Finaliza el año 2017 y comienza un trabajo de diagnostico sobre las distintas dependencias del estado para evaluar sus resultados económicos, que se mostrarían optimistas en algunos Ministerios, pero que no resulta superador en cuanto a partidas para defensa.

No, el año actual no ha representado un cambio positivo concreto para los recursos destinados a las Fuerzas Armadas, sino mas bien todo lo contrario. No hubo un aumento real.

Sancionado el presupuesto actual en noviembre del año 2016, el discurso desde el Ministerio se enfocó en demostrar un cierto cambio de tendencia en el rumbo financiero de las partidas destinadas a la función defensa. Con el transcurrir del tiempo, comenzaron las criticas internas sobre la subejecución y la limitación para hacer frente a los compromisos asumidos presupuestariamente, lo que ha llevado a que a diciembre de este año, el monto devengado actual sea prácticamente igual a lo gastado el año pasado. Estamos hablando de cifras oficiales divulgadas en el portal Sitio del Ciudadano que muestran que a esta altura del año los montos utilizados terminan por ser equiparables a los del año pasado. Unos 80 mil millones de pesos que no implican una modificación de la situación presupuestaria de las fuerzas, las cuales tuvieron un presupuesto de 77 mil millones el año anterior.

Incluso tomando como parámetro los valores comprometidos, el 9% de cargas para los servicios de defensa no romperían con el indice inflacionario del 25.5% proyectado anual, lo que infiere un recorte tácito del dinero que el Estado destina para mantener operativo su instrumento militar.

Es conocido el estado presupuestario y la omisión, a esta altura histórica, del Estado Nacional al sector castrense. Durante los dos últimos ejercicios la voluntad política para concretar una renovación ha brillado por su ausencia o, en caso de haber habido alguna intención, no ha surtido efecto. Lo cierto es que la tendencia presupuestaria actual mantiene casi un 85% destinado a gastos corrientes y el resto para gastos de capital y de operación, lo que implica que puertas adentro existan quejas y resignación sobre la posibilidad de contar con un sistema defensivo eficaz.

Los valores, los cuales se presentan al pie del articulo, dan luz sobre el estado de emergencia operativo del sector y a su vez, rompe las expectativas que existieron a principio de año sobre la ejecución del Presupuesto 2017. Pero la realidad ha determinado que las expectativas fueron torpes, que las tendencias históricas parecen pétreas, y que el 2017 no ha traido un aumento real de presupuesto para las Fuerzas Armadas

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