El sigiloso operativo para abastecer de gas a las Islas Malvinas

Por Alfredo A. Pizzorno
El historial de los esfuerzos que hizo Gas del Estado
para llevar combustible a las Islas Malvinas está
poblado de episodios notables. Pero, sin duda, uno
de los más extraordinarios –debido, sobre todo, a la pluralidad
de los organismos oficiales que intervinieron– fue
aquel en que se montó un operativo de película para
abastecer de gas a los malvinenses pese a la tirantez con
ciertas facciones locales. Fue indudablemente un testimonio
del empeño con que el personal de la empresa buscó
mantener el servicio de provisión de gas licuado de petróleo
(GLP) a los pobladores del territorio insular y logró
vencer impedimentos que parecían insalvables.

Sucedió a principios de la década de los ochenta. Hasta
aquel entonces, era usual el envío periódico de cilindros
cargados con 45 kg de GLP desde el continente hasta la
planta de almacenaje en Puerto Argentino, a través del
mar, usando los buques Bahía Buen Suceso e Isla de los
Estados. Estos pertenecían al Servicio de Transportes Navales
de la Armada de la República Argentina (ARA).
El transporte de gas estaba condicionado a las relaciones
amigables entre los grupos malvinenses más recelosos
con la Argentina y el representante de Gas del Estado en
las Islas Malvinas, quien también era agente de Líneas
Aéreas del Estado (LADE) y delegado del Ministerio de
Relaciones Exteriores argentino.
Cada vez que las relaciones se tensaban –normalmente,
por temas de soberanía–, se impedía, como consecuencia
invariable, el desembarco de los cilindros de GLP, ya que
la principal sociedad integrante de esos grupos, la Malvinas
Islands Company (FIC), era propietaria del único puerto
de aguas profundas apto para el atraque de buques de
ultramar en Puerto Argentino. Por consiguiente, en esos
períodos de relaciones tirantes, la FIC no otorgaba el permiso
de amarre y descarga a los buques de Transportes
Navales que llevaban los cilindros de GLP. Así, se producía
el consiguiente desabastecimiento de gas en los hogares
malvinenses adheridos al servicio. Este episodio, sin lugar
a dudas, neutralizaba cualquier lazo que pudiera
vincular a la población isleña con la Argentina continental.
Se planifica el “operativo comando”
A principios de los ochenta, entonces, las relaciones
con aquellos grupos antagónicos eran verdaderamente
rígidas y repercutían, de manera negativa, en la continuidad
del servicio. Los cilindros de gas de los malvinenses
se fueron vaciando, pero los pedidos de reposición no
podían ser atendidos. Ello motivó que el representante
argentino, a través del sistema de radio de LADE, comunicara
a Gas del Estado la necesidad urgente de reabastecer
a la planta de almacenamiento del German Camp
con 800 cilindros de 45 kg de GLP (propano). Asimismo,
explicó que, debido a las relaciones difíciles con las autoridades
locales, la FIC negaba el permiso de amarre y
descarga en el puerto marítimo de Puerto Argentino. En
consecuencia, según manifestó, la suspensión del servicio
de distribución de GLP era “inevitable” si no se revertía la
situación. Esto mismo se informó al Departamento Malvinas
de la Cancillería Argentina.
Y, aunque la responsabilidad de mantener el servicio
de distribución de GLP era de Gas del Estado, esta vez la
Dirección General de la Antártida y Malvinas (MRE), que
propiciaba todas aquellas acciones desarrolladas en el
archipiélago –sobre todo las que significaran reforzar los
vínculos entre los isleños y la Argentina continental– se
preocupó por la posibilidad de que se interrumpiera la
distribución de combustible.
Rápidamente, se convocó a todos los representantes
de los organismos oficiales que tenían intervención en
el transporte, el almacenamiento y la distribución de
cilindros de GLP en el archipiélago de las Malvinas. Así,
concurrieron a la reunión los representantes de LADE, de
las Fuerzas Armadas, del Servicio de Transportes Navales,
de la ARA, de la Dirección General de la Antártida y Malvinas
(MRE), entre otros. Por Gas del Estado, concurrió
quien esto escribe en su condición de representante ante
la Comisión Conjunta Argentino-Británica.
Se barajaron ideas –todas se discutieron–, hasta que
finalmente se resolvió implementar un operativo que transportara
y descargara los cilindros en Puerto Argentino, pero
prescindiendo del muelle de la FIC. La respuesta vino del
representante del Servicio de Transportes Navales, quien
propuso utilizar un buque de la ARA que ya tenía programado
un viaje de abastecimiento a las bases argentinas
en el Continente Antártico y evitar el uso del muelle de
la compañía británica. El plan fue aprobado por unanimidad.
Era complejo y precisaba de mucha coordinación, ya
que debía compaginar a todos los sectores responsables
del transporte, desembarco y traslado de los cilindros
hasta la planta de almacenamiento en la Isla Soledad. A
instancias de quien esto escribe, se lo llamó “operativo
comando”.
Silencio y oscuridad
La planificación y puesta en marcha del operativo requirió,
además, una minuciosa coordinación con la Administración
Sur de Gas del Estado, que debía encargarse de llenar
cada uno de los 800 cilindros con 45 kg de GLP y de depositarlos
en el muelle del Puerto de Comodoro Rivadavia.
Al mismo tiempo, también había que fijar con el representante
argentino en el archipiélago el sitio y la hora del
desembarco en algún punto de la costa. Este debía estar
lo suficientemente alejado de la tierra como para no ser
detectado por miembros de la FIC ni por las autoridades
malvinenses.
Una vez que la intervención de todas las partes estuvo
consensuada y sincronizada, el buque partió de su base naval
en el continente y puso proa hacia el Atlántico Sur. En el
muelle inflamable del Puerto de Comodoro Rivadavia, esperaban
los 800 cilindros con gas, ordenados uno al lado del
otro para ser transportados hasta las Islas Malvinas. El buque
