Notas en los medios sobre Nazismo

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Un misterioso argentino compró objetos nazis por más de 676.000 dólares en una subasta en Alemania

El hombre se llevó la última chaqueta militar de Hitler, pieza estrella de la colección, por más de 300 mil dólares. La venta causó fuerte revuelo en Alemania





Un misterioso comprador adquirió por más de 676.000 dólares gran parte de los objetos personales de líderes nazis subastados el pasado sábado en Munich.

Consultado por el diario alemán Bild, el hombre dijo en inglés con fuerte acento español, que venía de Argentina y aseguró que los objetos estaban destinados "a un museo". El comprador usó en la subasta el número 888, en referencia al 88 que los neonazis usan como abreviación de HH (Heil Hitler) por la posición de la letra H en el alfabeto latino.

"El comprador de la segunda fila", vestido íntegramente de negro, con botas y gorra, se llevó la última chaqueta militar de Adolf Hitler por 309.980 dólares, así como ropa interior "parcialmente enmohecida" de Hermann Göring (3.000), según Bild.



Adolf Hitler y Hermann Göring
Además, el argentino se hizo con un gorro de piel (3.800 dólares) y un reloj(47.300) que pertenecieron a Hermann Göring, y con el recipiente de bronce que contenía el vial de cianuro con el que el lugarteniente de Hitler se suicidó horas antes de su ejecución prevista en Núremberg el 15 de octubre de 1945.

Entre los objetos que pertenecieron a Hitler, se encontraban calcetines, corbatas, manteles y un certificado fiscal por la tenencia de perros, señalaron medios locales. Todos procedían de la colección de John K. Lattimer, un médico estadounidense que trató a los detenidos alemanes durante los juicios de Nuremberg.

La subasta se saldó con una recaudación total de alrededor de 1,01 millones de dólares.


Adolf Hitler
La polémica que cobró fuerza en Alemania después de que se anunciara la subasta, no alcanzó para lograr la cancelación del evento.

La casa de remates Hermann Historica no atendió a la solicitud del alcalde socialdemócrata de Munich, Dieter Reiter, quien les solicitó reconsiderar la venta. Tampoco dio lugar a la denuncia del Consejo Central de los Judíos, quecalificó la venta como "repugnante".

Hermann Historica dijo en un comunicado que no tenía intención de perturbar la paz social ni de herir sentimientos. Además, la casa de remates dijo tener "plena consciencia de la historia funesta de Alemania de 1933 a 1945".


Juventudes Hitlerianas
Acudieron a la subasta "parejas jóvenes, ancianos y cabezas rapadas, musculosos con tatuajes tribales", indicó un periodista de Bild, que se infiltró en el evento, pese a la prohibición de acceso a la prensa impuesta por la entidad organizativa.

El diario alemán recordó que numerosos nazis se fugaron a Argentina después de la Segunda Guerra Mundial y se preguntó si el comprador no actuaba como representante de un coleccionista privado.
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Nazis en Gesell: Sombras de la cruz gamada
Un mito siempre presente en la historia de nuestra ciudad, reavivado recientemente con la mención en una serie sobre nazis por el mundo del canal History Channel. En otro aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, reproducimos un fragmento del libro “Historias de Villa Gesell”.




Fragmento de “Nazis en Gesell: sombras de la cruz gamada”
(CAPÍTULO DEL LIBRO “HISTORIAS DE VILLA GESELL”)

Según un informe del diario El País de España, 68 criminales nazis se refugiaron en Argentina después de la guerra. Widder, director latinoamericano del Centro Simón Wiesenthal (famoso por su trabajo en la búsqueda de nazis fugitivos), señala a la Patagonia, el norte del gran Buenos Aires, Córdoba y Misiones como los destinos de fuga predilectos.

Los casos más resonantes fueron los de Adolf Eichmann y Erich Priebke. El primero, encargado de deportar a millones de judíos a campos de concentración, se estableció en San Fernando y trabajó en la planta local de Mercedes Benz, hasta que en 1960 fue capturado por la agencia de inteligencia israelí Mossad y condenado a la horca en Tel Aviv. El segundo, capitán de las SS, vivió medio siglo en Bariloche sin grandes contratiempos y fue descubierto recién en 1995, tres años antes de su muerte. Los dos, al igual que el tenebroso médico Josef Mengele (quien luego siguió hacia Paraguay y Brasil), no llegaron al país en submarinos, sino en barcos comerciales y con identidades falsas. Lo mismo hicieron otros criminales de guerra como el agente de inteligencia Reinhard Kops, el líder pronazi croata Ante Pavelic y el comandante del campo de concentración de Cracovia Josef Schwammberger.http://es.facebook.com/HistoriasDeVillaGesell

Hasta el momento, ninguno de todos nazis descubiertos en Argentina tuvo vinculación alguna con Villa Gesell. Sin embargo, una leyenda se instaló con fuerza. Aunque la Armada solo registró el paso de un submarino sobre nuestras costas, algunos tejen la sospecha de que Gesell era un punto de desembarco.

