Gripen (Foto: Peter Liander/Saab)

El Comando de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) y los directivos de la empresa sueca Saab se reunieron en Brasilia el jueves para tratar las negociaciones para la compra de Embraer por la estadounidense Boeing. Las fuentes escuchadas por EXPRESSO revelaron que el clima en la FAB y en la compañía europea es de irritación con la empresa estadounidense, que pasaría a tener actuación en el desarrollo del proyecto FX-2.
El proyecto prevé la producción de 36 cazas suecos Gripen con transferencia de tecnología para el país, además de permitir a Brasil vender las aeronaves con la nueva tecnología a otros países.

Por parte de Saab también pesan la preocupación de perder espacio en las futuras adquisiciones de aviones por el gobierno federal y hasta la posibilidad de que las instalaciones creadas para el desarrollo de los cazas suecos en Brasil queden paradas tras la entrega de las 36 aeronaves, ya que no interesaría a Boeing producir el modelo competidor.

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4 COMENTARIOS

  1. Aquí se va a desarrollar una lucha entre un león y un ratón. EE.UU tiene ambiciones hegemónicas en esta parte del planeta. Para ellos es hora de acabar con la industria aeronáutica brasileña “independiente” que nunca lo fue. Brasil ha desarrollado su industria aeronáutica todo cuanto pudo. Pero solo se ha convertido en un desarrollador (excelente) de células. Ha desarrollado productos excelentísimos para ciertos nichos de mercado, como aviación de aporte ligero (turbohélicas y jets), ejecutivos y transporte de corto y medio alcance. Asimismo ha desarrollado muy buenos entrenadores básicos, modernos y rendidores, con excelente relación precio-calidad. Pero el gigante norteamericano va a ponerle freno al posible futuro gigante sudamericano. La incursión en aviones de transporte medio militares, sistemas aew y ahora cazas de combate (de diseño sueco, pero con transferencia tecnológica total y posibilidad de exportación) ha puesto una señal de alerta en el Tío Sam. EE.UU va por todo. Va a adquirir la línea completa de transportes de pasajeros ligera y media, de la que Boeing carece por completo. Es más fácil hacerse con una cartera de productos exitosos en todo el mundo que gastar miles de millones de dólares en desarrollos en un mercado muy competitivo y altamente volátil. El Super Tucano es un competidor directo de Texan II, y el Grippen E/D seguramente dejará de producirse en Brasil cuando Embraer pase a manos de Boeing. Los proyectos de aviones Aew van a correr una suerte similar. Así las cosas Brasil se ve frente a un gran dilema. No puede menospreciar la oferta estadounidense si quiere seguir creciendo; pero si la rechaza, probablemente EE.UU será renuente a seguir entregando a Brasil armas avanzadas, motores, electrónica, sistemas, logística de primer orden (directa), etc., todo lo cual condenaría a la industria brasileña a buscar otros horizontes lo que significaría retrasar muchos años hasta acomodar sus productos actuales y futuros a nuevos estándares logísticos. Brasil intentó empezar el camino de la diversidad eligiendo el Grippen en lugar del Super Hornet, pero incluso el avión sueco tiene multitud de partes sensibles, empezando por su motor (G.E. F414G). Así es que estamos en los inicios de una lucha de gigantes, pero el del norte tiene todo para ganar.

  2. Lo que quise dejar claro, que aquí no se baraja una suerte de fusión de empresas en las que todos salen beneficiados, creando una sinergia positiva con lo mejor de cada empresa, etc., etc. Ese verso déjenselo a los empleados de Embraer. Lo que aquí se juega es una cuestión geopolítica de consecuenciad gravosas para Brasil y toda sudamérica a largo plazo, sumamente favorable para EE.UU. Resulta una cuestión de estados, no de empresas. EE.UU utilizó primero a Lockheed Martin para anquilosar y arruinar la pobre industria aeronáutica argentina (la más antigua de Sudamérica) y ahora va a usar a Boeing en Brasil. Predigo los peores augurios para el futuro de la industria aeronáutica de esta parte del mundo. Perdón por la sinceridad, eso es lo que pienso.

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