Por Juan Battaleme

Existe un renovado esfuerzo por quienes tenían incidencia directa en la formación de la política de defensa durante la administración anterior solicitando abrir un nuevo debate sobre el rumbo de la política de defensa de la actual administración. Al respecto dos artículos llaman la atención: “El País necesita una discusión sobre defensa”,(La Nación, 19-9-2016), y “Deuda de la Democracia: la defensa no tiene prioridad en la agenda pública” (Perfil, 3-12-2016).

Ambos comparten dos cuestiones claves: primero, ninguno toma en cuenta su rol en aquello que ellos llaman “la deuda de la democracia con la defensa en el país”; segundo, su debate aspira a continuar con un status quo desfavorable para las instituciones de la defensa nacional, manteniendo la parálisis existente en materia del desarrollo de las capacidades necesarias para cumplir con la misión principal de las FF.AA.: la preparación para la guerra en defensa de la integridad territorial, o como parte de una coalición en defensa de alguno concomitante con la comunidad internacional.

Todo debate demanda un punto de partida. En este sentido sería útil señalar el legado que se dejó en este campo desde la administración Menem, hasta Fernández de Kirchner. Primero, todos comparten la continuación sistemática de un presupuesto de menos del 1% del PBI, el cual resultó insuficiente para cumplir con la misión principal no solo por los escasos recursos asignados, sino también  por el grado de ineficiencia en el gasto. Segundo, una pérdida consistente de medios. Desde fines de los ochenta que no hay un programa de equipamiento militar sostenido con las erogaciones que ello supone. Como consecuencia de nuestro retraso material se nos hace cada vez más difícil cooperar e interoperar militarmente con terceros países y cumplir con las múltiples misiones encomendadas por las leyes y el poder político.

El declive de las FFAA es profundo, ejemplo de ello, la aviación de combate es prácticamente inexistente; la capacidad de transporte aéreo es limitada, la insuficiencia de helicópteros pesados es un tema con consecuencias transversales tanto para la misión principal como las subsidiarias. La Fuerza Naval se encuentra en una situación similar, y el Ejército ha recibido medios, aunque la mayoría son capacidades “recuperadas”. En materia de capacidades, tal como se lo establece en el manual de planeamiento estratégico militar del EMCO el legado es inexistente.

Los debatientes pretenden “resguardar” el llamado “consenso democrático” acerca de la diferenciación entre defensa y seguridad producto de un contexto histórico determinado –la Guerra Fría y el impacto que tuvo en nuestras dictaduras- el cual se reflejó en la ley de defensa nacional 23.554, ha perpetuidad. El decreto de reglamentación vigente de Kirchner fue claramente un esfuerzo por cimentar esta visión disfuncional para el país.

Con argumentos que se reiteran y cercanos a lo falaz, se preocupan por el eventual empleo en misiones subsidiarias de apoyo a la autoridad civil en operaciones de seguridad. El argumento que utilizan es rústico: “no están entrenadas, ni poseen el equipamiento para hacerlo”. Sería bueno que lo refinen ya que se las puede entrenar y equipar a tal efecto; solo es cuestión de tiempo y voluntad. Asimismo y bajo la anterior administración se las involucro sin la cobertura legal necesaria en tareas de apoyo a la lucha contra el narcotráfico lo cual deja a las claras que a los debatientes no les interesa debatir desde sus propias acciones sino mantener un instrumento militar sin misión principal y paupérrimo, casi se podría decir que con tal actitud estratégica se favorece a actores extranjeros que tienen intereses nacionales contrapuestos con los nuestros.

Otro ejemplo proviene del entrenamiento para Misiones de Paz (OMP) el cual demanda entender los entornos urbanos complejos del Siglo XXI, y la coordinación efectiva con actores del campo de la seguridad y eso nuestras fuerzas lo han hecho con una gran capacidad cuando han sido desplegados. Reorientar el esfuerzo y no preocuparse por quién entra y quién debería quedarse afuera debería ser el eje de la acción política.

Si aquello que les preocupa es el hecho de que se concentrarían en una misión subsidiaria, cabría destacar que los llamados “replegados” han sido los mentores en la alteración de las prioridades haciendo que este tipo de misión sea actualmente la principal.