llegó y cargó todo con total hermetismo acerca del destino
final de los cilindros. Luego, siguió su camino al Sur, como
si se dirigiera a las bases argentinas en el Antártico.
El sigilo sobre el destino de la carga era una precaución
necesaria, ya que había que evitar que se enterara la
operadora radial de la estación privada presente en cierta
vivienda de Puerto Argentino, habitada por una familia
chilena. Esta radioaficionada trabajaba para la FIC y era
el enlace y guía de los barcos mercantes que partían del
Puerto de Montevideo, Uruguay, con cargas para la FIC.
Como estaba planeado, al llegar a la latitud de Puerto
Gallegos, la nave viró hacia el Este y puso rumbo hacia
la Isla Soledad. Atravesó el Atlántico Sur hasta casi tocar
la costa de la isla y la bordeó hasta alcanzar el Cabo San
Felipe. Una vez allí, ingresó en la bahía de Puerto Argentino.
Era de noche cuando ancló, en plena oscuridad y
lejos de toda zona poblada. Las luces estaban apagadas; y
el pabellón, arriado. El buque, silencioso, aguardó hasta
que la marea llegó al nivel esperado y vio la señal luminosa
que el representante de Gas del Estado había acordado
enviar desde tierra firme.
Entonces, con el mismo sigilo, comenzó la acción. En
el punto pactado, los hombres comenzaron a acomodar
los cilindros de GLP en lanchones de desembarco, similares
a los que la Marina Argentina utilizaba para sus
operativos comando. Uno a uno, los lanchones fueron
llevando su carga hasta la costa malvinense. En tierra, los
cilindros eran recibidos por el personal que colaboraba
con la oficina de LADE y cargados en unos carretones
para trasladarlos a la planta de almacenaje.
Todo el operativo se realizó sin el más mínimo ruido,
entre hombres que trabajaban en la oscuridad. Con el
mismo silencio, apenas subió la marea, el buque abandonó
la bahía y se alejó por el Atlántico. En la isla, quedaban
almacenados los cilindros del combustible que
habrían de abrigar a la población de Puerto Argentino y
de las estancias y localidades más alejadas.
Desconcierto
Al día siguiente, el representante argentino se encargó
de comunicar al Gobierno local que se hallaba en condiciones
de atender los pedidos de reposición de GLP de los
clientes de Gas del Estado.
El estupor y desconcierto que causó la noticia en los
mandos de la FIC y de sus simpatizantes no tuvo límites.
¿Cómo había llegado el gas allí? ¿Cómo habían logrado
enviarlo desde el continente y trasladarlo a la planta sin
que nadie lo advirtiera?
Nunca obtuvieron respuesta. Y, al menos en esa oportunidad,
debieron reconocer que la voluntad de Gas del
Estado por mantener el servicio a sus clientes isleños era
muy superior a cualquier esfuerzo que interpusieran la
FIC y sus aliados para obstaculizarlo.
Los buques que unieron las islas con el continente
El ARA Bahía Buen Suceso y el ARA Isla de los Estados fueron
indudables protagonistas en el transporte de gas por los mares del
Sur.
El Bahía Buen Suceso (1950-1982) había sido construido en
Canadá, en 1950, por el astillero Halifax Shipbuilding Co. y arribó
a Buenos Aires en julio de ese año para incorporarse a la flota
del Servicio de Transportes Navales. Apenas un mes más tarde,
ya realizaba su primer viaje al Sur, donde ya no se detuvo, hasta
1982, cuando tuvo un trágico fin.
Debía su nombre a la bahía así bautizada por los navegantes
españoles que, en busca de una ruta comercial, surcaron la zona
en 1619 y que, a su vez, bautizaron la bahía con el nombre de la
nave capitana de su propia expedición: la carabela Nuestra Señora
del Buen Suceso.
Su derrotero incluyó numerosas campañas a la Antártida y a
Europa; pero, sin duda, su destino más singular fue la ruta regular
a las Islas Malvinas. Iba y venía periódicamente, junto con dos
buques de desembarco de tanques (BDT), llevando carga, como
los cilindros de gas y también turistas.
Distinguir su perfil en el horizonte marítimo se hizo costumbre,
hasta que los sucesos bélicos en las Islas Malvinas dictaron su
sentencia de muerte. En efecto, tras una activa participación en
estos acontecimientos, en mayo de 1982, el Bahía Buen Suceso fue
averiado por aviones británicos Sea Harrier y, finalmente, hundido
por un torpedo, disparado desde el submarino inglés HMS Onyx.
El Buque Isla de los Estados
La vida útil del ARA Isla de los Estados (1975-1982) fue incluso
más corta. Botado en 1975 por la Sociedad Metalúrgica Duro
Felguera de Gijón,Asturias, fue adquirido
en 1980 por TransportesNavales. Debía llevarcargas regularesde ovejas y otras mercaderías entre lasislas Malvinas y Puerto Deseado.
No obstante, su devenir por esas aguas no duró demasiado. El ARA Isla de los Estados
no había sido botado con ese nombre sino con el más andaluz
de “Trans-bética” (“Betis” era el nombre romano para el río
Guadalquivir que surca Sevilla). Y quienes en su momento hayan
desaprobado que se infringiera la regla náutica de no cambiar el
nombre a un barco habrán recibido con aprensión la noticia de su
pronto final.
En efecto, los episodios bélicos sucedieron no mucho después
de su llegada a la zona, y el buque prestó servicios durante esa
etapa llevando equipos y víveres. Incluso realizó operaciones
de minado en las aguas, hasta que en el mismo mayo de 1982,
mientras navegaba hacia Puerto Mitre (Puerto Mitre (Port Howard)) con
municiones y combustible de aviación, fue interceptado por la
fragata británica HMS Alacrity y hundido con disparos de artillería,
que también provocaron la muerte de más de veinte tripulantes.
La misión de estos buques fue breve, pero determinante: en
su discreto ir y venir, con su carga imprescindible para la vida
en aquellas frías latitudes, lograron atar fuertemente –mientras
pudieron– los lazos de las Islas Malvinas con la Argentina
continental.
Ara Isla de los Estados
Ara Bahia Buen Suceso​
El "Buen Suceso" amarrado al muelle de Puerto Argentino
Fuentes: Histarmar, Armada Argentina, Petrotecnia​
 
