El verdadero desafío comienza después del alto el fuego.

CCH

Veterano Guerra de Malvinas
Dijo San Martín que “sería indigno que quien estuviese en condiciones de empuñar un arma en defensa de su patria, no lo hiciera”. Y a simple vista está muy bien, la defensa del bien común, la entrega por una causa común. Ese fue un poco el espíritu que nos motivó a quienes en Abril de 1982 fuimos a Malvinas.

La guerra sabemos, es un instrumento político de quienes detentan determinados tipos de poder para obtener un determinado objetivo; que en general puede ser controlar determinados recursos (económicos, territoriales), imponer razones o modelos (políticos, religiosos o culturales), o cambiar determinadas relaciones (justamente, de poder).

Quienes impulsan y definen las guerras, son conscientes de los daños irreversibles, físicos, psíquicos y sociales que provocan; pero el mensaje que se brinda en relación a la guerra desde el poder, está focalizado en la nobleza de la defensa de los intereses comunes de esa sociedad y en la honorabilidad y el orgullo que la entrega personal -en pos de esa defensa- genera en quienes participan en el combate. En la legítima defensa de los intereses que ellos mismos representan o buscan.

No mencionan al hombre. Se defiende la herramienta política, y por tal motivo no se refieren a las consecuencias que se generan durante, pero sobre todo después de finalizados los combates. Las consecuencias para los soldados y para su entorno, es un aspecto de la guerra que no siempre es puesto de manifiesto.

Para quienes pierden su vida en un combate, se les reserva el título de Héroes. Estas personas merecen el recuerdo y el respeto de los demás, ya que nadie va al combate esperando un reconocimiento, tampoco esperando la muerte.

Nadie muere en combate como un héroe, la mayoría de las veces se muere como un perro. La muerte en combate no transforma a nadie en héroe, lo transforma en cadáver. Y debe ser luego la sociedad (si identifica y reconoce como suya la causa que defendía ese soldado, y si reconoce el valor de esa entrega continuando con esa lucha) la que define como héroe a esa persona, a su recuerdo, dándole un poco de sentido a esa muerte.

Para quienes vuelven de un campo de batalla, se les reservan las etiquetas de “ex combatientes” o “veteranos de guerra”.

Si bien el ser humano se adapta rápidamente a situaciones extremas como las de un combate, la experiencia de estar expuesto a una situación de vulnerabilidad e indefensión y de vivir en forma prolongada bajo fuego, con continuo riesgo de vida, deja huellas profundas en las personas. Es entendible que recibir bombardeo y fuego enemigo, presenciar ejecuciones, convivir con el dolor y la desesperación en forma prolongada, sobrepase los mecanismos de reacción de las personas. Y ya que estas experiencias no están contempladas dentro del cuadro de respuestas normales o predecibles para las que el individuo está preparado, también es lógico o entendible que su reacción tampoco sea normal ni predecible.

Estos comportamientos “anormales” se tornan “normales” durante el conflicto armado; generando una sobretensión y sobre exigencia que trae consecuencias y deja secuelas. Provocan además un necesario y rápido cambio en la escala de valores de cada soldado, que trastoca todo lo que para él era conocido, escala que deberá re adaptar varias veces según sean las condiciones de superviviencia que se le presenten.

Se va a la guerra en defensa de intereses “nacionales”, “soberanos” y se asume así un mandato que la sociedad impone representándola en el combate. Pero una vez en el combate, lo que se defiende es la propia vida y la de los compañeros mas cercanos. Eso es lo único que vale.

Nadie regresa de un campo de batalla (no tal cual era).

Quienes tienen la suerte de volver (pues solo de suerte se trata) no son las mismas personas que partieron hacia la guerra: sus comportamientos cambiaron, su escala de valores cambió, sus sentidos cambiaron, su percepción es diferente, etc. etc.

Al regreso, por lo tanto la relación con la familia, con los amigos y con la sociedad en general, será diferente y deberá ser reconstruida, refundada. Y como toda relación debe ser encarada y refundada desde sus dos lados (la persona deberá hacer su tarea y el entorno la suya).

Esa tarea no siempre es fácil, ni está limitada o definida en el tiempo. Y poder o no realizarla puede deberse a razones personales o de entorno. Es probable que al regresar de la guerra algunos no puedan retomar sus actividades por razones subjetivas (causas o daños psicofísicos presentes por el combate) pero en muchos otros casos esta limitación se debe a motivos externos a la persona, y están ligados a la visión y a la reacción de la sociedad ante ese individuo que quiere volver a incorporarse luego de haber vivido la guerra en primera persona.

Al intentar reinsertarse, muchos veteranos no encuentran que encajen de nuevo, sintiendo que perdieron el rol que desarrollaban antes de la guerra en las actividades que realizaban a nivel social y con las cuales se los identificaba y se sentían identificados. Esto se puede dar porque a su regreso se los identifica y etiqueta con el título de “ex combatientes”, o “veteranos” pasando así a no tener un lugar definido en la sociedad, ni a encajar con sus anteriores roles y lugares.

Con esa denominación se los aísla, no dándoles lugar en el presente, colocándolos en una situación de “vacío social”, dejándolos afuera de las actividades y roles productivos definidos para el desarrollo y contención de sus integrantes en esa sociedad.

