Cuando hablamos de tiradores selectos, más popularmente denominados como francotiradores o snipers, es difícil que no se nos venga a la mente la típica imagen de un tirador emboscado, camuflado con su traje ghillie y fusil de precisión en mano, intentando batir un objetivo a cientos de metros de distancia. Lo cierto es que ese cuadro, pese a no distar tanto de la realidad, es mucho más complejo de lo que a simple vista parece.

Durante los últimos años la imagen del tirador selecto ha recibido una mayor cobertura mediática, mayormente influenciada por los distintos conflictos que tuvieron (y tienen) lugar en el Medio Oriente. Películas y videos-juegos han aportado enormemente en aumentar la popularidad y llevar al primer plano a los tiradores selectos, pero generalmente solo implantando una “imagen”. Sin embargo la realidad es mucho más compleja.

El objeto de este artículo no solo es ahondar en el concepto de los tiradores de precisión, sus funciones, empleo y equipo, sino también realizar un breve análisis sobre la realidad del tema en el Ejército Argentino.

El nacimiento del tirador selecto.

La introducción en el arte de la guerra de las armas de fuego conllevó un continuo desarrollo de las mismas, lo que les permitió incrementar paulatinamente su alcance, precisión y fiabilidad. Dentro de ese contexto fueron surgiendo los primeros tiradores selectos, personas que no solo disponía de un arma de fuego acorde a la necesidad (antiguamente, las primeras armas largas con cañones estriados) sino que también habían desarrollado habilidades referentes a la puntería, observación, acecho, estimación de distancia, todas ellas destrezas que en su conjunto hasta el día de hoy son características generales de todo tirador selecto. No sería llamativo que las primeras unidades de tiradores de precisión, que surgieron a lo largo del siglo XVII, estuvieran compuestas por cazadores, hombres que necesitaban de su precisión y sigilo para poder sobrevivir en lugares tales como los Alpes así como en los vírgenes bosques de America del Norte. De esta manera surgirían los Sonnenfjellske noruegos, los Feldjäger zu Fufs prusianos, los Jägertruppe austríacos y los Rangers norteamericanos.

La principal característica que diferenciaba a las unidades mencionadas de la tropa convencional es que es mayormente se encontraban armados con rifles ya que había quedado demostrado la necesidad de contar con mayor precisión por sobre la descarga de los mosquetes de ánima lisa. Pero el empleo de los rifles no solo se vería limitado por su elevado costo en comparación con los mosquetes sino también por cierta reticencia doctrinaria, aprensión e incomprensión hacia el tirador de precisión, algo que los aquejaría a lo largo de buena parte de su historia.

Buena parte del desarrollo de los tiradores de precisión se daría en Norte América, tanto en el conflicto que libraron los colonos británicos contra los franceses y sus aliados indios, así como durante la posterior guerra de independencia. Durante estos contiendas irían surgiendo las primeras prácticas a la hora de refinar el tiro de precisión, tales como la consistencia balística (correcto moldeado de los proyectiles) y de carga (por la elección de la calidad y cantidad de pólvora negra), técnicas de cereado (para elevación y dirección) así como para tiro de larga distancia, la implementación de entrenamiento constante y el correcto mantenimiento del armamento.

Jagers del Cuerpo de Hesse-Cassel, 1776 - 1783 . Por Don Troiani.
Jagers del Cuerpo de Hesse-Cassel, 1776 – 1783 . Por Don Troiani.

El arma de fuego predilecta de los tiradores colonos norteamericanos fue el rifle largo Kentucky, el cual les proveía considerable ventaja sobre los británicos a la hora de realizar fuego de largo alcance. En contrapartida, las fuerzas de su majestad inicialmente no contaban con disponibilidad de este tipo de armamento por lo que tuvieron que recurrir a la contratación de mercenarios, los Hessian Jägers, los cuales contaban con rifles Buchse. (Aptos para combate de corto alcance que se daba en los bosques, pero superados por los Kentucky en el tiro de larga distancia).

Durante la guerra de independencia norteamericana también se comenzaría a denominar a los tiradores de precisión como “marksmen”. La razón: Las unidades de rifleros contaban con un cupo limitado, por lo que los voluntarios que habían atendido al llamado debían superar una prueba de precisión que consistía en acertar (o agrupar lo más próximo posible) a un pequeño objeto o “mark” a 150 yardas. Aquellos que lo conseguían, los marks-men, les era permitido enlistarse.

Cabe resaltar que estos marksmen, aún con todas las limitaciones de su época en lo que respecta a su armamento y munición (y falta de alzas ópticas) eran capaces de acertar blancos a distancias entre las 250 y 330 yardas.