Por Víctor Oscar Miganne

Declaración conjunta de
Buenos Aires, 1º de julio de 1971

En el año 1974, la Cancillería argentina invitó a Gas del
Estado a participar de un programa elaborado con el propósito
de mejorar las condiciones de vida de los habitantes
de las Islas Malvinas (anexo 3). Ya lo habían hecho con
YPF, el Ministerio de Educación, LADE, la Armada Argentina,
etc. Gas del Estado aceptó pensando en la posibilidad
de implantar en dicha ciudad, el servicio de gas envasado
como el aquí existente. Para ello, envió una Comisión a
las Islas integrada por los ingenieros Alfredo Pizzorno y
Luis Oscar Bustos, que viajaron a las islas y reunieron los
datos necesarios, produciendo el excelente informe que
obra en el Expediente Reservado Nro. 25.507 de la empresa,
en el que estudió y propuso la forma de llevar a cabo el
servicio en condiciones similares a las del continente.
En Puerto Argentino la comisión se hospedó en el Hotel
Upland Goose y se puso en contacto con el representante
de la Dirección General de Antártica y Malvinas de la Cancillería
Argentina, Vicecomodoro Carlos F. Bloomer Reeve,
que supo guiar y facilitar la gestión de la comisión. Con esa
ayuda y las entrevistas con gente de la zona se pudieron
conocer las características climáticas, cantidad de habitantes,
costumbres, condiciones sociales, políticas y económicas,
etc., es decir el funcionamiento de la ciudad, medios de
transporte y, sobre todo, combustibles domésticos utilizados
y forma de provisión. Conociendo además las características
de las viviendas se elaboró un programa de acción a cumplir
por la empresa para llegar a poner en marcha el servicio
de gas envasado y la forma de efectuar la provisión.
Ese programa incluía además la realización de una exposición
en un local de Puerto Argentino para mostrar artefactos
domésticos de fabricación nacional y su funcionamiento.
En ese informe se destacan:
a) Un detalle de la ubicación geográfica y de las características
geológicas de las islas.
b) Número de habitantes:
950 en Puerto Argentino.
45 en Darwin.
Resto en las estancias.
El total no llega a los 200.
c) El 80% son nativos que hablan inglés.
d) En 1981 el 60% son anglicanos.
30% son católicos apostólicos romanos.
10% de otras religiones.
e) El censo de fines de 1967 indicaba un total de 2.150
habitantes para todas las islas y poco más de 1.000
para Puerto Argentino.
f) Las temperaturas oscilan entre 0ºC y 15ºC con picos,
para 1974, de -9ºC y 10ºC.
g) Las lluvias ocurren entre 18 y 23 días por mes.
h) La mayor parte de la población trabaja para el
Gobierno, para la Malvinas Island Co., en comercio y
en los barcos.
i) En la cría de ganado lanar trabajaban más de 500 personas.
j) El Gobierno, designado por el Reino Unido, está
constituido por un Gobernador (que imparte la justicia),
un Consejo Legislativo y un Consejo Ejecutivo.
k) La enseñanza primaria es gratuita y obligatoria entrelos 5 y los 14 años. No hay establecimientos de enseñanza
media ni superior.
l) Para transporte disponen de una motonave del gobierno y
del buque Darwin de la FIC que viaja doce veces al año a
Montevideo.
No hay caminos a las estancias y los viajes se realizan con
un pequeño servicio aéreo gubernamental.
Casi todos los estancieros disponen de Land Rovers (~800).
m) Las comunicaciones externas están a cargo de una
estación de radio del gobierno. Existe un servicio
telefónico en Stanley al que están conectadas casi
todas las granjas de la Isla Oriental. El resto se comunica
por radio teléfono. Una estación de radio transmite
dos veces al día.
n) Dos muelles están disponibles: uno del gobierno y
otro de la FIC, que todos deben usar, abonando las
tarifas correspondientes.
o) Viviendas, en general son confortables.
Viviendas 152
Iglesias 2
Hoteles 2
Oficinas 10
Bares 6
Negocios 20
Laboratorios 1
Hospital 1
Hasta el año 1972, las necesidades domésticas en materia
energética eran solucionadas por los yacimientos de
turba (vegetales en proceso de carbonización) que se
hallan a flor de tierra. A partir de ese año, la instalación de
una filial de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, a través de
su planta local de nombre Antares, decidió a los malvinenses
a preferir combustibles líquidos para el hogar.