De esa manera no será posible la re inserción, ya que lo que se les propone es que pasen a desempeñar un rol pasivo, identificándolos con una actividad que pertenece al pasado y que hoy no tiene lugar ni sentido en la sociedad. Un título que los deja afuera de la misma.

Se los define por lo que ya no son, por lo que fueron (en el caso de llamarlos “ex combatientes”) o por una función que solo puede servir para contar una experiencia vivida pasada (“veteranos de guerra”) y que no sirve para ninguna actividad productiva del presente, salvo para ser tenida como antecedente o experiencia en alguna de las fuerzas armadas ante una posible actividad bélica futura.

Esta visión/denominación de la sociedad junto con el grado de reinserción que pueda lograr la persona, irán definiendo su identidad en la posguerra.

La persona a la que se le dificulta reintegrarse, entra en un círculo vicioso al por un lado no poder retomar su antiguo lugar en la sociedad, y por el otro al quedar identificado por toda la sociedad con un rol que hoy no tiene aplicación ni lugar para desarrollarse.

Debido a esto muchos ex soldados adoptan conductas evasivas y evitan establecer contacto con otras personas, salvo con otros que hayan estado en su misma situación. Viven lo que debería ser una reinserción, sintiendo que no encajan en una sociedad que los rechaza, los coloca e identifica en una posición de vacío social. Experimentan el regreso con sentimientos de abandono, y a la vez de culpa. Dejaron de ser lo que eran y ahora los identifican con un rol que no desempeñan.

En el caso de Malvinas además se identificó a los que regresaron del combate con quienes dirigieron política y militarmente el conflicto, y con quienes llevaron a cabo un período oscuro de gobierno del país que lo sumergió en el caos y la desfragmentación social. Las propias fuerzas armadas que en el combate defendía y valoraba al soldado, en la posguerra les cerró las puertas en la cara, ya que no eran personal de las mismas (eran civiles bajo bandera), no dándoles cobertura o atención médica, mucho menos trabajo o contención.

Excepto los familiares y amigos de los soldados, el resto de la sociedad los ignoró. No se habló de la guerra, no se habló del regreso de los combatientes, no se habló del desempeño individual de los soldados en el combate, ni se hablo de la entrega y sacrificio realizado.

Se evitó el tema, se los escondió, se desplegó un manto de silencio y olvido.

Se evitó que los ex-soldados contasen sus vivencias, sus temores, sus furias, sus dolores y frustraciones, cortando así la posibilidad de que aliviasen su tensión compartiendo y dando a conocer su situación y lo actuado en combate en representación de la sociedad civil.

Se profundizó con ese silencio el aislamiento y la marginación, que la identificación como “ex combatientes” o “veteranos” ya provocaba inconscientemente.

Muchas personas al sentirse excluidos y al no encontrar su lugar en el regreso de la guerra, se terminaron identificando entonces con esa definición que se les propuso y quedaron así atrapados en su antiguo rol de combate. En su antigua identidad “militar” pero ahora dentro de la sociedad civil. Se aferraron a ese rol de combate que les valió el reconocimiento y lealtad de sus colegas durante el conflicto, que les generó el orgullo de haber defendido una causa común. Se vistieron como soldados en la civilidad y se colgaron sus medallas en el pecho para marcar aún más esa diferencia con la que la sociedad los marginó. No se logró la reinserción. O se logró en parte asumiendo así un rol marginal que conscientemente la sociedad tiene reservado para quienes regresan de un combate.

Y por eso hoy, en Argentina y 32 años después de la guerra, muchos se siguen definiendo e identificando como “artilleros”, “infantes de marina”, “paracaidistas” etc. etc. Roles que generan orgullo de haberlos podido desempeñar en su momento (es mas que entendible y loable).

Pero hoy muchas de esas personas debieran ser (además de Veteranos de Guerra) carpinteros, médicos, futbolistas, abogados, abuelos, catadores, ingenieros, nadadores, padres, vendedores, etc. etc. y con esos roles debieran ser identificados y presentarse en sociedad para realmente estar reinsertados.

Ser “ex” es algo que puede surgir y es útil en alguna conversación, una anécdota que se corresponde con una experiencia que puede y vale la pena ser contada y recordada, algo que vale y tiene sentido en una conmemoración de un hecho histórico, pero no es algo que sirva para definir e identificar a alguien con lo que hoy “es”.

El verdadero desafío es poder superar además del combate, las etiquetas y roles que quienes detentan el poder nos tienen reservadas para cuando queremos volver a casa y ser algo parecido a lo que éramos o a lo que teníamos pensado ser.

CCH
 

Tronador II

Colaborador
Es así mi estimado CCH, creo que lo que comentas se debe presentar en mayor o menor medida en todas las sociedades. Lamentablemente, en la nuestra, por cuestiones que mencionas y otras que no mencionas (como ser: descomposición del tejido social, desaparición de sentido de pertenencia a la patria, pérdida de identidad de lo nacional, etc.), esto se ve muy agravado.

Abrazo de un hincha del Grana a su Hijo deportivo
 

CCH

Veterano Guerra de Malvinas
Es así mi estimado CCH, creo que lo que comentas se debe presentar en mayor o menor medida en todas las sociedades. ....