Comencemos por las OMP,  se las entrenó y equipó, se lograron éxitos internacionales y luego -los hoy llamados “replegados”- decidieron retraerse de esa misión. Luego se instaló el “combate” a los desastres naturales, como nueva misión usando los escuetos recursos logísticos existentes de las FF.AA. para reemplazar operativamente los inexistentes de aquellos que deberían encargarse de tales eventos. Lamentablemente tampoco las equiparon bien para esta tarea. La logística militar ya se encuentra desbordada por las crisis ambientales actuales. Un ejemplo: la Fuerza Aérea nunca fue equipada con aviones hidrantes que tengan capacidad de respuesta frente a los incendios que azotan año a año al país. Ciertamente los replegados, devenidos en debatientes, prefieren una versión light de las FF.AA. cercana al cero.

Para una nación que se dice con “destino antártico”, la campaña antártica se tercerizó a Rusia, como consecuencia de una completa desidia en la reparación del Alte. Irizar, eso nos expone claramente la consideración que tenía la administración Fernández de Kirchner y sus gestores por el futuro de la integridad territorial del país.

Asimismo, los replegados cuestionan el tipo de asociación y con que países conviene o no cooperar. Recientemente, el CEMIDA denunció el acuerdo de cooperación firmado entre las FF.AA. y la Guardia Nacional de Georgia (EE.UU.) (Ámbito financiero, 21-12-2016) para mejorar la capacidad de acción en materia de desastres naturales, y cumplir eficazmente  con la tarea encomendada, utilizando el familiar “peligro” para la soberanía. ¿Lo es?, ¿En que la afecta? EE.UU. al igual que otros países, suman capacidades para la Argentina. Debatible es cuales se pueden sumar en función de la misión, pero no la necesidad de cooperar, ya que por nuestra posición geográfica no tenemos grandes incompatibilidades y la generación de espacios de seguridad son compatibles con las políticas de orden internacional.

Ahora bien, los replegados se han mantenido en un pudoroso silencio cuando se hicieron los acuerdos que permitieron la instalación de infraestructura de eventual uso dual para el programa espacial chino. Dada la actual dinámica entre ambas potencias ese movimiento genera más problemas y constricciones para la soberanía nacional que un acuerdo marco con una guardia estadual.

Señalado lo anterior, cierto es que llegó la hora de construir un nuevo consenso: el cual llame a debatir cuantos recursos se van a destinar a la misión primaria de las FF.AA., que capacidades incorporar, y con que ventana de tiempo. Ya que la posibilidad de un conflicto territorial entre vecinos es baja, discutamos como deberíamos estructurarlas de cara a los desafíos que tenemos en los llamados espacios comunes donde existe un creciente posicionamiento internacional por parte de futuros competidores. ¿Debemos ampliar la fuerza de submarinos en los próximos 15 años?, ¿porque no equipamos a la Fuerza Aérea para que cumpla con misiones de interceptación y ataque naval mientras que mejoramos la aviación naval en función de tareas de identificación de buques, misiones SAR y tareas antisubmarinas, todas de largo alcance?  ¿Vale la pena desarrollar capacidades Anti-acceso y Denegación de Área?. ¿cómo vamos a incorporar de robótica y la ciberdefensa en la estrategia operacional del país?. ¿Cómo vamos a mejorar el comando y control argentino? Asimismo porque no crear sinergia equipando a nuestras FFAA de forma concéntrica con capacidades logísticas, que le permitan desplegarse efectivamente en cualquier momento y lugar, luego aquellas que pueden servir de base material para operaciones relacionadas con los problemas intermésticos para finalizar con el aparato de combate propiamente dicho. Ello se puede hacer sin cambiar nuestra actitud estratégica la cual puede permanecer defensiva. Eso sería algo innovador a debatir, donde los replegados tienen poco que aportar, porque cuando estuvieron en la gestión no lo hicieron. Esto requeriría desarrollar capacidades, lo cual no implica apartarnos del consenso construido, pero dándole la actualidad necesaria para que no sea letra muerta.