Del otro lado del Atlántico fueron pocos los ejércitos que adoptaron el empleo de rifleros, limitándose a ciertas unidades. Sin embargo los británicos adoptarían algunas de las lecciones aprendidas a sangre y fuego en los campos de batalla de Norte América. Aún manteniendo cierta reticencia y desconocimiento en su empleo, se formaría el British Army’s Corps of Riflemen, el cual iría aumentando en tamaño hasta convertirse en el 95th Rifle Regiment. El bautismo de fuego de la unidad se daría en la península ibérica durante la guerra contra las fuerzas napoleónicas. Empleado adecuadamente como elemento de exploración y hostigamiento, y aprovechando su capacidad de fuego de precisión de largo alcance, el regimiento tendría actuaciones sobresalientes. Sin embargo la unidad terminaría siendo víctima del desconocimiento de sus capacidades y limitaciones cuando fue empleada como infantería convencional en la batalla de Waterloo, donde dos de sus tres compañías serían prácticamente borradas.

Avances técnicos y tecnológicos.

En pleno proceso de la revolución industrial europea, sería inevitable que muchos de estos avances se aplicaran en las armas de fuego. Invenciones como la cápsula de percusión, el alza ajustable y el proyectil cónico Minié no solo mejoraron la confiabilidad sino también la precisión y alcance de los rifles.

En conjunto con estas innovaciones tecnológicas, el ejército británico daba un importante paso en lo doctrinario al crear la British Army’s School of Musketry, donde los estudiantes no solo recibían formación básica sobre tiro sino que eran instruidos en estimación de distancias, identificación de objetivos y técnicas varias de tiro (incluidas las de largo alcance). La espera para poner estas enseñanzas en práctica no sería larga, ya que un año después estallaba la guerra de Crimea.

El conflicto librado en la península de Crimea sería el primero en donde un ejército estaría completamente equipado con rifles, convirtiéndolos a cada uno de sus integrantes en tiradores selectos. Esta condición no solo llevaría a una constante modernización y sofisticación de la especialidad sino a una necesaria distinción doctrinaria entre el tirador puro y el tirador de precisión.

Entre algunos de los avances en cuanto a su empleo, Crimea marcó el uso extensivo de tiradores selectos en tareas de contrabatería, aprovechando su fuego de largo alcance (que en ocasiones era de 600 yardas, incluso llegando a batir objetivos a 1000 yardas) contra los artilleros y sus caballos.

Una de las innovaciones de la época que aportaría al esfuerzo de combatir la artillería fue la aparición del primer rifle anti-material, el Jacob’s. La principal característica del mismo era que empleaba un proyectil especial, el cual contaba en su punta con un cilindro de cobre armado con una carga explosiva. El objetivo de los tiradores no serían los artilleros sino las carretas y depósitos de pólvora. Pese a su limitado empleo y éxito, su uso sería prohibido por la Convención de San Petesburgo de 1868.

Como ya mencionamos, el empleo de tiradores selectos se limitaría mayormente a épocas de conflictos, casi desapareciendo completamente una vez finalizados los mismos. La guerra civil norteamericana fue un claro ejemplo ya que el empleo de tiradores de precisión se debió iniciar nuevamente desde cero, tanto a nivel doctrinario como en cuanto a equipo. En este último aspecto fue donde se lograron apreciar importantes avances, ya que el conflicto interno norteamericano fue uno de los primeros donde los ejércitos de ambos contendientes estaban armados con rifles.

Similar a los británicos, se hizo necesario comenzar a realizar distinciones entre los tiradores comunes y los de precisión ya que no fueron pocas las unidades que adoptaron la designación de “sharpshooters”, en muchos casos solo como status o imagen, ya que la realidad mostraba algo completamente diferente: poco entrenamiento y conocimiento técnico en cuanto a tiro, nulas condiciones para la aptitud, etc.

El ejército de la Unión daría pasos importantes en este sentido, no solo al comenzar a designar a sus mejores tiradores de unidades regulares como “chosen riflemen” (un antecedente de lo que sería el desiganted marksman) sino al formar unidades exclusivamente de tiradores selectos.

Pero sin duda el principal avance (y distinción) en cuanto al tiro de precisión fue el amplio empleo que se hizo de las alzas ópticas. Pese a que ya existían ciertos antecedentes de su uso, sería en los campos de batalla norteamericanos donde su valía no solo se difundiría sino que daría el primer paso (para bien o para mal) de implantar la imagen del tirador selecto.

Tirador selecto durante la guerra civil norteamericana. Por Winslow Homer.
Tirador selecto durante la guerra civil norteamericana. Por Winslow Homer.

De gran longitud, las primeras alzas ópticas lógicamente eran mas bien rudimentarias, de bajo aumento (3x generalmente), sin piezas móviles salvo la perilla para hacer foco, siendo externos los elementos para su ajuste.

En cuanto al aspecto doctrinario, las unidades de tiradores selectos pronto comenzaron a ser empleadas para prestar apoyo a nivel regimiento, siendo divididas en compañías y escuadras. Distribuidas a lo largo del terreno, esta última fracción compuesta por 4 hombres solía operar de manera independiente.

También se comenzaría a emplear a los tiradores selectos que disponían de alzas ópticas en misiones especiales (lo que hoy equivaldría a la del tirador avanzado), contando con el privilegio de desplazarse allí donde creían que serían de mayor utilidad.