Luego que se resolvió realizar una exposición de artefactos
a gas licuado de petróleo (GLP) de industria nacional, se
solicitó al Obispo Católico Monseñor Spragón el uso de un
salón del Obispado, a lo que accedió gustosamente.
Si bien ya se habían realizado con éxito algunas consultas,
se procedió a solicitar por medio del técnico Luis
Repetti –Jefe de Aprobación de Artefactos– a muchos fabricantes
de artefactos a gas, de industria nacional, que proveyeran
para la exposición: cocinas, estufas, calefones, que
no se sabía con certeza si iban a poder ser vendidos; sí se
conocía que su retorno era prácticamente imposible (por
los costos) y que muchos serían donados (anexo 5 con listado
de fabricantes).
Con intervención de la Gerencia Departamental
Comercial de Gas del Estado y la siempre eficaz colaboración
de Transportes Navales de la Armada Argentina, se
procedió al envío de todos los artefactos a Puerto Argentino;
es de destacar que también se enviaron cañerías, con sus
accesorios, tanques para alimentar los calefones y las
herramientas necesarias para montar la exposición. Asimismo
se remitieron cilindros de 45 kg que contenían gas
propano.
Otro importante tema fue la selección del personal
tanto directivo como obrero, se procuró que tuvieran
conocimientos de idioma inglés. Fue condición indispensable
su excelente conducta, teniendo en cuenta el penoso
antecedente del comportamiento de los obreros de una
empresa argentina que trabajó en el archipiélago.
Este personal voló a Puerto Argentino por LADE (Líneas
Aéreas del Estado de la Fuerza Aérea Argentina) y, con los
materiales enviados por vía marítima, realizó las tareas
correspondientes a las instalaciones del servicio de gas
envasado (gas licuado de petróleo – GLP) en la Gobernación,
en el Hospital, en la residencia del Obispo Católico y
en el alojamiento de las maestras que enseñaban la lengua
española.
Para la exposición, teniendo en cuenta las decenas de
artefactos en funcionamiento simultáneo que requerían el
aprovisionamiento de gas fue necesario instalar baterías de
cilindros de 45 kg. El funcionamiento de los calefones
hizo indispensable la colocación, en altura, de tanques
para la alimentación de agua con la presión adecuada. En
la fecha de la inauguración todo funcionó correctamente.
El folleto donde se anunciaba la exposición fue estudiado
cuidadosamente. Se redactó en textos bilingües indicando
la función de Gas del Estado, con una imagen de
una planta de envasado de gas licuado de petróleo incluyendo
un mapa de la República Argentina con las Islas
Malvinas, sin nominarlas y el trazado de sus gasoductos.
El 12 de septiembre de 1975 se inauguró la exposición
en el Salón del Obispado en cuya cabecera estaba instalado
el emblema de Gas del Estado. A la inauguración concurrieron
el Administrador General de Gas del Estado, el
Obispo Católico Monseñor Spragón, el Gobernador,
miembros de la Comisión Administradora, los integrantes
de la delegación argentina y numerosos habitantes de las
islas, para cuyos hijos menores se realizó un sorteo al finalizar
la Exposición.
Posteriormente, a partir de 1975 Gas del Estado procede
a suministrar gas licuado en cilindros de 45 kg y a partir
de 10 de noviembre de 1981 entrega gas licuado en garrafas
de 10 kg. El transporte del gas licuado en cilindros y
garrafas estuvo a cargo de Transportes Navales que además
se encargaba de transportar mercadería diversa requerida
por los habitantes locales, principalmente alimentos. La
empresa LADE (Líneas Aéreas del Estado) prestaba el servicio
aéreo semanal los días miércoles de Comodoro Rivadavia
a Puerto Argentino y los días jueves de regreso, luego de
pernoctar en Malvinas. Dos maestras argentinas prestaban
servicio en Puerto Argentino enseñando español y los temas de su especialidad.
Cinco niños malvinenses estuvieron
becados por el gobierno argentino, cursando la escuela
secundaria en el territorio argentino. Los problemas de
alta complejidad médica eran atendidos por la Argentina
mediante el traslado de los enfermos al territorio continental.
A través de LADE, los ciudadanos malvinenses se
trasladaban al continente para adquirir determinados elementos
que necesitaban.
Gas del Estado capacitó a Fred Gooch en el tema de las
instalaciones de gas y lo habilitó como instalador matriculado.
Se aplicó en las instalaciones domiciliarias el Reglamento
Técnico de la empresa.
La empresa Orbis Mertig SA habilitó la venta de artefactos
para gas licuando a través de su representante, Fred Gooch.
Gas del Estado nombró a Reynaldo Reed como encargado de
la distribución de garrafas y cilindros, bajo la supervisión del
representante de LADE en las islas. Este señor, de origen
argentino, hacía muchos años que estaba radicado en Puerto
Argentino y casado con una malvinense; luego del conflicto,
atravesando la Plaza San Martín, en Buenos Aires, y dirigiéndose
a la Cancillería sufrió un infarto y falleció, fue enterrado
en el Cementerio de la Chacarita.

