Por Andrew P. Collins
Traducido y adaptado por Nopelovic para Zona Militar

El A-10 Thunderbolt II, más conocido como el “Warthog” –el jabalí verrugoso”- es un tractor volador. Lento, rústico, pero confiable como las mareas y prácticamente indestructible y efectivo. Algunos estrategas temían que la aeronave fuese desprogramada en favor de obtener mayor flexibilidad en el presupuesto para operar los F-35, pero la Fuerza Aérea de EE.UU. ha confirmado recientemente que planea mantener volando al A-10 “indefinidamente”.
A pesar que la Fuerza Aérea suponía que debería dirigir el presupuesto para operar los A-10 hacia el F-35 Joint Strike Fighter, ahora está planeando mantener el programa completamente operativo.
“Están preparando todo. Fuimos a los depósitos. Están reconstruyendo las capacidades de los aviones y la cadena logística, le comentó a Aviation Week la Comandante del Área de mantenimiento de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, General Ellen Pawlikowski en una entrevista.

“Nuestras órdenes son considerarlo (al A-10) como otro avión al que sostendremos “indefinidamente”.
Mientras los contadores y los planificadores tratan de eliminar la A-10, el Comando de Material va a dejar los aviones como en sus mejores tiempos, lo que les dará la posibilidad de probar sus capacidades cuando se las requiera. Esto se refleja en un 5% de aumento en la tasa de disponibilidad comparando 2014 con 2015, lo que refleja la decisión de la Fuerza Aérea de posponer su retirada.

Se supone que el F-35 Joint Strike Fighter será un avión todo terreno, que podrá empeñarse con otros aviones en combate, realizar misiones de bombardeo de largo rango y apoyar a las tropas. Sin embargo no ha tenido un gran comienzo, para decirlo de manera liviana, y su eficacia en esos roles tiene que ser todavía probada en combate. Algo en lo que el A-10 se destaca, y que se convirtió en la principal razón por la cual el avión es adorado por sus pilotos y mecánicos. Para los soldados combatiendo, el único sonido más reconfortante que el de los motores del ”Jabalí” es el BRRRRRRTTTT de su masivo cañón rotatorio proporcionándoles fuego de cobertura. Y seguramente este el elogio que más se ha escuchado sobre el mismo. En cambio el F-35 se ha ganado una reputación de sobrepasar todos los presupuestos y no alcanzar las prestaciones previstas.

“Mi interpretación, desde una perspectiva superadora, es que continuaremos manteniendo los aviones operativos”, comentó Pawlikowski en la entrevista citada. “Esperaremos a que el polvo se asiente para preveer estrategias. La discusión se mantiene, pero consideramos el hecho que la demanda por estos aviones continuará siendo alta”, agregó.
Cómo está planificado, la flota de A-10 comenzará a decrecer desde al año fiscal 2018, para quedar completamente transferida a los centros de disposición y almacenamiento hacia 2020.
Pero la Secretaria Deborah Lee James le comentó a Aviation Week que el servicio considera mantener al A-10 en su inventario mucho más tiempo que lo planeado originalmente.

Para concluir, la Fuerza Aérea está en proceso de reemplazar las alas de su flota de A-10 en el marco de un contrato de 2.000 millones de dólares firmado con Boeing en 2007 y donde supone que los aviones continuarán en servicio por lo menos hasta 2028.
Parece que el próximo gran conflicto para el A-10 será el “choque” entre el presupuesto fiscal del 2018 de la Fuerza Aérea y un nuevo proyecto de defensa que incluye una previsión para mantener activos a los aviones. Específicamente, la Senadora republicana por el estado de Arizona Martha McSally quiere interponer una última barrera entre el A-10 y su jubilación: un desafío “mano a mano” contra el F-35.
¡Lo esperamos con pochoclos!

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