La silenciada proeza del cabo Baruzzo

Nicolas Kasanzew

Corresponsal Veterano Guerra de Malvinas
De todos los suboficiales de Ejército que estuvieron en Malvinas, solo dos recibieron la máxima distinción a que puede aspirar un hombre de armas argentino: la Cruz al Heróico Valor en Combate.
Uno, el sargento primero Mateo Sbert, muerto en el combate de Top Malo House. El jefe de su sección, capitán José Vercesi, se ha encargado de que su historia se haya publicado en la revista “Soldados” y en general tuviera cierta divulgación. (Aunque, claro, muy por debajo de la que amerita a nivel nacional).
El otro, sigue siendo un perfecto desconocido, aún para muchos estudiosos del tema Malvinas. Si uno quiere averiguar porqué le fue conferido tan alto galardón, no se va a enterar ni googleándolo. Se trata del cabo Roberto Baruzzo del Regimiento 12 de Infantería de Mercedes. Y vaya si su historia, de ribetes cinematográficos, vale la pena ser contada!
Tuve el honor de conocer a Baruzzo, oriundo del pueblo de Riachuelo, Corrientes, en el 2009, cuando el Centro de Ex-Combatientes de esa provincia me invitó a dar allí una charla. Descubrí a un hombre de rostro aniñado, sin ínfula alguna, de perfil muy bajo, puro y transparente hasta rayar en la ingenuidad.
Su unidad había sido ubicada primero en el Monte Kent, para después ser enviada a Darwin. Pero una sección compuesta mayormente de personal de cuadros, con Baruzzo incluido, se quedó en la zona, al mando del teniente primero Gorriti.
En los dias previos al ataque contra Monte Longdon, los bombardeos ingleses sobre esa área se habian intensificado. El mismo Baruzzo fue herido en la mano por una esquirla. En una de las noches, el cabo oyó gritos desgarradores. A pesar del cañoneo, salió de su pozo de zorro y encontró a un soldado con la pierna destrozada por el fuego naval enemigo. Sin titubear, dejó su fusil y cargó al herido hasta el puesto de enfermería, tratando de evitar que se desangrara.
Lo peor aún estaba por venir.
En la noche del 10 al 11 de junio, estuve observando desde Puerto Argentino el espectáculo fantasmagórico que ofrecía la ofensiva británica. En medio de un estruendo ensordecedor, los montes aledaños eran cruzados por una miríada de proyectiles trazantes e intermitentemente iluminados por bengalas. Se me estremecía el alma de imaginar que allí, en esos momentos, estaban matando y muriendo muchos bravos soldados argentinos.
Allí, en medio del fragor, la secciòn de Baruzzo ya se había replegado hacia el Monte Harriet, sobre el cual los ingleses estaban realizando una acción envolvente. Varios grupos de soldados del 12 y del Regimiento 4 quedaron aislados. El teniente primero Jorge Echeverria, un oficial de Inteligencia de esta última unidad, los agrupa y encabeza la resistencia, Baruzzo se suma a ellos y ve a al oficial parapetado detras de una roca, disparando su FAL.
Baruzzo despoja a uno de los caidos británicos de su visor nocturno. “Ahora la diferencia en recursos ya no será tan despareja”, piensa. Con el visor va ubicando las cabezas de los ingleses que asoman detras de las rocas, y tanto Baruzzo, como su jefe afinan la puntería. Los soldados de Su Majestad, por su parte, los rocían de plomo e insultos.
Las trazantes pegan a centimetros del cuerpo del oficial, hasta que finalmente este es herido en la pierna y cae en un claro, ya fuera de la protección de la roca. Cuando Baruzzo se le quiere acercar, un inglés surge de la oscuridad y le tira al cabo. Yerra el primer disparo, aunque la bala pega muy cerca, pero antes de que pueda efectuar el segundo, Echeverria, disparando desde el suelo, lo abate. Otro inglés le tira a Echeverria, pero Baruzzo lo mata de un certero disparo. Cerca de ellos, el conscripto Gorosito pelea como un león. Los adversarios están a apenas siete u ocho metros uno del otro y sólo pueden verse las siluetas en los breves momentos en que alguna bengala ilumina la zona.
Echeverria está sangrando profusamente: tiene tres balazos en la pierna. El joven cabo – de apenas 22 años – con el cordón de la chaquetilla del oficial, le hace un torniquete en el muslo. La pierna de Echeverria parece teñida de negro y tambien luce negra la nieve a su alrededor. El teniente primero dice empero que no siente nada, solo frío. Baruzzo trata de moverlo. Echeverria se levanta y empiezan a caminar por un desfiladero, mientras a su alrededor siguen impactando las trazantes. De repente, de atrás de un peñasco, entre la neblina y las bengalas, surge la silueta de un inglés, quien dispara, y le da de lleno a Echeverria. Baruzzo contesta el fuego y el atacante se desploma muerto.
