El presidente filipino Rodrigo Duterte ha declarado la ley marcial en la isla meridional de Mindanao después de que cerca de 100 combatientes musulmanes sitiaran una ciudad importante después de una batalla mortal con las fuerzas gubernamentales.
La declaración de emergencia tomó efecto inmediato y durará 60 días, según el portavoz presidencial Ernesto Abella, quien hizo el anuncio el martes desde Rusia, donde Duterte estaba en una visita oficial programada de cuatro días.
El presidente “ya declaró la ley marcial para toda la isla de Mindanao”, dijo Abella. “Esta decisión fue necesaria por causa de la rebelión”, agregó.
Duterte interrumpió su viaje a Rusia, dijo el canciller Alan Peter Cayetano. “El presidente siente que necesita estar en Manila lo antes posible”. Duarte viajó a Rusia con el propósito de reunirse con el presidente ruso Vladimir Putin, con quién efectivamente entabló conversación el martes por la noche. El presidente dijo que la ley marcial podría durar un año, ya que prometió que sería similar a la dictadura de Ferdinand Marcos.
“Si tengo que hacerlo (ley marcial) en un año, lo haré, pero si termina dentro de un mes, entonces estaré feliz”, dijo Duterte en un vídeo publicado en línea por el gobierno. Dos soldados y un oficial de policía murieron en el tiroteo en la ciudad de Marawi, 816 kilómetros al sur de Manila, mientras que 12 fuerzas del gobierno resultaron heridas, dijo el secretario de Defensa, Delfin Lorenzana.
Los atacantes quemaron una iglesia católica, la cárcel de la ciudad y dos escuelas, además de ocupar las calles principales y dos puentes que conducen a la ciudad de más de 200.000 personas, añadió Lorenzana.
Los hombres armados también ocuparon el ayuntamiento, un hospital estatal y parte de un recinto universitario, dijo. “Toda la ciudad de Marawi está oscurecida, no hay luz y hay tiradores [rebeldes] por todos lados”, dijo Lorenzana en una conferencia de prensa en la capital de Rusia, Moscú.
Las hostilidades en Marawi comenzaron cuando las tropas atacaron un apartamento donde se reunían combatientes, según el portavoz del ejército, el teniente coronel Jo-ar Herrera.