Abrazo de un hincha del Grana a su Hijo deportivo

Si, tal cual es que ninguna sociedad está preparada.
Y nos vemos en la séptima !!!!!!
Abrazo
 
Para que apreciemos lo acertado del titulo del Tema y el enfoque del mismo por parte del colega, reproduzco una nota aparecida hace ya un tiempo largo atras en el periodico "El Heraldo" de Concordia (Entre Rios). La situacion se reproduce a lo largo y ancho de nuestra Patria...Que cambios positivos hubieron???


"....¡Patético! Fueron despejados de su dignidad; pocos respetan su legado y enseñanza. Faltó valoración y para algunos, ya es demasiado tarde. Eligieron el camino que muchas autoridades le marcaron: la muerte.

“Nosotros no somos cómplices de los gobiernos de turno…”, se le escuchó decir a un adolescente, con justificada razón. Inmediatamente, de los propios Comunicadores, nació la idea de crear un micro semanal en su espacio radial de los sábados, de manera de que los veteranos de guerra dispongan de él y cuando deseen, se acerquen a dialogar con la joven audiencia de “Fronteras de la Comunicación”. En segunda instancia, ya empezó a delinearse la propia página en Internet de la Asociación de ex combatientes de Concordia, que será incluida en el Mega Portal de estos alumnos –ellos mismos la están haciendo- y, finalmente, volverán a ser parte de las Conferencias Temáticas (como en 2004 lo hicieron) para acercarse a colegios públicos y privados, de la mano de los Comunicadores, tarea que el Proyecto elevará a las autoridades de la Dirección Departamental de Escuelas para así amplificar y potenciar aún más la iniciativa. Diario “EL HERALDO” y FM Costa acompañará esta fuerte movida de los Comunicadores, que nuevamente, no serán indiferentes a realidades que duelen.

“Nosotros gracias a la Asociación, donde estamos inmersos por nuestra propia voluntad, nos sentimos contenidos y, a su vez, hacemos entre nosotros una terapia, donde nos ayudamos mutuamente...”, empieza explicando Guillermo Pérez, luego de escuchar un informe en poder de los Comunicadores, que da cuenta de que ya son más los muertos por “suicidio”, que los desaparecidos en la guerra de Malvinas. Y los números siguen creciendo…

LOS SUICIDIOS SON CIERTOS, PERO NO HAY QUE LAMENTARLOS AQUÍ…”

- Señor Pérez, conocimos en estos días cifras, no oficiales, de ex combatientes que se han suicidado en los últimos tiempos. ¿Se conocen casos tan desafortunados como estos aquí en Concordia?

- Hay cifras semi oficiales y cifras que manejamos nosotros. Las cifras casi oficiales hablan de 350 veteranos, aproximadamente, que se han quitado la vida. Nosotros estamos manejando cifras de 454 veteranos, que sí sabemos que se han quitado la vida por los efectos psicológicos que han quedado a la causa de Malvinas. Por fortuna, en Concordia no tenemos ningún suicidio.

- ¿El estado de sus compañeros en la Asociación es satisfactorio o hay casos que todavía deberían preocuparnos y sobre los que debería operar más la contención?

- Si, tenemos muchos compañeros que están mal, pero gracias a familiares pueden ser contenidos. Tuvimos que lamentar un caso en Chajarí, un compañero que pertenecía al Centro de Veteranos de Guerra de Concordia. El Día de la Bandera fuimos todos a Rosario. Y como había tantos veteranos de guerra juntos, a él se le puso que íbamos a volver a la guerra y se asustó.

INSENSIBILIDAD LOCAL:

(¿Por qué…?, preguntan los niños y adolescentes)

- ¿Quiénes en Concordia les han dado la espalda?

- Nosotros intentamos a través de PAMI, de la Sociedad de Concordia, que nos manden algún médico o especialista. Pero no encontramos respuestas. Hallamos puertas cerradas, burla; soportamos mucho desinterés... Fuera de pasillo estaba todo el interés que ellos nos daban, pero en los papeles, absolutamente nada... Cuando logramos que venga una psicóloga de Buenos Aires, este muchacho que se había asustado, ya hacía tres días que estaba enterrado. Entró en pánico y se ahorcó; no lo pudimos contener.

Conmovidos por lo que relataba el ex combatiente de Malvinas ante los micrófonos de FM Costa, muchos Comunicadores no pudieron ocultar sus lágrimas. También para Guillermo Pérez fue difícil: su relato estaba signado por el dolor, la impotencia… Despojado de su más elemental dignidad por la ausencia de las autoridades que deberían asistirlos, contenerlos, resguardarlos y respetarlos como un ejemplo para otros argentinos (como si no hicieran falta) Pérez siguió hablando con los alumnos, fuera del micrófono, para diario EL HERALDO. No fue una entrevista más, ninguna de lo es para ellos… Pero tuvo ribetes por momentos, insostenibles, durante el reportaje radial. La emotividad y el dolor pegó duró a todos. A Guillermo se le sumaban los recuerdos que siguen golpeando y golpeando en su corazón. Le queda el regocijo espiritual de poder contarlo por respeto y veneración a los que ya no están. Y allí están los Comunicadores para difundir y hacer escuchar su dolor… Son niños y adolescentes concordienses, educados para sentir y vivir la solidaridad y la integración desde otro ángulo social.

- ¿Tenía familia este señor que se quitó la vida?