Esta vez Echeverria había sido herido en el hombro y el brazo: una sola bala le causo dos orificios de entrada y dos de salida. EL teniente primero cae boca abajo y Baruzzo ve que le está brotando sangre por el cuello. “Se me está desangrando!”, se desespera el cabo.
Aún hoy, el suboficial no puede hablar de su jefe sin emocionarse:
“El es uno de mis más grandes orgullos. Un hombre de un coraje impresionante. Allí, con cinco heridas de bala, estaba íntegro, tenía una tranquilidad increible, una gran paz. Con total naturalidad, me ordenó que yo me retirara, que lo dejara morir allí, que salvara mi vida. Me eché a llorar. Como iba a hacer eso? Yo no soy de abandonar! Y encima a este hombre, que era mi ejemplo de valentía! Tenía conmigo intacta la petaquita de whisky que la superioridad nos había dado junto a un cigarillo; es que yo no bebo ni fumo. Y le di de tomar. “Eso si que está bueno¨, me comentó. En cierto momento, no me hablaba más, había perdido el conocimiento. La forma en que sangraba, era una guarangada. Lo cubrí, lo agarré de la chaquetilla y empecé a arrastrarlo”,
Súbitamente, Baruzzo se vió rodeado por una sección de Royal Marines del Batallón 42. Sin amilanarse, desenvainó su cuchillo de combate, pero uno de los ingleses con el caño de su fusil le pegó un ligero golpe en la mano, como señalandole que ya todo había terminado. Baruzzo, cubierto de pies a cabeza con la sangre de Echeverria, dejó caer el arma, Y el mismo soldado enemigo lo abrazó con fuerza, fraternalmente. “Eran unos señores”, me comenta el cabo.
Al amanecer, al ver que no tenía heridas graves, sus captores le ordenaron que, con otros argentinos, se dedicara a recoger heridos y muertos. “Yo personalmente junté 5 ó 6 cadaveres enemigos”, me cuenta Baruzzo. “Pero en internet los ingleses dicen que en ese combate sólo tuvieron una baja!”
Echeverria fue helitransportado por los británicos al buque hospital “Uganda”, sobrevivió, recibió del Ejército Argentino la medalla al Valor en Combate y hoy vive con su mujer y dos hijas en Tucumán (la menor tenía dos añitos en el 82).
Baruzzo tambien tiene dos hijas, a las que bautizó Malvina Soledad y Mariana Noemí, y vive en su Corrientes natal. En su pago chico ha tenido un par de halagos que merecía: hay una calle con su nombre y hasta le fue erigido un busto en vida. Pero aún así, nadie repara en su existencia, ni conoce su proeza.
Poco después de la guerra, el 15 de noviembre del 82, Baruzzo recibió una carta del teniente primero, donde este le agradece su “resolución generosa y desinteresada, su sentido del deber hasta el final, cuando otros pensaron en su seguridad personal. Toda esa valentía de los “changos”, son suficiente motivo para encontrar a Dios y agradecerle esos últimos momentos. Pero, así Él lo decidió, guardándome esta vida que Usted supo alentar con sus auxilios”.
El oficial le cuenta que lo ha propuesto para la máxima condecoración al valor y le manifiesta su “alegría de haber encontrado un joven suboficial que definió el carácter y el temple de aquellos que forman Nuestro Glorioso Ejercito, y de los cuales tanto necesitamos”.
Personalmente, Baruzzo volvió a encontrarse con Echeverria recién 24 años después de aquella terrible noche. Ambos lloraron, el oficial le mostró sus heridas, dijo que el cabo había sido su ángel de la guardia, y le regaló una plaquetita, con la inscripción: “Estos últimos 24 años de mi vida testimonian tu valentía”. También le contó que en el buque-hospital los médicos británicos dejaron que le siguiera manando sangre un buen rato, para que así se lavara el f'ósforo de las balas trazantes.
“You have very good soldiers” (“Usted tiene muy buenos soldados”), le espetaron los militares ingleses al ensangrentado teniente primero.
Un reconocimiento que la sociedad argentina, en pleno, aún le debe a Echeverria, a Baruzzo, a Gorosito, a Pinzos y a tantos otros callados y acallados héroes de Malvinas.
 