Parte de la delegación de Gas del Estado en la Isla de los Pájaros.


Vicecomodoro Bloomer Reeve; Administrador general de Gas
del Estado, contador Álvarez Mujica; Monseñor Espragón; Señora de
Álvarez M.; Esposa del gobernador; Mister French; Villarubi; Coronel
González Balcarce.


Fuente: Petrotecnia
 
Por Víctor Oscar Miganne

Observaciones, comentarios y anécdotas

• Debe destacarse la gran colaboración que se recibió de
parte de todos los habitantes de las islas.
• Cuando miembros de la Comisión Administradora se
enteraron de que el ingeniero Pizzorno era casado, le
sugirieron que en otro viaje llevara a su esposa: una
fotografía documenta cuando esa comisión agasaja al
matrimonio Pizzorno.
• Ver agradecimientos de la Sociedad Científica Argentina,
al final del párrafo de sus actividades.
• Los recuerdos compilados fueron documentados a los
treinta y dos años de transcurridos los hechos. Es por
ello que algunas de las acciones que se narran no reflejan
toda la magnitud que alcanzaron en su momento. El
tiempo transcurrido ha desdibujado los escenarios en los
que se ejecutaron las acciones y borrado los nombres de
algunos de los personajes que intervinieron, por lo que
se ofrecen las correspondientes excusas por el olvido.
• Cabe destacar que el único objetivo perseguido al recopilar
esos recuerdos ha sido evitar que la acción desarrollada
por Gas del Estado en el Archipiélago de las Malvinas
quedara en el olvido. También, se debe testimoniar a
todos los trabajadores de las empresas que actualmente
realizan los trabajos de captación, tratamiento, transporte,
distribución y explotación en la industria gasífera
argentina que un conjunto minúsculo de compañeros
trabajadores, treinta y dos años atrás, introdujeron el
uso del gas argentino en los hogares de la comunidad
malvinense y les dejaron instalados, como testimonio de
hermandad, artefactos, equipos y accesorios para el uso
doméstico del GLP (propano), fabricados y donados a
tales fines por la industria nacional argentina.
• Comentarios del ingeniero Pizzorno extraído de uno de
sus escritos. Una tarde nos dirigimos a una taberna próxima
al Upland Goose Hotel. Mi compañero de comisión,
ingeniero Luis O. Bustos, quería saborear un finnest whisky inglés. Al ingresar al local sentimos la mirada de
los numerosos kelpers sentados alrededor de las mesas,
sosteniendo en sus manos unos enormes jarros de cerveza.
Caminamos hacia el mostrador, donde un corpulento
malvinense nos observaba, extrañado de nuestra presencia.
¡Éramos los argentinos recientemente arribados a
Puerto Argentino! Bustos, haciendo alarde de su “inglés con
tonada mendocina” le pidió al cantinero una botella de
whisky J&B. El cantinero nos miró unos instantes y con
una sonrisa burlona, dirigiéndose al suscrito, dijo: “You
are similar to english men, but you –dirigiéndose a Bustos–
are an argentine man ¡sure!”. Y se dio vuelta para
buscar la botella de whisky que le habíamos solicitado.
Lo dicho por el cantinero me quedó grabado en el cerebro.
Esa noche, mientras Bustos saboreaba su fino whisky,
me dediqué a buscarle significado a aquellas palabras. A la
mañana siguiente programamos visitar el obrador de YPF,
donde el contratista preparaba los materiales y equipos
para utilizar en los trabajos a realizar en la planta de
almacenamiento de combustibles Antares. El grupo, por
su aspecto, no era representativo de los trabajadores provenientes
de la República Argentina. En esos momentos
comprendí el significado de las palabras del cantinero y el
porqué del desdén con que se referían los malvinenses a
los ciudadanos argentinos. Se imaginaban que los argentinos
continentales eran parecidos a los integrantes de los
grupos de trabajo que las empresas contratistas llevaban a
realizar tareas a Puerto Argentino.
La experiencia me hizo comprender que, si pretendíamos
que las futuras acciones de Gas del Estado en las Islas
Malvinas fueran exitosas y contaran con el apoyo de la
comunidad nativa, era fundamental que los agentes integrantes
de los grupos de trabajo fueran como los de cualquier
obrero argentino.
Nueve meses después, el éxito logrado por Gas del Estado
al inaugurar el servicio de GLP envasado en cilindros
de 45, la concurrencia masiva de la población malvinense
a la Exposición de artefactos para uso con GLP, ratificó el
temperamento de seleccionar al personal de trabajo en
función de su alta idoneidad y excelente conducta.
Los dieciocho agentes que formaron el grupo que