Las misiones asignadas a los tiradores de precisión generalmente consistían en ser la vanguardia de unidades mayores o desplazarse por sus flancos, tanto como medio de alerta temprana y de exploración. También serían un medio ideal para mantener la presión y hostigar al enemigo, logrando de esta manera un importante impacto psicológico.

Los inevitables avances tecnológicos de los fines del siglo 19 fueron aportando constantemente al arte de tiro de precisión: Los nuevos cartuchos metálicos con fulminante central, la evolución de las alzas ópticas (favorecida por el avance en el diseño de los tubos y lentes), la adopción de la pólvora sin humo (lo que permitió importantes mejoras balísticas) y la introducción de los primeras acciones de cerrojo irían convirtiendo paulatinamente al tirador de precisión en un elemento letal del campo de batalla. Tal afirmación quedaría bastamente demostrada en las posteriores contiendas mundiales y en los demás conflictos que tendrían lugar a lo largo del siglo XX hasta la actualidad.

Los tiradores selectos en la actualidad.

Se denomina tirador selecto a aquel infante especialmente entrenado y equipado, que se vale sus conocimientos en tiro y de sus habilidades en el terreno para batir objetivos a distancias superiores a las que puede hacerlo un infante regular.

En el contexto actual es difícil no estar influenciados por la doctrina norteamericana, ya que sin duda ha sido la nación donde no solo se ha dado el mayor desarrollo en la materia sino que también es una de las que cuenta con mayor experiencia en combate. (Pese a sus asiduos altibajos históricos de post-guerra)

Asimilando y desmenuzando la doctrina norteamericana, podemos afirmar que dentro de la clasificación de tiradores selectos encontramos diferentes categorías del mismo, las cuales corresponderán a los distintos elementos básicos de combate. Pese a tener ciertos puntos en común en cuanto a su origen y formación, estás categorías difieren principalmente en su empleo, sistemas de armas y tácticas particulares específicas.

El tirador de primera.

Dentro de las secciones de infantería, son aquellos que han sido entrenados y equipados para apoyar a la fracción con su fuego sostenido de precisión. Para lograr este cometido, el tirador de primera debe haber recibido un entrenamiento y sistema de armas acorde. Dentro de la doctrina norteamericana son conocidos como Squad Designated Marksman.

Las principales características que tiene que tener un tirador de primera son:

– Habilidad manifiesta en tiro.

– Ser confiable

– Poseer sentido común

– Contar con experiencia.

El entrenamiento adicional que recibirá hace hincapié en técnicas de tiro (nocturno, en movimiento, desde distintas posiciones) así como reforzar otras habilidades tales como detección de objetivos, determinación de distancia y técnicas de cereado (mal llamado calibrado).

En lo que respecta a su sistema de armas, generalmente lo constituye un fusil de dotación debidamente modificado (alza óptica, cañón, bípode, munición match) que le permita batir objetivos a distancias de hasta 600 metros.

Siendo un tirador más, no opera independientemente sino que se mueve y opera integralmente dentro de la fracción, batiendo objetivos a orden del jefe de sección. Este último debe estar al tanto de las capacidades y limitaciones del tirador de primera, nunca confundiendo su función con la de un tirador avanzado.

El fuego de precisión de corta/media distancia que provee el tirador de primera no solo tiene como prioridad jefes de unidades enemigas, radiooperadores, sirvientes de armamento colectivo, tiradores selectos así como posiciones y material enemigo, sino que también brinda apoyo a otras armas y a la maniobra de la sección.

Tiradores de primera pertenecientes al 23rd Infantry Regiment, Afganistán. Imagen: US Army - Staff Sgt. Shane Hamann.
Tiradores de primera pertenecientes al 23rd Infantry Regiment, Afganistán. Imagen: US Army – Staff Sgt. Shane Hamann.

Su capacidad de proveer fuego preciso y discriminado lo convierten en un elemento indispensable en misiones de establecimiento de paz y estabilidad así como en operaciones de contra-insurgencia, ya que permite reducir al mínimo posibles bajas de civiles no combatientes.

La importancia de contar con tiradores de primera se ha visto incrementada en los recientes conflictos de Irak y Afganistán, en especial en lo que se refiere al combate urbano. Allí donde las reglas de empeñamiento (ROE) fueron más bien estrictas, los tiradores de primera sobresalieron a la hora de eliminar amenazas gracias a su precisión por sobre el armamento colectivo.

Entre las principales funciones encontramos:

– Fuego de precisión en enfrentamientos de corto alcance.

– Eliminación de tiradores selectos enemigos.

– Observación y sobre-vigilancia en zonas claves de circulación, puestos de control peatonal y vehicular.

– Proporcionar cobertura al elemento de asalto durante su ingreso y egreso del objetivo.

– Cubrir avenidas de aproximación específicas con respecto a la posición de la unidad.