- Si. Y esa esposa y esa hija, hoy están sin su padre, sin su compañero. La contención ahora intentamos dársela nosotros gracias a nuestro Centro. Es muy doloroso lo que esa familia ha pasado y nosotros mismos que estuvimos a su lado, sabemos lo que sufrió. Realmente tenemos mucho miedo por nuestros compañeros, porque algunos están muy mal. Tratamos de contenerlos, pero no es suficiente, como es lógico suponer. Hoy, ayuda de otro lado, no tenemos...

- ¿Entonces, además de ustedes mismos y su Centro, qué otra contención tienen para sobrellevar los tristes recuerdos como los vividos en el intento de recuperación de las Islas Malvinas?

- Como les decía, lo único que tenemos es una autocontención. La contención de nuestras familias, pero más la que hacemos con nuestros propios compañeros.

- ¿Podemos saber en qué consiste la “auto-terapia” que realizan entre ustedes mismos?

- Entre nosotros charlamos, nos reímos, a veces nos peleamos, entramos en discusión, pero después se nos pasa el efecto y nos sentimos reanimados y con ganas de volver a empezar. Como nosotros sabemos el problema que tiene el veterano, que fuera del Centro no va a encontrar apoyo, no lo van a comprender y lo van a tratar de loco, de discapacitado, como una persona que es de un carácter polvoriento y compulsivo, que puede llegar a la violencia, sabemos de todo eso y, por esto, muchas veces, no buscamos apoyo.

“SOLO NOS TENEMOS A NOSOTROS MISMOS;LA FUERZA Y LOS DIRIGENTES NOS ABANDONARON…”

- ¿Cuál es la crítica que ustedes o usted haría en este sentido, Guillermo?

- Yo creo que los especialistas deberían darse cuenta de lo que está pasando, ya que hace más de 20 años que terminó el conflicto. Si ellos supieran que, en Malvinas, quedaron 280 o 290 en tierra y el resto en agua, y, que solamente del Crucero (Belgrano), quedaron 323 en el mar… Y si ellos ven la cantidad de veteranos que se quitaron la vida después del conflicto, en una democracia que se dice pura y de contención, se darían cuenta la “verdadera contención” que nos están brindando los médicos y la gente que maneja el país.

- La desprotección es total, ¿es así?

- No tenemos hospitales; no tenemos ningún centro que nos contenga. Y la Fuerza nos abandonó, al igual que el dirigente. No podríamos seguir adelante si no fuera por nosotros mismos...

“TRATAMOS DE EVITAR LA DEPENDENCIA DE LOS FARMACOS…”

- Los tratamientos a los que algunos de ustedes están sometidos, ¿son psicológicos o psiquiátricos?

- Aquellos que pueden pagarse los tratamientos lo hacen. Son entre psicológicos y psiquiátricos, pero muchas veces recurrimos a los fármacos, y es donde no queremos llegar, por la dependencia. Algunos entraron en el alcoholismo, otros en el tabaquismo, algunos son violentos y retraídos con sus familias. Hay muchos casos, pero eso sólo lo sabemos nosotros, porque no hay nadie que se interese y se preocupe en buscarle a esto una solución.

CRECE EL NÚMERO DE SUICIDIOS: A LA FECHA, 454 VETERANOS SE QUITARON LA VIDA

- ¿Tienen información del número de suicidios de ex combatientes en el país?

- Si. Nosotros recibimos los informes. Estamos manejando una cifra de 454... Hace poco tuvimos que lamentar la vida de otro compañero nuestro, de Lanús, en Buenos Aires. Se quitó la vida después de haber pedido ayudado en tres oportunidades, tanto en el lugar donde trabajaba y en la Fuerza donde había participado. Era un soldado de Clase 62; fue un soldado condecorado con la Medalla al “Mérito al Valor en Combate”. El había arriesgado su vida para salvar a un compañero que había caído al mar. Por eso lo condecoraron. Hoy tuvimos que velarlo. Se quitó la vida. Ayer salvó una vida, pero a él nadie lo ayudó a salvar la suya.

EL LAVADO DE CABEZA A LOS JOVENES: LA DESMALVINIZACION

- ¿Consideran que la causa y la lucha de los veteranos de Malvinas ha sido menoscabada por los distintos gobiernos democráticos que han pasado, luego de la guerra?

- Si. Hay un tema que los gobiernos lo manejan muy bien, y es el de “desmalvinización”. Ellos tratan de que ustedes, los jóvenes, no entiendan qué es la lucha por Malvinas, dónde está y por qué fuimos a la guerra. Se trata de desinformar y meter, dentro de la causa, elementos políticos. Yo creo que habría que dividir las aguas. Lo que fue político, fue político, pero las causas son las causas y hay que respetarlas.

- ¿Qué buscan con nosotros, los adolescentes?

- Ellos han tratado de que ustedes pierdan el interés, y aquí en Concordia lo vemos: “Fronteras…” es el único programa, y FM Costa es la única radio que pone jóvenes a que se interesen por la causa y que pierdan el miedo a saber cuántos se han quitado la vida después del conflicto. Es muy duro decirlo, después de que todo terminó, “sigue el combate entre hermanos”

- En este contexto, ¿cuál es su mayor dolor? ¿Qué podemos hacer nosotros, sin medios ni recursos, para ayudarlos?