implementó el armado de la exposición y construyó las
primeras instalaciones internas en las viviendas de los
pobladores y en edificios públicos tuvieron un rol importante
en ese éxito. Fue tal la aceptación que tuvieron con
los nativos kelpers y con los residentes ingleses que hasta
el Gobernador Mr. French y su señora los invitaron a un
lunch en la residencia del gobierno. Durante ese lunch se
pudo apreciar la naturalidad y la corrección con que los
integrantes del grupo se comunicaban con el matrimonio
French. La señora de Mr. French era de nacionalidad uruguaya
y Mr. French hablaba correctamente la lengua
española.
En un momento del lunch el Gobernador invitó al
grupo al salón de juegos. En el centro se destacaba una
enorme mesa de juego de billar, donde el Gobernador
practicaba diariamente, e invitó a usarla. Mientras ello
sucedía, me dediqué a observar un importante cuadro
que ocupaba una de las paredes del salón. La imagen de
la Reina Victoria contemplaba la escena de la confraternidad
argentino-británica. Por mi mente cruzó un pensamiento
irreverente que revelarlo en estas memorias debe
entenderse como anecdótico: “Si la gran soberana del
imperio reviviera en estos instantes y contemplara la residencia
del Gobierno de las Malvinas Island repleta de ciudadanos
argentinos volvería a morirse de un síncope”.
Malvinas: en 1968 casi hubo solución. El Foreign Office
creyó en 1968 que la solución al conflicto de las Islas
Malvinas se encontraba al alcance de la mano, según una
serie de documentos oficiales desclasificados de Londres.
Para esa época se desempeñaba como Embajador
Argentino en Londres Juan Carlos de Pablo Pardo, un
nacionalista católico que más tarde sería Canciller. Antes
que él llegó al Palacio San Martín el brigadier Eduardo
Francisco Mac Lughlin, quien había participado de la II
Guerra Mundial volando el Air Force (RAF). A estos dos
hombres, más otro aeronauta argentino, el Comodoro
Carlos A. Bloomer Reeve, se debió la construcción de la
pista de aterrizaje y el aeródromo de Puerto Argentino
–donde ondeaban las dos banderas– y operaban los aviones
de LADE (Líneas Aéreas del Estado), tripulados por
pilotos de la Fuerza Aérea Argentina. Un puente aéreo
que permitía trasladar enfermos a Río Gallegos, aprovisionar
de combustibles a los kelpers por parte de la entonces
Gas del Estado o el envío de dos maestras bilingües para
enseñar en las escuelas de las islas.
Según los documentos desclasificados, en enero de
1968, un alto cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores
británico, Sir Paul Gore-Booth, afirmó en una carta que
las negociaciones sobre el archipiélago registraban progresos.
La carta fue enviada al secretario privado de la Reina
Isabel II de Inglaterra, el Teniente Coronel Sir Martin
Charteris, en la que comentaba, además, la posibilidad de
que la soberana visitara la Argentina durante su viaje de
ese año a Amércia Latina: “A pesar de que la disputa por
las islas Malvinas (Malvinas) aún no se ha solucionado,
hemos logrado progresos en los últimos seis meses y hay
bastantes esperanzas de que para el otoño ya no será
motivo de irritación”, afirmó entonces Gore-Booth.
Una carta confidencial de otro alto funcionario del
entonces Ministro para la Commonwealth –la comunidad
de naciones de habla inglesa– a su colega del Ministerio
de Asuntos Exteriores, escrita en enero de 1968, sostenía
que el Reino Unido se encontraba en la etapa final de
negociación de un memorándum de entendimiento con
el gobierno argentino.
Todas las instituciones nacionales, al actuar en las Islas
Malvinas querían contribuir al bienestar de sus habitantes, pero
también que se dieran cuenta de que les convenía
reintegrarse a la soberanía argentina, ya que, como
británicos eran ciudadanos de segunda, no podían ingresar
a las islas británicas, sus destinos posibles eran Australia
y Nueva Zelanda. Sin decirlo abiertamente, algunas de
las autoridades del momento querían que el Reino Unido
acatara las resoluciones de las Naciones Unidas. Las relaciones
de los malvinenses con las delegaciones de las instituciones
nacionales fueron excelentes.
En 1982 casi se logra el fin deseado cuando un acaudalado
ciudadano argentino manifestó, aún a costa de enormes
pérdidas, su propósito de adquirir las FIC (Malvinas island Company), lo que se
consideraba una traba para los propósitos argentinos.
Pero se produjo el desembarco de las tropas nacionales y
¡ésa es otra historia!