– Proveer fuego de distracción al elemento de asalto.

– Cubrir instalaciones vitales y obstáculos.

– Durante el asalto, proveer apoyo a la fracción cuando ametralladoras, lanzagranadas o morteros no puedan prestar su apoyo ante el temor de fratricidio o daños colaterales.

Tirador Avanzado.

Popularmente conocido como sniper, es el infante especialmente entrenado y equipado que cuenta con habilidades perfeccionadas en cuanto a tiro y supervivencia en el terreno, siendo su misión principal la de proveer apoyo a operaciones de combate, ya sea con su fuego de precisión de largo alcance contra objetivos seleccionados como con su capacidad de recolección de información.

Siendo orgánicos a las unidades de combate de infantería y caballería, los grupos de tiradores avanzados se encuentran a nivel regimiento, dentro de su compañía de comando. Cada grupo está compuesto por equipos, generalmente de 2 hombres: tirador y designador (aunque en algunos casos se cuenta con un 3er integrante, como elemento de seguridad). Ambos integrantes del equipo son tiradores de precisión que cuentan con la misma formación, ocupando la función de designador el más veterano de ellos.

Para lograr su cometido el tirador avanzado cuenta con un sistema de armas especialmente diseñado para su función (el cual puede variar según la misión) mientras que el designador está equipado con un telescopio de observación. Este último también dispone de un fusil de dotación para defensa del equipo, en caso de entrar en contacto con el enemigo a corta distancia. Para auto-defensa, ambos integrantes del equipo cuentan con sus respectivas pistolas.

Cada integrante del equipo tiene asignadas tareas específicas propias. Entre algunas de las funciones del designador encontramos:

– Obtener y preparar equipo especial.

– Lidera la marcha.

– Realiza bosquejos y prepara cartas de distancia.

– Observa su sector con su telescopio.

– Detecta y anuncia indicadores de objetivos.

– Establece prioridad de objetivos.

– Realiza estimaciones de viento y ordena fuego al tirador.

– Observa y reporta impacto.

– Opera la radio.

Mientras que algunas funciones del tirador avanzado son:

– Se encarga de las órdenes de operación.

– Lidera el acecho y rastreo de la huella del enemigo.

– Elige la posición de tiro.

– Observa su sector con binoculares.

– Realiza los ajustes del alza óptica.

– Junto con el designador, establecen estimaciones de distancias.

– Establece prioridades de combate.

– Realiza fuego contra blancos humanos y materiales.

Tanto el designador como el tirador deberán llevar sus anotaciones respectivas. Imagen: US Army - Justin Connaher.
Tanto el designador como el tirador deberán llevar sus anotaciones respectivas. Imagen: US Army – Justin Connaher.

Las exigencias de las operaciones que deberá realizar el tirador avanzado implican ciertas cualidades especiales a la hora de realizar la selección del personal. No solo debe ser un experto tirador y hábil en el terreno, sino que también debe tener un estado físico sobresaliente (debido a las desgastantes condiciones en las que tienen que operar), no tener problemas de visión (lentes y daltonismo, etc), tener una condición mental estable, no ser fumador y ser lo suficientemente inteligente para asimilar conocimientos técnicos varios (principios básicos de balística, procedimientos para empleo de equipo, observación y ajuste de artillería, navegación terrestre, identificación de equipos y uniformes, etc).

Empleo de los tiradores avanzados.

Considerado como un multiplicador de fuerza por excelencia, las funciones del tirador avanzado se multiplican según las operaciones a realizar:

– Durante la ofensiva juegan un rol principal, no solo al eliminar objetivos que constituyan un riesgo para el avance de las fuerzas propias sino a la hora de proveer información sobre el enemigo.

Con el fuego de precisión de largo alcance que les otorga su sistema de armas y ópticas no solo permite hostigar al enemigo durante las distintas etapas de la ofensiva (asalto, en su retirada o contra-ataque) sino que también provee de observación, protección y sobre-vigilancia a las fuerzas amigas. Con respecto a esta última, un comandante del USMC se refiere: “…mi principal preocupación es no quedar ciego en el campo de batalla. La capacidad orgánica de recolectar información es más importante que la letalidad del tirador avanzado…”

Sus capacidades también son invaluables a la hora de asaltar posiciones fortificadas.

– Durante la defensa, los tiradores avanzados son empleados para observar y controlar una o mas avenidas de aproximación, obstáculos y terrenos claves tales como campos minados, puentes, cruces de río o zonas donde se canalice el avance de las fuerzas enemigas. También serán empleados para contrarrestar los medios de exploración del enemigo.

– En operaciones retrógradas, su función será observar y hostigar al enemigo, obligándolo a desplegarse prematuramente, demorándolo tanto con fuego propio como dirigiendo fuego de artillería contra concentraciones de tropa.