- El mayor dolor es no tener un hospital que nos cobije como hermanos. No porque yo haya peleado en la Armada, otro haya peleado en la Fuerza Aérea y demás, debemos tener hospitales distintos. Que si yo entro en problemas, que pertenecí a la Armada, no puedo ir a que me atienda uno del Ejército, porque para ellos yo no soy veterano de guerra, tampoco lo soy para la Fuerza Aérea. Sentimos ese dolor, no pertenecemos a nadie. Tenemos hospitales cerca y no podemos ser atendidos, porque no nos reconocen. No podemos decir que somos veteranos de guerra si no tenemos un trámite burocrático.

- ¿Y el trámite burocrático cómo es, en que consiste?

- Eso lo logramos después de quitarnos la vida. Recién ahí llega la orden de que sí podemos ser atendidos...

“EL GOBIERNO DE ENTRE RIOS ES UN BUEN EJEMPLO, PERO…”


- ¿Qué gobierno democrático ha sido, sienten usted, quien más y mejor se ha ocupado de la causa de los ex combatientes?

- No les sabría decir. Nos prometen del 1 al 100, y cumplen el 10. Otro gobierno cumple otro poco, y así de a poco. Algo hacen, pero nada. La vida se nos va y las promesas nunca fueron cumplidas. Si yo tendría que decir qué gobierno nos trató mejor, diría “ninguno”.

- Del gobierno de Entre Ríos, ¿qué tipo de respaldos reciben y cómo se sienten atendidos?

- Nosotros, los entrerrianos, podemos decir que estamos contentos. Fuimos los primeros en ser atendidos por un gobierno, que nos dio el IOSPER, una asistencia que atiende al veterano y a su familia. Fue un orgullo en todo el país, por ser la primera provincia que nos atendió en forma gratuita. Pero hay que aclarar que asistencia mental nunca tuvimos.


“NOS HICIERON MAS DAÑO EN NUESTRO PAIS QUE LOS INGLESES EN LA GUERRA”


- Se habla de que 454 es el número de ex combatientes que se han quitado la vida. Aunque son cifras no oficiales, ¿ustedes consideran que esto se puede revertir de alguna manera?

- Estas cifras son alarmantes. Si en combate perdieron la vida 250 aproximadamente, el resto que cae en el mar y en el aire, el otro grupo, que son los más grandes (alrededor de 323), que caen junto con el Belgrano, y si estamos hablando de 454 veteranos que se han quitado la vida…, pienso, es terrorífico. Más daño nos hicieron quienes están a cargo de nuestra salud que los propios ingleses...

- ¿Qué se puede hacer por quienes se ven más vulnerados, de manera de bajar el índice de suicidios? Si los gobiernos y las autoridades no ayudan, el estado de ustedes es desesperante. No queremos que sigan quitándose la vida…

- Lo primero que tendrían que hacer es constituir una asistencia profesional adecuada, un seguimiento profesional; instrumentar una asistencia, pero no de profesionales que vengan de Buenos Aires. Pedimos que nos atiendan, que charlemos, que no nos prometan y luego, nos digan que tenemos que ir a atendernos a Buenos Aires.

- Disculpe, ¿cuál es el problema de ir a Buenos Aires?

- Nosotros no contamos con nadie que nos guíe. Muchos de nosotros no conocemos Buenos Aires, y a veces estamos mal, pero no queremos ir. Es decir, necesitamos una atención en la zona, o al menos en grupo.



AHORA INTERVIENEN LOS NIÑOS Y LOS JOVENES (jueces puros de una realidad patética)

- En Concordia, repetimos nuestra inquietud, ¿de qué manera estima que niños y adolescentes podemos colaborar para un mejor pasar y bienestar de ustedes?

- Para nosotros la mejor colaboración es ésta: que se interesen por nosotros, que propaguen esto en la información. Yo tendría que darle las gracias a Oscar Miño, porque es el único que se interesa y hace que ustedes se interesen y conozcan esto. Nosotros estamos agradecidos con todos ustedes, y siempre decimos que ojalá esto siga y ustedes puedan difundir esto.

- ¿Desea agregar algo más?

- Para agregar hay mucho, pero no quisiera entristecerlos más. Simplemente agradecerles a ustedes y a su maestro, y pedirles que se sigan interesando en esto e investigando de la causa. Que nos tengan en cuenta y que nos sigan invitando...
Queremos agradecerle la visita que una vez más ha realizado a nuestro programa. Y como lo hemos hecho siempre, les hacemos saber que no están solos y que hay niños, niñas y jóvenes que valoramos que ustedes hayan ofrendado su vida para la recuperación de las Islas Malvinas.