Malvinas Island Company


Luis Repetti, esposa de Pizzorno e Ing. Pizzorno frente a la sede central
de la F.I.C.


Fuente: Petrotecnia
 

bagre

2º inspector de sentina
estimado facundo
bienvenido al foro! excelente material de tiempos donde la clase politica+militares+obreros trabajaban mancomunadamente para conseguir la plena soberania de nuestras islas.
cordiales saludos
bagre
 
estimado facundo
bienvenido al foro! excelente material de tiempos donde la clase politica+militares+obreros trabajaban mancomunadamente para conseguir la plena soberania de nuestras islas.
cordiales saludos
bagre

Muchas gracias por la bienvenida Bagre.
Saludos.

Sigue

Gas del Estado SE

Ingeniero Alfredo A. Pizzorno. Representante de Gas del
Estado en la parte argentina de la Comisión Bilateral
República – Reino Unido de Gran Bretaña. Años 74-82.
Intervino en todas las acciones desarrolladas por Gas del
Estado en el ámbito del archipiélago de las Malvinas. En la
madrugada del día 2 de abril de 1982 fue tomado prisionero,
juntamente con el personal integrante del Grupo de
Trabajo de Gas del Estado por marines ingleses del destacamento
en Puerto Argentino. En calidad de rehenes se los
alojó en el edificio Tawn May, custodiado por ciudadanos
malvinenses armados con armas de guerra. El grupo fue
liberado por la Infantería de Marina de la Armada Argentina,
al mando del coronel Solís. Durante los primeros
momentos de la ocupación, y a pedido del Comandante
de las tropas argentinas, ofició de Coordinador Civil de las
familias malvinenses que necesitaban salir de sus vivien-
das para trasladarse al Hospital (el ruido de los motores de
los vehículos de guerra les producía a los ancianos fuertes
dolores de cabeza). Asimismo, se le encargó (por el conocimiento
que poseía de la población malvinense) la localización
y vuelta al trabajo de los operarios (habían desaparecido
al producirse la invasión y permanecían refugiados
en sus viviendas) que trabajaban en la planta potabilizadora
de agua y en la usina generadora de energía eléctrica.
En esta misión tuvo como colaboradora a la hija mayor de
Mr. Desmond King, dueño del Hotel Upland Goose. Esta
ciudadana malvinense había estudiado el ciclo secundario
en un colegio religioso de la ciudad de Buenos Aires, becada
por la Cancillería Argentina (al igual que otras muchas
jóvenes malvinenses). Estuvo presente cuando por primera
vez se izó el pabellón argentino en un mástil sito en la
iglesia Saint Maris (católica) y también en la Casa de
Gobierno. El posterior abandono de Puerto Argentino y el
regreso al continente se produjo a pedido de la nueva
junta de gobierno (ningún civil argentino podía permanecer
en las islas).
Contador Álvarez Mujica (fallecido). Administrador General
de Gas del Estado, Propulsor del Servicio de GLP (propano)
envasado en cilindros de 45 kg en las Islas Malvinas.
Inauguró la Primera Exposición de artefactos para uso con
cilindros de GLP de 45 kg en el año 1975 y la primera planta
de almacenamiento de cilindros en el terreno Germán Camp
de Puerto Argentino (capacidad para 800 cilindros).
Ingeniero Luis Oscar Busto. Primera Comisión de Gas
del Estado que visitó las Islas Malvinas. Año 1974. Las primeras
fotografías de la ciudad de Puerto Argentino que se
conocieron en Gas del Estado fueron producto de su pasión
por la fotografía en blanco y negro (luces y sombras).
Ingeniero Glaría. Intervino en el Grupo de trabajo que
construyó la primera planta de almacenamiento de cilindros
de 45 kg en el Germán Camp.
Ingeniero Raúl Pinto (fallecido). Intervino en todas las
comisiones que viajaron a las Malvinas con el objetivo de
implementar el servicio de GLP en garrafas de 10 kg de C3.
Intervino en la construcción de la planta Antares de YPF. La
capacidad del depósito permitía almacenar 600 garrafas.
Ingeniero Víctor Miganne. Fue Gerente de Asuntos Internacionales
durante la administración del contador Álvarez
Mujica. Apoyó el accionar de las diferentes comisiones que
viajaron a las Islas Malvinas hasta concretarse la inauguración
del servicio de GLP en cilindros de 45 kg de C3, en
1975. Ha sido y continúa siendo un entusiasta defensor de
las acciones desarrolladas por Gas del Estado en el archipiélago
de las Malvinas. Difundió obras realizadas por personal
de Gas del Estado durante el período 1974-1982, en ámbitos
académicos (Centro Argentino de Ingenieros, Facultades de
Ingeniería y academias nacionales) y en revistas técnicas
especializadas en temas de la industria del petróleo y el gas.
El espíritu que lo ha guiado en esa difusión ha sido evitar
que las importantes acciones desarrolladas por Gas del Estado
en las Islas Malvinas se diluyeran en el olvido.
Señor Luis Repetti. Jefe de Aprobación de Artefactos
(Ingeniería Específica). Gestionó, ante las empresas fabricantes
de artefactos para uso con GLP, la provisión gratuita
de todos los equipos y artefactos que se instalaron en
Puerto Argentino con motivo de la habilitación de los servicios
de GLP en cilindros de 45 kg y en garrafas de 10 kg.
Formó parte del grupo de trabajo que preparó la Exposición
de artefactos para uso de GLP (C3) envasado en
garrafas de 10 kg en noviembre de 1981.
Ingeniero Sergio Martini. Presidente de la Sociedad Gas
del Estado. Inauguró en noviembre de 1981 el local para el
almacenamiento de las 600 garrafas de 10 kg de C3 y la
exposición de artefactos para uso con las referidas garrafas,
en los salones de la Catedral Anglicana.

Cena ofrecida por Gas del Estado con motivo de la inauguración del
servicio de gas envasado en garrafas, 1981.


Ingeniero Martini, Gobernador Rex Hunt, Villarubi y Hering.
Luis Repetti, esposa de Pizzorno e Ing. Pizzorno frente a la sede central
de la F.I.C.