Sin embargo, y tal como quedó demostrado en los últimos años, el valor de los tiradores avanzados aumenta exponencialmente cuando operan en ambiente urbano, ya sea durante operaciones de combate, estabilización o de paz.
A su inmejorable capacidad de observación de un área determinada se les suma su fuego de precisión por sobre el de la infantería regular, algo invalorable cuando las reglas de empeñamiento son restrictivas.

Dentro de la complejidad del ambiente urbano durante operaciones de combate, los tiradores avanzados deberán ocupar posiciones con buenos campos de observación y de tiro, estando al tanto de las diferentes avenidas de aproximación (tanto calles como a través de edificios). El ocultamiento (ya sea por enmascaramiento o no ocupando posiciones obvias) y la seguridad serán vitales para no ser sorprendidos por el enemigo.

Sus funciones principales serán eliminar tiradores selectos enemigos (counter-sniper, aunque quedó demostrado que otros métodos –artillería, fuego de tanque, lanzacohetes- son más efectivos) y blancos de oportunidad, denegar al enemigo ciertas áreas claves, proveer sobre-vigilancia y fuego de apoyo a barricadas y otros obstáculos, mantener vigilancia de flancos y apoyar contra-ataques locales.

El valor de los tiradores avanzados en el combate urbano es resaltado en el siguiente comentario, producto de la guerra en Chechenia: “…el sistema de armas mas efectivo empleado contra la infantería desmontada fue el tirador selecto, por las bajas e impacto psicológico que generaba y por impedirles el movimiento…”

Equipo de tiradores avanzados desplegados durante la operación Serval. Imagen: Armée de Terre.
Equipo de tiradores avanzados desplegados durante la operación Serval. Imagen: Armée de Terre.

Su empleo en operaciones de estabilización o mantenimiento de paz estará limitado por las reglas de empeñamiento vigentes. Sus ya mencionadas capacidades (precisión y observación) los convierten en medios idóneos para eliminar amenazas a fuerzas amigas que se oculten entre la población, evitando de esta manera bajas entre civiles no combatientes. Por esta razón los tiradores avanzados deben aprender a determinar cuando su fuego constituye una fuerza razonable y cuando pueden impactar negativamente.

Sus funciones se limitarán a proteger a fuerzas propias y locales (principalmente counter-sniper) de amenazas directas, recabar inteligencia (tanto en misiones convencionales como cubiertas), sobre-vigilancia de zonas determinadas y como medio de disuasión. Un claro ejemplo del empleo de tiradores avanzados (en este caso especiales) en el contexto de una operación de estabilización se dio en Mogadiscio, durante el despliegue de las fuerzas de las Naciones Unidas en Somalia: “…Las ROE en Somalia eventualmente se volvieron mas laxas para el personal de UNOSOM II. El comando, con la autorización de las NU, declaró “temporada de caza” de los technicals (denominación dada a cualquier vehículo civil – generalmente camionetas – que montase armamento). Tiradores especiales de la Company B, 1st Battalion, 5th Special Forces Group, proporcionaron protección de fuerza por medio de su fuego de precisión de largo alcance contra los vehículos mencionados (en ocasiones, a más de 1000 metros). Los tiradores especiales también sobrevolaban la ciudad abordo de los helicópteros de la TF Raven con el objeto de proveer cobertura aérea. …”

El tirador especial.

El término refiere a los tiradores selectos pertenecientes a las tropas de operaciones especiales. Debidamente entrenados, equipados y empleados pueden constituirse como uno de los elementos más versátiles de las TOEs.
La principal diferencia con respecto a los tiradores avanzados radica en la flexibilidad de su empleo, su autonomía, armamento y organización, contando con una visión más general del marco de las operaciones.

El empleo de los tiradores especiales se puede clasificar en cuatro categorías:

– Vigilancia y exploración, ya que está directamente relacionado a la principal característica del tirador selecto (acecho, ocultamiento y observación).

– Interdicción de punto. Esencialmente la destrucción de un objetivo (humano o material) con el propósito de impedir o prevenir influencia del enemigo en un área determinada. Se caracterizan por su complejidad, ya que requieren infiltración, navegación precisa, evasión y apoyos externos.

– Hostigamiento de largo alcance. Usualmente realizado a distancias superiores a los 600 metros, el propósito del mismo es crear un efecto psicológico de temor entre el enemigo.

– Operaciones de seguridad. Implicando acciones de tipo defensivas y estáticas, el objeto es negar el enemigo la libertad de acción en un área en particular por medio del fuego de largo alcance. Ocupando distintos puestos de observación que se apoyen entre si, los tiradores especiales contarán con el soporte de fuerzas convencionales como elemento de seguridad.
También tendrán una importante participación en misiones específicas de operaciones especiales, tales como:

– Acciones psicológicas, por el tremendo poder de destrucción que reflejan los tiradores especiales.

– Operaciones no convencionales: tanto como combatientes y mentores, aunque serán más efectivos en esta última función, entrenando a las fuerzas de resistencia que apoyan a las fuerzas convencionales

– Acción directa: De corta duración y pequeña escala, tienen como objeto capturar, destruir o dañar un blanco específico.