Debieron sobreponerse y seguir con su programa de radio. No fue fácil para ellos. Preguntaban ¿por qué? Querían salir a gritar su dolor. Entendieron que como Comunicadores las soluciones debía procurarlas a través de sus medios naturales de comunicación, con la mesura que ello requiere y con la celeridad, eso sí, que requiere la causa. Es deseo del Proyecto “Jóvenes Comunicadores” que esta nota en diario “EL HERALDO” lleve a nuestros veteranos el reparo que merecen. Cualquiera sea la respuesta y del medio que provenga, los ex combatientes de la región saben que los “Niños, Niñas y Jóvenes Comunicadores” seguirán convocándolos y haciéndolos participar a futuro, de todas las actividades que ellos encaren. Será otro modo de integrarlos a la juventud: ahora los mayores deben dar respuestas y soluciones, sin demoras. Son observados por los chicos, que también esperan…"
 

drupi

Veterano Guerra de Malvinas
Estimado CCH,muy claro su razonamiento,nada fue fácil para todos aquellos que regresamos,como bien decís nadie volvió de la forma que fue,todos nosotros cambiamos y también lo hicieron nuestras familias,el porcentaje de separaciones / divorcio fue bastante significativo, todos aquellos que ya estaban casados tuvieron algún problema,de mi unidad a pesar de ser muy chica casi el 40 % vio como se destruía su familia,la difícil convivencia con un veterano llevaba a esta lamentable situación.
 

Guardian del Harriet

Veterano Guerra de Malvinas
Hola CCH, destaco tu primer escrito y reflexión, coincido en gran parte con ello.
Con respecto a esto último que solicitas. Tengo ciertas preguntas para hacer y que hace tiempo me dan vueltas.

No caben dudas que a cualquier familiar de los caídos que no pueden identificar con nombre y apellido la lápida de su deudo, le resulta de gran algarabía la posibilidad de que se reconozcan los restos de su familiar.
Pero en todas estas informaciones que circulan, hay poca aclaración sobre las características e implementación de como se haría este estudio antropológico/forense.

¿Quienes lo realizarán? ¿Se hará en las islas? ¿Significa trasladar los cuerpos al continente de acuerdo a lo que pretenden los británicos?
Por lo que he leído y escuchado los familiares quieren saber, pero no están de acuerdo a que se saquen a sus deudos del lugar. Dicho pensamiento me parece algo por demás adecuado, por un claro respeto al significado de la lucha de esos héroes por ese lugar. Ellos lucharon por ese pedazo de tierra, es justo que allí descansen.

Ellos (los caídos) son los que efectivamente han recuperado territorio, dado que el lugar donde yacen, es el más criollo que se pudiera pensar. Diría campo santo. Solo resta, en similitud a lo que ocurre en otros continentes, que flamee en Darwin la bandera argentina, dado que los combatientes que allí están, lo son. Por eso no se entiende la obstinada posición británica al respecto.

Quizás, como escuché una vez de un familiar que tenia en claro que su deudo debía permanecer allí, y que ningún procedimiento forense debía remover esos restos del lugar.
"Mirá, es cierto, desconozco cual es la tumba de mi hermano, sin embargo se que está aquí en este cementerio, y aquí debe continuar junto a todos sus compañeros..."

Tal vez, antes de apoyar cualquier campaña, deberíamos saber algo más de ella, porque si para reconocer los restos hay que sacar los cuerpos y trasladarlos de este lado del mar, yo digo: NO.
saludos
GDH
 

cosmiccomet74

Colaborador
Colaborador
Concuerdo, aunque le dejo abierto a quien como pariente quiera tener el cuerpo de su deudo en el Continente no podria yo censurarlo.

Lo que si reconosco que todo este movimiento hay sido fogoneado por partes de la Sociedad que nada quieren a la causa Malvinas y solo quieren incorporan mas "muertos" a la lista de desaparecidos en la ultima Dictadura Militar para ver si de esa forma llegan un poco mas cerca de los 30,000 desaparecidos que proclaman.

Se me salio la cadena, disculpen.
 

CCH

Veterano Guerra de Malvinas
Hola GDH, gracias por tus comentarios por lo escrito al ppio del post.

Respecto a lo otro, la movida es de un grupo de "civiles" que no pretenden para nada trasladar al continente nada de lo que dejamos en las islas.
Por lo que hablé con uno de los promotores, la intención es que los isleños (del ort#) permitan trabajar a los equipos forenses argentinos para tomar muestras identificando las tumbas, para poder luego con sus familiares identificar con nombre y apellido esas mismas lápidas (solo le agregarían el nombre para que puedan ser identificadas).

Esta muy bueno desconfiar, nadie puede garantizar que cualquier grupo con la ideología que sea quiera después llevar agua para su molino, pero de entrada los sentimientos de estos tipos son solo permitir que los familiares sepan donde están los restos de sus deudos.
También puede darse que algunas de esas familias, pidan luego traerlos.........que se yo, como dice Cosmic "quien podría censurarlos".
Es un riesgo.

Abrazo !!
 

felizalde55

Veterano Guerra de Malvinas
Hola GDH, gracias por tus comentarios por lo escrito al ppio del post.

Respecto a lo otro, la movida es de un grupo de "civiles" que no pretenden para nada trasladar al continente nada de lo que dejamos en las islas.
Por lo que hablé con uno de los promotores, la intención es que los isleños (del ort#) permitan trabajar a los equipos forenses argentinos para tomar muestras identificando las tumbas, para poder luego con sus familiares identificar con nombre y apellido esas mismas lápidas (solo le agregarían el nombre para que puedan ser identificadas).

Esta muy bueno desconfiar, nadie puede garantizar que cualquier grupo con la ideología que sea quiera después llevar agua para su molino, pero de entrada los sentimientos de estos tipos son solo permitir que los familiares sepan donde están los restos de sus deudos.
También puede darse que algunas de esas familias, pidan luego traerlos.........que se yo, como dice Cosmic "quien podría censurarlos".
Es un riesgo.