Correo Electrónico
Publicidad

5 COMENTARIOS

  1. El artículo presente sobre las pretendidas “CAPACIDADES” en defensa y los interrogantes que plantean son nimios y no presenta la real magnitud de subordinación del País y su pretendida defensa nacional al poder existente: GRAN BRETAÑA. Por qué este planteo? Porque toda Defensa Nacional, toda Economía para la Defensa, todo resguardo de la Soberanía y poder nacional parte de un sólo arte:la POLÍTICA. Políticas como arte de creación y sostenimiento del BIEN COMÚN y cuyos líderes e instituciones deben responder en un marco de Proyecto en Ejecución de carácter Nacional. Así, sin una Política Nacional no habrá FFAA Nacionales. Simple. Este arte, define Doctrina y formación a toda la sociedad, pero no puede hacerlo. Por qué? Porque se posee un Estado TOMADO y dominado por personajes y personeros ajenos a los altos ideales de Con-vivencia y comunidad en una Estado Nación. Claro está que de doctrina en defensa nacional describe el artículo sobre Capacidades es ERRÓNEA propia de los países hegemónicos que transmiten teorías y prácticas que le son propias y ajeno a nuestra realidad socio económica, y así a cada uno de los niveles de estudio y planeación se va transmitiendo en una verdadera colonización pedagógica en toda y cada uno de los niveles de estudio.. No se habla ya de HIPOTESIS DE CONFLICTO, NO SE HABLA DE ESTADO DE BIENESTAR, NO SE HABLA MÁS DE JUSTICIA SOCIAL, NO SE HABLA MÁS DE MALVINAS, NO SE HABLA MÁS DE ESTADO DE BIENESTAR, porque implica DEFINIR AL ENEMIGO y sin ello todo discurrir se convierte en un diálogo lleno de vaguedades. No se habla de la Defensa porque implica precisar QUIEN ES EL ENEMIGO ACTUAL, no se habla de la DEUDA EXTERNA porque es plasmar la USURA y el FRAUDE en su máxima expresión y no se habla de la TENENCIA DE LA PROPIEDAD porque implica exteriorizar la apropiación de Recursos, y todo ello no son capacidades sino verdaderas HIPOTESIS DE CONFLICTO por la cual siempre NOS define como nación. No poseemos Fuerza Aérea porque cumplió con su deber en la GUERRA DE MALVINAS de 1982, no poseemos disuación del Ejército porque debe proyectar una acción policial y no militar y no poseemos Armada porque el conflicto actual es marítimo. Evaluar capacidades es como pretender que un artista marcial se capacite contra el universos de futuros contrincantes sin percatarse de su propio estado físico y edad…Como se resuelve la cuestión: Comenzando en desmontar lo que nos niega un futuro, en lo económico la usura y el interés subordinado a lo social y no lo especulativo, en lo educativo desdeñar la falaz historieta independentista de 1810, porque como dijo Henry Ferns (“La Argentina):Como no sea mediante una guerra civil devastadora, resulta difícil imaginar cómo puede deshacerse la revolución efectuada por Perón.”(Pag.247). Esa revolución se llamó “NACION EN ARMAS”(Cátedra de Defensa Nacional, 1944, Universidad de La Plata).

  2. ¿Cómo vamos a mejorar el comando y control argentino? esa es la pregunta clave. Con la adquisición de cualquier medio de defensa aérea si no existe una red que permita apoyar las operaciones del Sistema de Armas y que además cuente con los medios adecuados, las capacidades del sistema se van a ver muy reducidas. La Argentina nunca ha manifestado la intención de crear un verdadero centro de comando para operaciones aéreas o para operaciones navales. Con solo ver la infraestructura de la BNMP donde esta apostada la fuerza de submarinos, le da a uno un panorama general de lo que ha sido la política de defensa argentina desde que volvió la democracia. Desde un lugar tan precario de infraestructura como ese no se puede dirigir de forma eficiente una fuerza de submarinos, lo mismo se repite en la fuerza aérea y el ejército, que si bien tiene unidades le faltan mejores equipos. Durante los últimos años se presto atención a la contrucción de radares nacionales de vigilancia del espacio aéreo pero no se puso atención en reemplazar los viejos radares que tienen las unidades de la FAA, ni en adquirir medios de detección para enfrentar las amenazas actuales, aviones con baja, muy baja firma de radar y hasta aviones furtivos, sin olvidar los drones. Se debe reestructurar toda la infraestructura de mando y control ya que sin eso por más que se cuente con medios de combate aptos, no podremos garantizar el cumplimiento de la misión por parte X SdA que sea adquirido. Es increible que cuando se negoció por los caza Kfir no se haya incluido en el paquete sistemas AW, sistemas de EW, radares de alta tecnología, equipo C4I, etc.. El sistema Kfir era limitado en capacidades y eso es cierto, pero más limitada fue la gestión política al ir a buscar un paquete a bajo costo que podría haber sido una buena opción si hubiesen asignado más presupuesto para adquirir toda una red de defensa aérea,que ya de por sí era paupérrimo porque no alcanzaba para equipar con el radar EL/M-2032 a las 14 unidades que se pretendían contar, las cuales a su vez no alcanzaban siquiera para equipar a un Grupo de Caza. Pero bueno en este país los políticos tienen la visión una fuerza aérea donde por cada avión de caza con radar hayan dos sin radar. Ahora cuando estan en la oposición buscan que se haga todo a la perfección…

Dejá una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.