– Exploración: Una vez infiltrados, informar movimiento y números del enemigo, ubicación de concentraciones de tropa y material, armamento, instalaciones C3.

– Contraterrorismo: Aplicar capacidades especiales para imposibilitar, prevenir y resolver incidentes terroristas en el extranjero. Los tiradores realizarán fuego contra objetivos hostiles, cubrirán a los equipos de asalto y proveerán constantemente inteligencia sobre el blanco.

Equipo de tiradores especiales pertenecientes al Ejército Argentino. Imagen: Ejército Argentino.
Equipo de tiradores especiales pertenecientes al Ejército Argentino. Imagen: Ejército Argentino.

El equipo del tirador selecto.

Tal como mencionamos previamente, los tiradores selectos deberán tener a su disposición equipo acorde a su función, estos es: Fusil, alzas ópticas y munición. La sofisticación y capacidades de los mismos irán en aumento en la medida que sea destinado al tirador de primera, avanzado y especial.

Fusiles y alzas ópticas.

Constituyendo sin duda la principal herramienta del tirador selecto, el término que mejor podría definirlos es el de sistema de armas, ya que los conforman distintos elementos específicamente diseñados para que en su conjunto logren los mejores resultados posibles.

Así como cada herramienta tiene una función, lo mismo podría decirse sobre los fusiles de precisión, ya que a cada tipo de tirador selecto le corresponderá un determinado modelo de fusil.

Para los tiradores de primera se ha hecho extensivo el uso de fusiles semi-automáticos debidamente modificados (o de nuevo diseño), dotándolos con cañones pesados (flotándolos cuando ha sido posible), culatas configurables, bípodes, rieles, munición match y alzas ópticas con aumentos que van de los 4x a 10x (tanto fijas como variables). Uno de los ejemplos de fusiles modificados es el M-14 y sus distintas variantes, las cuales fueron evolucionando desde los veteranos M21/M25/DMR hasta las más modernas M14 EBR/EMR y Mk14 (logrando esta última una dispersión de 1,5 MOA).

La elección de este antiguo modelo por sobre las variantes de precisión del M-16 se debieron principalmente a que su munición 7.62x51mm ofrecía mejores performances que la de 5,56mm, algo experimentado en conflictos pasados y que se volvió a repetir en los campos de batalla de Afganistán e Irak.

Fusil M-110 SASS de Knights Arms. Imagen: KA Inc.
Fusil M-110 SASS de Knights Arms. Imagen: KA Inc.

Algunos de los modelos más modernos los constituyen el Knights SR-75/M110 SASS/Mk11 (a simple vista, una versión ampliamente modificada del M-16 pero en 7,62mm), los Heckler & Koch Hk-417 (en su versión de tirador de primera) y el más actual G-28 (futuro reemplazo del M110), el Lewis Machine & Tool Co. L129A1 (variante del M110 adoptada por el British Army) y el FN Herstal Mk 20 (versión para tirador del SCAR). Todos ellos cuentan con las características previamente mencionadas, en calibre 7,62mm y con una precisión que se encuentra entre 1 y 2 MOA.

Los modelos de alzas ópticas varían considerablemente, empleándose desde las Schmidt & Bender PMII 3-20×50 y PMII 1-8X24, Leupold Mark 3,5-10×40 hasta la Trijicon ACOG/RMR de 6×48.

Las alzas ópticas son uno de los tantos elementos fundamentales para la consistencia del tiro de precisión, por lo que no es recomendable escatimar gastos a la hora de su adquisición (lo mismo puede decirse de los anclajes, anillas y rieles). Los contantes avances tecnológicos en materia de pulido, revestimiento, tamaño de tubos y lentes, han hecho de ellas piezas de extrema precisión.

A la hora de elegir un modelo en particular no solo se debe tener en cuenta la oferta de las distintos fabricantes actuales (Schmidt & Bender, Hensoldt, Zeiss, Khales, Leupold, Nightforce, por mencionar algunas) sino que será muchos mas importante analizar las características (magnificación, si la misma es fija o variable, diámetro del tubo, tamaño de las lentes, tipo de retícula, etc.) y la función que se le quiera emplear.

Habiendo realizado una breve descripción del fusil para el tirador de primera, avanzaremos en aquellos destinados a los tiradores avanzados y especiales.
La acción de cerrojo es sin duda la que mayor precisión, siendo la elegida para la gran mayoría de los fusiles de precisión destinados a tiradores avanzados y especiales.

Tal como mencionamos previamente, los fusiles de precisión reúnen ciertas características que los hacen aptos para la tarea. Una de ellas es el cañón y las particularidades del mismo. A los fines de conseguir la mayor precisión posible, el cañón debe ser flotante. Cualquier cosa que esté en contacto con el mismo (desde el armazón hasta las bandas elásticas para ajustar la tela de camuflaje) afectará su armonía al alterar las vibraciones del mismo, lo que significará una reducción en la precisión. También tendrá que tenerse en cuenta la calidad y precisión con la que ha sido fabricado, el estriado, peso y longitud del mismo.