Inauguración del primer servicio de gas
en las Islas Malvinas (informe de Gas del
Estado 16-09-1975)

Informa Gas del Estado que el día 12 del corriente fue
habilitada, en Puerto Argentino, Islas Malvinas, la Exposición
de artefactos de Gas en funcionamiento para uso doméstico.
Dicha exposición se realizó en el marco de la declaración
conjunta argentino-británica del 1° de julio de 1971,
sobre la promoción de toda clase de comunicaciones entre
el territorio continental argentino y las Islas Malvinas,
documento en el que el Gobierno Argentino señala su disposición
para cooperar en el campo técnico de las Islas. La
mencionada declaración conjunta, que es Ley de la
Nación, tiene entre sus propósitos esenciales beneficiar a
la población de Malvinas, contemplando debidamente sus
intereses de bienestar y desarrollo.
Los actos de inauguración de la muestra fueron presididos
por el señor Administrador General de Gas del Estado, contador
Juan Antonio Álvarez Mujica, contando con la asistencia
del Representante Británico en las islas, Mr. French y
señora, del señor Asesor del Ministro de Relaciones Exteriores
y Culto, Coronel (R) D. Luis González Balcarce, del Vicecomodoro
Bloomer Reeve –Representante de LADE–, funcionarios
de Gas del Estado, representantes de las compañías
expositoras de artefactos y autoridades de las islas.
El día 13 se habilitó el primer servicio de gas en el
archipiélago, consistente en la instalación de un calefactor
en el King Edward Hospital, el que fue puesto en funcionamiento
por la señora Joyce French, Presidenta de la
Cruz Roja Británica en Malvinas, quien concurrió acompañada
por damas de la institución y demás autoridades.
La exposición de referencia ha despertado un extraordinario
interés entre los pobladores malvineneses, quienes pudieron
apreciar las ventajas notables que significa el uso del gas
licuado en reemplazo de la turba, combustible usado en las
islas para usos domésticos de calor. La utilización de este
combustible implica grandes costos de explotación y de
transporte, además necesita contar con grandes espacios
para su almacenamiento, con el agravante de su bajo poder
calórico, la incomodidad de su manipulación y la imposibilidad
de regulación de la intensidad del calor sin recurrir a primitivos
medios similares a las antiguas cocinas a leña.
Las demostraciones efectuadas en la exposición con las
estufas, cocinas, calefones y termotanques, equipados con
los últimos adelantos técnicos para encendido y regulación
de temperaturas, como así también la verificación de la
seguridad que ofrece su uso por la incorporación en los mismos
de dispositivos de seguridad y la eliminación de gases
de combustión, causaron admiración en los pobladores,
quienes instantáneamente se interesaron en su adquisición.
Gas del Estado cuenta en estos momentos con un equipo
de operarios que está realizando quince instalaciones,
se destacan la de un termotanque y dos calefones en la
residencia del Representante Británico, calefactores en la
vivienda del Obispo Católico, en la Iglesia Anglicana, en la
Iglesia No Conformista y una cocina y un calefón en la
vivienda de las maestras argentinas que enseñan español a
los niños malvinenses; así como también la de una cocina
y un calefón en el Hotel Upland Goose y la correspondiente
instalación de cañerías que abastecerá de gas al
Laboratorio del Hospital.
La empresa estatal ha dispuesto también becar a un
habitante de las islas, el que se trasladará a Buenos Aires
para su capacitación y matriculación para, luego, realizar
instalaciones de acuerdo con las normas reglamentarias
que rigen las mismas.
Con respecto a la provisión de cilindros de gas licuado,
ya se encuentra depositada en Puerto Argentino una cantidad
que garantiza la provisión del producto hasta que se realicen
los próximos embarques regulares.
Tanto el Ministerio de Relaciones Exteriores como Gas
del Estado han aunado esfuerzos para asegurar el servicio
que representará un significativo aporte a la población del
archipiélago con quien nos unirá un vínculo más de hermandad
como complemento del que ya establecieron oportunamente
la Fuerza Aérea Argentina, Líneas Aéreas del
Estado, el Ministerio de Educación, Yacimientos Petrolíferos
Fiscales y Transportes Navales de la Armada Nacional.

Fuente: Petrotecnia
 
bienvenido facundo, y gracias por compartir ésta historia de una de las "guerras silenciosas" por nuestras islas. saludos
 
Estimado Daniel, buenas tardes...
a mi humilde entender, creo que lo de "sigiloso" hace referencia a ése envío que se hizo desembarcando la carga en zona alejada e inhóspita, burlando de ésta manera el bloqueo del muelle de la FIC y asegurando la provisión de GLP a las islas
saludos cordiales
 

Daniel G. Gionco

Veterano Guerra de Malvinas
Estimado Daniel, buenas tardes...
a mi humilde entender, creo que lo de "sigiloso" hace referencia a ése envío que se hizo desembarcando la carga en zona alejada e inhóspita, burlando de ésta manera el bloqueo del muelle de la FIC y asegurando la provisión de GLP a las islas
saludos cordiales

El abastecimiento de gas a los isleños formó parte de un movimiento amplio de acercamiento a los pobladores de las Malvinas, realizado por el gobierno de la Argentina con el acuerdo de la potencia colonial ocupante.

Que en una oportunidad haya habido inconvenientes puntuales por temas mezquinos, no implica que en general el abastecimiento no se haya hecho "a la luz del día", sin nada de sigilo.

Cordialmente:
 
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