Abrazo !!

No sé si soy muy hereje con lo que pienso y digo, pero ¿Qué suma saber si son o no son los restos de tu familiar?
¿No se revuelven demasiadas cosas con todo este proceso?
Entiendo esa necesidad entre quienes tienen familiares desaparecidos pero quien tiene fallecidos en la Guerra, sabe lo que pasó, con menor o mayor detalle, pero con certeza. No es así en los otros casos mencionados, lo respeto.
Ahora lo que no se honró o realizó en vida, no se va a solucionar en muerte.
En mi buen saber y entender, vale lo que se recuerda, lo que se recuerda vive en nosotros. Es independiente si están los restos, si son o no son. Del mismo modo, ¿si faltan restos de alguno de los fallecidos en tierra firme ¿qué se hace? Quien piensa y recuerda a sus fallecidos, lo hace desde su corazón en el momento en que fuese y con su corazón, su fe, su creencia o lo que fuere.

Dejemos a los muertos como y donde están en el Cementerio. Si se encuentran otros después de muchos años, que se depositen donde está determinado. En el supuesto beneficio del conocimiento entiendo que se va a herir a otros y como siempre las cicatrices que se abren son muy difíciles de curar.

Con respecto al primer texto del preclaro Claudio, como siempre impecable
Abrazo.
 

CCH

Veterano Guerra de Malvinas
No sé si soy muy hereje con lo que pienso y digo, pero ¿Qué suma saber si son o no son los restos de tu familiar?
¿No se revuelven demasiadas cosas con todo este proceso?
....... Quien piensa y recuerda a sus fallecidos, lo hace desde su corazón en el momento en que fuese y con su corazón, su fe, su creencia o lo que fuere.

Dejemos a los muertos como y donde están en el Cementerio. ......

Hola Pancho, un alegron como siempre leerlo.

Que se yo, el tema finados, muerte, fiambres, restos, recuerdos, cementerios, etc. etc. es todo muuuuuy particular y desde luego cada quien lo vive como puede o quiere. A mi, fuera de joda, ni se me había ocurrido pensar en que algún familiar se quisiera luego traer los restos de "su" fiambre para el continente (para tenerlo cerquita ¿?), hasta que lo lei a don GDH.

La intención o la movida de estos pibes, no es traerse ningún hueso para el continente; solo abrir/sacar muestra/cerrar, y dejarle la posibilidad abierta a los familiares de dejar la flor, o el rosario, o la estampita, en "su" tumba.

Era solo eso.

Che y ojo con lo que se propone porque si todos tomásemos conciencia de que "Quien piensa y recuerda a sus fallecidos, lo hace desde su corazón en el momento en que fuese y con su corazón, su fe, su creencia o lo que fuere",............... a los Péculo, los Zuccotti, los Costa, los Lazaro, etc se les acaba el curro !!!

Salutte,
 

Andrés A. Gazzo

Veterano Guerra de Malvinas
Muy buenas tus palabras CCH.
La peor guerra interna de cada V.G. comienza cuando cesó el fuego, en cualquier lugar.
Es la peor guerra que se debe combatir, ya que la peleás día a día y sólo el tiempo; los seres queridos, el trabajo y la edad, hacen que puedas convivir con ese interior.
Algunos lo logran.
Otros lamentablemente no.
Realzar los valores patrios, dignificar o malvinizar, colabora mucho en ello.
Un abrazo.
QUEKA
 

CCH

Veterano Guerra de Malvinas
........Es la peor guerra que se debe combatir, ya que la peleás día a día y sólo el tiempo; los seres queridos, el trabajo y la edad, hacen que puedas convivir con ese interior.
......


Y yo creo que la mochila "de combate" (la capa poncho, el correaje, los cargadores, etc. etc.) se lleva un tiempo encima y cuando la guerra termina, se deja y listo.
Pero el estar en combate le va cargando a uno "intangibles" en otra mochila de la que solo se desprende cuando uno deja esta tierra.
Al volver de la guerra, esa "mochila invisible" en general se sigue cargando -consciente o inconscientemente- (ya sea por uno mismo o por el entorno).
La cosa es evitar que se haga tan pesada que termine aplastando al que la lleva, o deformándolo de tal modo que termine siendo una sombra de lo que era.
Y darle su justo lugar, llevarla donde debe llevarse (con orgullo y en la espalda) ya que colgarla adelante (en el frente) de la persona hace que no se vea bien el camino por donde camina, ni hacia donde se va.

Abrazo
 

berraondo

Veterano Guerra de Malvinas
Guerra de Malvinas: la sombra de los suicidios encubiertos

Después de 37 años, sigue sin saberse con firmeza quiénes y cuántos excombatientes se quitaron la vida luego de la pelea bélica del 82.