Otros elementos a tener en cuenta:

– El gatillo: Es uno de los elementos clave (dentro de los fundamentos del tiro), ya que tiene que ser sensible al tacto para ofrecer un máximo control.

– El armazón: No solo debe ofrecer la mayor ergonomía posible, especialmente su culata (que deberá ser ajustables) y su carrillera sino que también su asiento debe ser perfecto a los fines de que encaje en sincronía con la acción.

– El peso: Hay que recordar que el tirador avanzado y especial deberán moverse en el terreno, acechar y sostener el fusil por largos períodos, por lo que el peso resulta clave, debiendo encontrarse entre los 6 y 8 kilogramos (con excepción de los fusiles anti-material)

– Bípode: Esencial a la hora de ofrecer estabilidad y firmeza, sobretodo cuando está cuerpo a tierra.

Equipo de tiradores avanzados en tarea de sobre-vigilancia, Irak. Imagen: US Army - Sgt Jeremiah Jhonson.
Equipo de tiradores avanzados en tarea de sobre-vigilancia, Irak. Imagen: US Army – Sgt Jeremiah Jhonson.

En cuanto a los modelos disponibles, los mismos son tantos que solo nos limitaremos a nombrar los principales. Entre los más populares sin duda encontramos a los que emplean la acción del Remington 700, tales como el M-24 SWS (siendo reemplazado por el M-2010) y el M-40A5, a los ampliamente extendidos Accuracy International AW, L119A3 y su relativamente nuevo AX .338, la familia TRG de Sako, entre otros.

Un requerimiento esencial de estos fusiles es poseer una precisión de no más de 1 MOA (llegando en algunos casos a ½ o ¾ MOA). Un caso llamativo es el SVD Dragunov, el cual pese a no cumplir con varias de las características mencionadas, fue empleado por mucho tiempo como fusil para los tiradores avanzados (hoy reemplazado por el SV-98).

Los tiradores especiales emplean estos mismos fusiles, pero considerablemente modificados o fusiles especialmente fabricados para sus necesidades. No es llamativo que las TOEs dispongan de una mayor variedad de equipo acorde a las operaciones a realizar. Un ejemplo de ello fue descripto por el operador SEAL Chris Kyle, el cual comenta que durante sus despliegues en Irak dispuso de fusiles Mk11 (7,62mm), Mk12 (5,56mm), .300 Win Mag, .338 LM y .50 BMG. Un sistema de armas para cada misión, lujo que solo pueden darse muy pocas naciones.

Mención aparte merecen los fusiles anti-material. Con antecedentes de su uso tan lejanos como la guerra de Crimea, su empleo a lo largo de los distintos conflictos del siglo XIX y XX nunca llegó a masificarse, algo que en las últimas décadas iría cambiando gradualmente.

Naciendo inicialmente como un requerimiento de las TOEs a los fines de batir objetivos materiales a grandes distancias, no les tomaría demasiado tiempo para ser dotación de unidades convencionales.
Pese a la atención que han recibido (nuevamente volvemos a la imagen), debe recordarse que sus características imponen limitaciones a la hora su empleo: Tamaño, peso, firma sonora y visual.

Habiendo prestado sobresaliente servicio en los conflictos de las últimas décadas, los modelos mas difundidos son los semiautomáticos Barrett M-82 y M-107, mientras que los con acción a cerrojo han encontrado su mayor nicho en las TOEs. Algunos de los modelos más conocidos son los McMillan TAC-50, PGM Hecate II, Accuracy International AW.50 y el Steyr HS.50.

Característica común en los nuevos fusiles de precisión es que cuentan con múltiples rieles, permitiendo acomodar en ellos accesorios varios tales como visores nocturnos y termales, iluminadores láser, linternas, etc.

Pero sin duda uno de los accesorios que más llama la atención son los supresores, los cuales permiten reducir considerablemente la firma sonora y visual. Sin embargo estos beneficios conllevan ciertas variaciones balísticas (más aún si se utiliza munición subsónica).

Cartucho .50 Mk211 Raufoss. Imagen: US Army
Cartucho .50 Mk211 Raufoss. Imagen: US Army

Munición.

Tomando las palabras del Mayor (R) John L. Plaster, ninguna bala es similar a la otra. Y a los fines de conseguir la tan ansiada consistencia, el tirador siempre procurará contar la misma munición. Siempre. Comenzando por una marca en particular y llegando hasta un lote específico.
La munición deberá ser siempre del tipo Match, preferentemente Boat Tail (por su silueta que recuerda a un bote). Esta última retiene mayor velocidad gracias a que su forma aerodinámica mejora su resistencia al viento y reduce su arrastre.

Cada calibre tendrá variaciones en la carga y el tipo de puntas (forma y masa –grains-), lo que genera un amplio abanico de modelos y tipos, cada uno para una tarea específica. A modo de ejemplo, en .308 Winchester se ofrece municiones como la M118 LR de 175grains y otros modelos con puntas de 168grains, todos ellos aptos para el tiro de precisión.

