda del ARA San Juan: Recambio y abastecimiento

Por motivos de reabastecimiento y recambio de personal, sólo se encuentran en el área de búsqueda, el destructor ARA Sarandí y el aviso ARA Islas Malvinas.

Por su parte, el destructor ARA Sarandí reemplazó al destructor ARA La Argentina. El sumergible  ROV ruso Panther Plus se encuentra a bordo del ARA Isla Malvinas y continua operado.

El buque oceanográfico Atlantis de Estados Unidos, también por tareas de reabastecimiento y recambio de personal, arribó a la Base Naval Mar del Plata. Asimismo, el buque oceanográfico Yantar de la Federación Rusa, realiza la misma tarea pero en el puerto de Buenos Aires.

Luego de finalizada dicha tarea, ambos barcos regresan para continuar la búsqueda del submarino.

Consecuentemente, el mapeo del fondo oceánico continua, pero todos los contactos detectados por los sonares han descartado la posibilidad de que se tratase del ARA San Juan.

Estados Unidos abandonan la búsqueda del submarino

Jueves 28 de diciembre, el buque oceanográfico Atlantis, de la Marina de los Estados Unidos,  deja el área de operaciones y abandona oficialmente las tareas de rastrillaje.

Por otro lado, en un comunicado oficial, la Armada informa que  “no hay nuevos contactos”, señalando que continuará la búsqueda con el destructor ARA Sarandí y el aviso ARA Islas Malvinas con el ROV (vehículo operado remotamente) ruso Panther Plus a bordo y el buque oceanográfico Yantar de la Federación Rusa.

2 de enero, el vocero de la Armada, Enrique Balbi, destaca la posibilidad de contar  con la colaboración de un servicio de búsqueda privado. Esto se debe a la posibilidad de que Rusia pueda abandonar, en un futuro próximo, la búsqueda del submarino.

Con esta idea en mente, la Armada Argentina busca alternativas a la colaboración que actualmente presta la Federación Rusa con su buque oceanográfico Yantar y el ROV (vehículo operado remotamente) ruso “Panther Plus”.

Lo que el ARA San Juan nos dejó

Tristemente, luego de una tediosa búsqueda incesante, el submarino ARA San Juan continua evaporado, sepultado en un mar de desconcierto.

La aparente desidia inicial del 15 de noviembre duró poco, y a medida que la noticia se fue haciendo eco entre la comunidad internacional, el pueblo Argentino salió resonante a exigir respuestas que no llegaron nunca.

Ahora, las familias de los 44 tripulantes, lloran su perdida sin consuelo ante el afligido desenlace de los eventos que condujeron a la tragedia.

Las familias ya no esperan sobrevivientes, saben que no es posible, pero anhelan con ansias el esclarecimiento de la verdad sobre los acontecimientos que acarrearon al siniestro del submarino, y con ello, eventualmente, un poco de paz.

Pero la búsqueda de la verdad depende casi indiscutiblemente de la fuerza colaborativa de entidades extranjeras, que con voluntad inquebrantable,  quieran continuar con la ferviente tarea de escrutar el lecho marino en busca de un submarino que antes de estar perdido, había sido olvidado.

Pero esto no sorprende a los argentinos, que han visto y vivido la indiferencia ejercida de un Estado ausente que no se interesa por su propia defensa.

No se necesita ambicionar ser una potencia militar para proyectar una política de defensa nacional coherente, pero para un Estado resentido, las necesidades defensivas de nuestro país parecen no serle suficiente razón para poner en práctica políticas de Estado eficientes.

Vestigios quedaron de una Armada pujante, que hacía la primera mitad del siglo XX, relucía una moderna flota de barcos y el título oneroso de ser una de las Fuerzas Armadas más completas de América Latina.

Pero las constantes crisis económicas y un contexto histórico- político poco favorable, hicieron de las Fuerzas Armadas, un preso político con promesas incumplidas, líderes ambiguos y falta de prospectiva.

Nos basta solo con mirar el porcentaje presupuestario que se destina a la Defensa Nacional y reflexionar sobre ello. Sólo el 0,9% del PBI se destina a tal fin, entendiendo que, el 80% se destina al pago de salarios y retiros, el 12% al funcionamiento y mantenimiento para la operatividad de la Armada, restando un simbólico 3% para re equipamiento y presunta modernización.

La desinversión  progresiva no fue casual, sino que fue producto de un acto premeditado de desarticular una fuerza que había perpetrado un intervencionismo militar forzoso, haciendo uso de la violencia legítima del Estado,  en detrimento de las instituciones políticas del país.

El  mismo feneció en una escena fatídica envuelta en una violencia sistematizada que hirió de muerte a unas fuerzas armadas que ya no se puede recomponer.

Así, nos quedamos con una sistema añejo, que oscila entre los 30 y 50 años de antigüedad. Muchos podrán decir, que dada las circunstancias actuales, una tragedia así era de preverse.  

A tal modo, y a raíz de ello, se ha desatado una crisis que incomoda y que ambiciona un debate adeudado en nuestro país. Por un lado, la discusión imperiosa sobre la importancia de la defensa a nivel nacional,  y sopesar los costos futuros que la falta de la misma conlleva. Y por otro lado, entender desde la ciudadanía, el rol de las Fuerzas Armadas y su necesidad de re equipamiento y modernización.

Para nuestro presente, y para la posteridad, deliberemos sobre lo que el ARA San Juan nos dejó, y discutamos en ciudadanía y fraternidad sobre estas dos reflexiones sustanciales, y de las muchas que hay por formular, sobre los acontecimientos que derivaron en la desdicha que golpeó a 44 familias y puso en evidencia a una Nación desprevenida.

 

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6 COMENTARIOS

  1. “Y por otro lado, entender desde la ciudadanía, el rol de las Fuerzas Armadas y su necesidad de re equipamiento y modernización”, Para ello es imprescindible, en primer lugar, que desde la política y quienes gobiernan tomen debida conciencia sobre esos dos aspectos. Cosa que dudo, en mi opinión….lamentablemente.

  2. “La desinversión progresiva no fue casual, sino que fue producto de un acto premeditado de desarticular una fuerza que había perpetrado un intervencionismo militar forzoso, haciendo uso de la violencia legítima del Estado, en detrimento de las instituciones políticas del país.”. Particularmente creo que la pretérita intervención de las FF AA en la política es tan solo una excusa para destruir militarmente a la República Argentina, sin hacer una guerra, y en favor de intereses foraneos. Si vamos al caso, la República de Chile también padeció una dictadura militar, y sin embargo sus FF AA son una de las mas profesionales y equipadas de la región. Bendiciones.

    • osea me estas diciendo que las ffaa no las movieron el sentimiento patriotico de libertad e independencia, sino mas bien fueron en su conjunto las entregadoras en bandeja a potencias extranjeras dictadas bajo la normativa de la operacion condor?

  3. Espero algun dia lo encuentren, pero no creo que sea en el corto plazo. Desde la ultima transmision, hasta la fecha/hora que se registra la implosion, sumando la velocidad de navegacion, da un radio de de busqueda enorme, en terreno geologicamente muy accidentado…algo a tener muy en cuenta….!!!

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