Gerardo AML90

Veterano Guerra de Malvinas
Baruzzo, un héroe silenciado




Echeverria (a la izquierda) y Baruzzo. Un reencuentro 24 años después.




EL busto de Baruzzo en la Costanera de Corrientes Capital





Malvina Soledad y Mariana Noemí Baruzzo en una calle de Riachuelo, provincia de Corrientes

 

Daniel G. Gionco

Veterano Guerra de Malvinas
Complementando

En la página 133 del libro "Premios militares" de José Félix Martínez Lamela (Instituto Genealógico Heráldico de Rosario - Buenos Aires, 1995 - ISBN 987-95634) se dan los fundamentos de la condecoración otorgada:

Cabo 1º Baruzzo Roberto Bacilio Unidad RI 12 por "Combatir con excepcional valor en la zona de Monte Harriet, entre el 6 y 14 de junio, constituyéndose en el ejemplo de sus soldados, a los que alienta y asiste permanentemente. Auxiliar a su Jefe de Sección herido transportándolo lejos de la línea de fuego y suministrándole los primeros auxilios.
Pese a la orden del superior de abandonarlo y replegarse, sigue combatiendo hasta agotar las municiones
".
 
Una más y van...

Que historia Nicolás, que historia!!!
Por favor, si por su intemedio le puede hacer llegar un saludo y un gran reconocimiento a tamaño héroe, tamaño veterano, que hasta el día de hoy no sabía de su existencia, se lo agradeceré.
Cuantos más habrá de estos VGM, silenciadas sus historias por la maldita desmalvinización. Saludos
Hernán.
 
Invalorable el relato de esta historia Nicolás, muchas gracias por compartirla. Sueño con que algún día, ésta, como tantas otras historias estén en todos los manuales escolares. Algún dia la desinformación terminará?
 
Que tremenda historia de la guerra, otro heroe no reconocido. Vaya para el un gran agradecimiento por defender nuestra patria como Dios manda, con valor y corage.

Juanjo
 

njl56

Colaborador
Colaborador
Que bien... bien por Nicolas por traer la historia hasta aca, bien por Gerardo por la velocidad de reflejo, impecable y bien tambien por ZM por bancar este lugar que se convierte sin pretenderlo en un lugar sagrado para mi... donde la memoria los BUENOS HOMBRES abandonan el anonimato y nos muestran el camino a seguir con su ejemplo de solidaridad infinita.

Gracias Nico, gracias Gerar, gracias ZM
norberto
 
Gracias Nicolás por traernos el recuerdo de las acciones de este Hombre, Héroe de la Patria.
Anduve buscando hace tiempo sobre el Cabo Baruzzo en internet pero no había logrado dar con nada.
Le doy gracias a Dios por tener a semejantes Héroes entre nosotros.
El cantante Mario Bofill también lo nombra en la canción "Los Ramones" y aquí les dejo el extracto donde habla de el:

¡Cabo Roberto Baruzzo...
de aquí te estoy saludando...!
Comentan tus compañeros
que el enemigo diezmado
anda buscando el cuchillo
de un fantasma azul y blanco...
¡Angá, aún no aprendieron,
qué es un correntino alzado!
 
Suerte que tengo que escribir y no hablar, porque el nudo que me quedo en la garganta no me lo permitiría.
Una historia increíble, que sin dudas debería ser enseñada en las escuelas, para que los argentinos sepamos que no todo está perdido mientras hombres como Baruzzo y todos los otros héroes Argentinos pisen esta tierra.
Gracias Nicolás por compartirla con nosotros esperaremos ansiosamente algunas otras historias como esta, que nos emociona y llena de orgullo.
 
Que historia, impactante, tal vez haya varias como esta de la que no sabemos nada, no seria buena idea juntar en un hilo todos los casos que merecieron una distincion por su actuacion ?
 
Gracias Nicolas por esta historia!!! Es muy interesante el relato desde el angulo de Baruzzo, yo la conocia desde la pluma de Echeverria en el libro "Asi Lucharon" de Turolo (libro de lectura obligatoria, muy bueno).
Por otro lado, que buen relato de primera mano para los descreidos sobre las bajas britanicas escondidas, es clarisimo que algo se oculta, les recomiendo el libro del Cap. Farinella "Malvinas Volveremos", tambien del RI4, en donde se da testimonio de muchas bajas inglesas que despues no aparecen por ningun lado.

Saludos
Hernan
 

Herr Professor

forista tempera-mental
Colaborador
Nicolas , muchas gracias por la historia , voy a recordar los nombres de estos SEÑORES... lo minimo que merecen es nuestro recuerdo peranente
 

Willypicapiedra

Miembro del Staff
Moderador
Esto, es sentir el peso de la historia. esto hace latir el corazon a mil por hora y que no quepa en el pecho.

Gracias Nicolás.

Gracias SEÑOR BARUZZO.

SALUDO UNO.....DOS

Willy
 
Arriba