Hoy en día las municiones más populares son la .308 Winchester, .300 Winchester Magnum, .338 Lapua Magnum. Esta última ha comenzado a ganar fuerza por sobre la .50 BMG, ya que ofrece capacidades similares pero con un tamaño mucho menor.

La actualidad en el Ejército Argentino.

Las capacidades que ofrecen los tiradores selectos fueron por muchos años ignoradas por los grandes ejércitos, sin embargo un lento proceso de cambio surgió en la década de los ochenta, cuando comenzaron a implementarse las primeras medidas para formar, equipar y emplear a los tiradores de precisión.

Lamentablemente el Ejército Argentino por mucho tiempo ha sido ajeno a estos procesos, sobretodo por cuestiones doctrinarias y económicas. Por mucho tiempo solo algunos esfuerzos individuales intentaron implementar el tiro de precisión en los elementos de combate del EA.

A mediados de la década de los noventa la Compañía de Comandos 601 comienza a dar los decisivos primeros pasos en la materia al implementar un curso para la formación de tiradores selectos, aunque con ciertas limitaciones en lo doctrinario (todavía había mucho por aprender) y principalmente en lo material. (Algunos Winchester Model 70, Mauser 1909 y material prestado de GNA).

Habiéndose logrado resultados más que favorables se hizo evidente la necesidad de contar con un sistema de armas acorde, optándose por el Remington M-24 SWS del cual se incorporaría una partida (aunque muy por debajo de lo requerido). Esta última pronto debería ser compartida con la recientemente formada Compañía de Comando 602.

Durante los siguientes años, producto de experiencias parciales y la disposición de material de referencia, se comenzó a dar forma al marco doctrinario de los tiradores selectos, sin embargo el mismo no llegaría a completarse del todo.

Pese a esta notoria falencia, a mediados de la primera década del siglo 21 se dicta el Primer Curso de Tirador Especial. Para tal ocasión se dispondría de los recientemente incorporados Česká zbrojovka CZ750 S1M1, fusil a todas luces apto para los tiradores de precisión de una fuerza de seguridad, pero no para los del Ejército. A modo de muestra del desconocimiento existente en ciertas esferas de la fuerza, los fusiles checos serían provistos con alzas ópticas y anillas Shilba, equipo a todas luces inhábil para el tiro de precisión militar (Con el tiempo serían reemplazadas por las más acordes Leupold). Los CZ750 tendrían como destino las Compañías de Cazadores de Monte y de Montaña.

A los Cursos anuales dictados por la Escuela de Infantería se le sumarían distintos cursillos dictados en distintas unidades, sin embargo no deja de llamar la atención que los mismos son dirigidos a personal de caballería e infantería, los cuales generalmente carecen del equipo para el tirador selecto. A simple vista podemos decir que esto no solo genera un gasto innecesario al formar tropa que no va a cumplir dicha función sino que se desgasta el poco material existente.

Comando del Ejército Argentino armado con M-24 SWS. Imagen: Ejército Argentino
Comando del Ejército Argentino armado con M-24 SWS. Imagen: Ejército Argentino

Entre las últimas noticias con respecto a los tiradores selectos podemos mencionar la adquisición de un lote de fusiles anti-material Steyr HS.50 M1, siendo destinados los mismos a las Compañías de Comando y AFOE.

En lo que respecta a los tiradores de primera, los mismos han debido atravesar las mismas complicaciones, viéndose limitados a esfuerzos voluntariosos pero aislados. Algunos FAL modificados localmente aún pueden encontrarse en algunas unidades.
Para paliar esta carencia nació el Proyecto Modernización “FAL Modelo Argentino”, con dos versiones para el tirador de primera: El Fusil Argentino Modelo Tirador Destacado (FAMTD) cañón pesado y el FAMTD cañón liviano.

Fusiles para tiro de precisión disponibles en el EA:

– Remington M-24 SWS
– Česká zbrojovka CZ750 S1M1
– Steyr-Mannlicher SSG 69
– Winchester Model 70
– Mauser 1909
– Steyr HS.50 M1

Correo Electrónico
Publicidad

3 COMENTARIOS

  1. Es perjudicial para nuestras fuerzas especiales que no se tome en serio la especialidad, la capacidad de los tiradores selectos. Ciertos ejércitos, como el rusovietico, tenían en sus unidades regulares, sobre todo mecanizados, tiradores escogidos, tipos que sin ser un francotirador en toda regla, eran excelentes tiradores.
    Me pregunto, ¿habrán cursos de francotiradores en nuestras FFAA? He visto en alguna publicación los cursos de francotiradores de ejércitos como el de EEUU y UK, y son terroríficos esos tipos.
    Comparto lo de Herman, excelente nota, muy completa y didáctica, sobre todo en lo referente a nuestras FFAA.

Dejá una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.