La enfermedad eje que se presenta en el caso de los suicidios encubiertos, es el estrés postraumático. Quien padezca de tal tuvo que haber vivido un hecho puntual en el cual haya presenciado la posibilidad de su muerte o de la muerte de un allegado. Sin embargo, esta enfermedad suele disfrazarse detrás de otras como la depresión y adicciones. El suicidio encubierto, término aplicado por el oficial Martín Bourdieu, Director del Centro de Salud de veteranos de guerra, está ligado con este tipo de enfermedades.
Hace 37 años, el estrés postraumático recién asomaba su significado a nivel mundial. El oficial y también psiquiatra, relata que aquellas personas que viven una guerra suelen quedar dependientes al sentimiento de adrenalina. Ellas sienten una necesidad de vivir situaciones límites para encontrarle sentido a la vida. El exsoldado de Malvinas reflexiona: “Estás permanentemente caminando por el filo de una cornisa, con la finalidad de sentirte vivo”.
Cuando una persona padece un estrés postraumático, generalmente suele dejar de cuidarse a uno y comienza a “quitarse la vida de a poco”. Por esta misma razón, las personas que han sido víctimas de un acontecimiento trágico, como la Guerra de Malvinas, sufren enfermedades en las que no se encuentran dentro de su rango determinado de prevalencia. Es decir, atraviesan enfermedades que afectan a un grupo poblacional en particular en el que ellos no son parte. Esto se debe a la vulnerabilidad y mayor exposición causados por el estrés.
Las conductas de riesgo
El oficial Bourdieu apunta las reacciones biológicas provocadas luego de un trauma. Los niveles de estrés están incrementados debido a que el veterano vive permanentemente bajo una sobre adaptación a la vida. De esta manera se produce un agotamiento en el organismo. Una de las características principales de los ex combatientes de la Guerra de Malvinas es que viven teniendo conductas de riesgo. Ellas logran que el individuo se vaya matando poco a poco. “Es un suicidio, porque el veterano no decide cuidarse, sino que está rendido y desganado.“, explica.
Las conductas de riesgo pueden ser por ejemplo el consumo problemático de sustancias, comida chatarra o actividades que estén ligadas a un alto nivel adrenalínico. El consumo de alcohol o drogas es una conducta que suele elevar las probabilidades de suicidio. Si a una persona con ideación suicida se le suma el consumo problemático, se potencian tres veces las chances de que se quite la vida. Las adicciones suelen predominar en los veteranos de guerra, relacionándolas con la evasión y la calma para tapar el dolo vivido.


Esteban Lamadrid, integrante del Comité de Salud Mental de las Fuerzas Armadas, afirma que luego de Malvinas hubo un gran número de suicidios encubiertos. Ejemplifica su argumento con el caso de un excombatiente amigo suyo. A sus 54 años se compró una moto de alta cilindrada y al regresar de un asado de veteranos, cruzó borracho la ruta 5 a 120 kilómetros por hora. Consecuentemente, chocó contra un camión de hacienda y perdió la vida. “Para la justicia y certificado de acción, murió traumáticamente en un accidente. Para la salud mental eso se llama suicidio encubierto. Porque, ¿quién se compra una moto a sus 54 años sin nunca haber manejado una, se emborracha y sale a los piques por la ruta? Un adolescente. Nuestro trauma fue en la adolescencia, por lo tanto un señor adulto presenta una actitud adolescente derivada del estrés postraumático”, relató el coronel Lamadrid.
El veterano en este caso no se está matando en el sentido estricto de la palabra, pero aún así pone su vida en constante riesgo. Eso es un suicidio encubierto. El oficial Bourdieu conforma un grupo de WhatsApp de soldados de Malvinas. Relata que recibe constantemente mensajes de excombatientes que han fallecido antes de lo esperado, alrededor de los 50 años. En 2018, el número de difuntos alcanzó aproximadamente los 70.


La depresión posguerra
La depresión es una de las enfermedades que atormenta a mucho ex combatientes. El abandono, el olvido y la falta de reconocimiento social después de la Guerra de Malvinas, fueron sus principales causas. Martín Bourdieu habla sobre un segundo desastre, luego del primero que claramente fue la guerra. El segundo desastre hace referencia a la incomprensión social, la falta de asistencia. Éste potencia al primero y torna al veterano en una persona altamente vulnerable e indefensa en cuanto a su estado mental. Por esta razón, a veces se dice que lo peor no fue la guerra en sí, sino la vuelta y recepción. El descuido social determinó una identidad de los veteranos. Ellos eran los “loquitos de la guerra”, lo que generó un empeoramiento en sus estados psicológicos. De esta manera, se agudizaron no solo las enfermedades sino también los suicidios explícitos y encubiertos.
Según Lamadrid, el suicidio de agarrar un arma y quitarse la vida lo llevaron a cabo alrededor de 100 a 150 soldados del 82. Sin embargo, reflexiona que si el Estado hubiese estado presente y dado las herramientas necesarias para tratar el trauma, ni uno sólo hubiese tenido tal trágico final. No obstante, nunca se sabrá el número exacto de suicidios encubiertos posguerra.
 

berraondo

Veterano Guerra de Malvinas
Ayer se cumplieron 35 años de la fundación del centro de Ex Soldados Combatientes de Mar del Plata, una construcción autónoma para sobrellevar la postguerra. Tuve el honor de ser parte. En años posteriores, mudado yo a Patagonia, los compañeros mostraron un VGM a la comunidad no lastimero, replicaron el sistema de los VG de Vietman para contencíón entre pares, con apoyo profesional, crearon una cooperativa de trabajo (taxis) cuando no habia pensiones de guerra dignas, generaron las fundaciones de juegos olimpicos para VGM y No me Olvides.

 
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