En una investigación aún no publicada, el periodista cordobés Martín Malharro asegura que en la década del ’60 fue hallado entre los médanos de Gesell “una suerte de ‘búnker’ en el que se encontraron lubricantes y repuestos de submarinos”. Otras versiones, aunque jamás comprobadas, refieren a las apariciones de cruces esvásticas entre la arena, cartillas de racionamiento de la Segunda Guerra, equipos de comunicación, viejas construcciones perdidas en los médanos lejanos del sur y hasta unas plataformas de tosca alisada para estibar bultos. Otros llegan a afirmar que delante de nuestras narices, debajo del agua, yacen cuatro submarinos hundidos.
Pulso Geselino
 

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La Justicia croata anula una sentencia de colaboracionista nazi contra el beato Stepinac

El tribunal de Zagreb considera que el juicio comunista de 1946 contra el arzobispo, hoy camino de ser canonizado, «violó los principios penales»



El arzobispo Stepinac, durante el simulacro de juicio a que fue sometido por los comunistas en 1946 - REUTERS

El Tribunal provincial de Zagreb anuló ayer una sentencia de 1946 por la que la Justicia de la Yugoslavia comunista condenó al arzobispo Alojzije Stepinac, que está en proceso de canonización, por haber colaborado con el régimen pro nazi croata durante la II Guerra Mundial. La corte ha argumentado que aquel veredicto "violó de manera burda los principios del derecho penal de aquel entonces y de hoy".

Alojzije Stepinac salió de la cárcel en 1951 y fue sometido a arresto domiciliario hasta que murió, en 1960.

En 1952, el Vaticano lo nombró cardenal.


Stepinac rechazó el indulto que le ofrecieron en su día las autoridades yugoslavas, ya que reclamaba una repetición del juicio algo que, según el tribunal, será posible con la sentencia de hoy.

En 1998, el papa Juan Pablo II beatificó a Stepinac y actualmente en el Vaticano está en curso un proceso para nombrarlo santo, algo a lo que se oponen la Iglesia Ortodoxa Serbia y el Centro Simon Wiesenthal de caza de criminales de guerra nazi, ya que siguen considerando que fue un colaboracionista.
ABC.es
 

Shandor

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Aparecieron imágenes desconocidas de la vida privada de Hitler
Historia
Se trata de dos películas mudas en blanco y negro que muestran al dictador junto a la familia del músico Richard Wagner.








En las instalaciones del Festival de Música Wagneriana de Bayreuth aparecieron dos películas hasta ahora desconocidas que muestran al dictador Adolf Hitler en privado junto a la familia del músico Richard Wagner.

Se trata de filmaciones en blanco y negro de casi 15 minutos de duración que habían sido dadas por desaparecidas y que estuvieron guardadas durante años en el recinto del Festival Wagneriano.

Mirá también: Ya saben qué hacer con la casa donde nació Hitler

Mirá también: “El exilio de Hitler” a la Argentina: el libro que intenta convertir el mito en realidad

El material fue grabado en CD y podrá ser visto con fines científicos, dijo a la agencia de noticias DPA la directora del Archivo Estatal de Baviera, Sylvia Krauss.

"Uno ve las escenas con cierta angustia", comentó la historiadora. "Se lo ve en una pose muy poco conocida, no como estadista, sino muy afable".

Las imágenes que muestran a un Hitler vestido de civil y distendido fueron captadas en dos películas, una de más de cuatro minutos y otra de 10.40 minutos.

Mirá también: Objetos del nazismo: una exhibición podría derivar en una causa penal

Krauss explicó que las filmaciones no pueden ser mostradas al público porque en ellas también se ve a Verena Lafferentz, una hermana de Wolfgang Wagner que aún vive y cuyos derechos a la privacidad deben ser protegidos.

La actual directora del Festival de Wagner, Katharina Wagner, cedió el legado de su padre al archivo en 2013.

Fuente: DPA.
 

LUPIN

Merodeador...
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La Justicia croata anula una sentencia de colaboracionista nazi contra el beato Stepinac

El tribunal de Zagreb considera que el juicio comunista de 1946 contra el arzobispo, hoy camino de ser canonizado, «violó los principios penales»



El arzobispo Stepinac, durante el simulacro de juicio a que fue sometido por los comunistas en 1946 - REUTERS

El Tribunal provincial de Zagreb anuló ayer una sentencia de 1946 por la que la Justicia de la Yugoslavia comunista condenó al arzobispo Alojzije Stepinac, que está en proceso de canonización, por haber colaborado con el régimen pro nazi croata durante la II Guerra Mundial. La corte ha argumentado que aquel veredicto "violó de manera burda los principios del derecho penal de aquel entonces y de hoy".

Alojzije Stepinac salió de la cárcel en 1951 y fue sometido a arresto domiciliario hasta que murió, en 1960.

En 1952, el Vaticano lo nombró cardenal.


Stepinac rechazó el indulto que le ofrecieron en su día las autoridades yugoslavas, ya que reclamaba una repetición del juicio algo que, según el tribunal, será posible con la sentencia de hoy.

En 1998, el papa Juan Pablo II beatificó a Stepinac y actualmente en el Vaticano está en curso un proceso para nombrarlo santo, algo a lo que se oponen la Iglesia Ortodoxa Serbia y el Centro Simon Wiesenthal de caza de criminales de guerra nazi, ya que siguen considerando que fue un colaboracionista.
ABC.es

Que noticias de meeeerda que nos tiene acostumbrados el mundo moderno. Hacen resumenes solo para hacerlas cortas y que "el hombre ocupado" pueda leerlas.

La noticia no dice por que es acusado de colaboracionista ni por que es beato camino a la santidad! Es ridiculo!

No estan hablando de algo conocido, deberian explayarse mas!!!
 

Sebastian

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La agenda de Himmler muestra a una “bestia repleta de contradicciones”

Hallado en Rusia un cuaderno escrito por los colaboradores del sanguinario jefe de las SS



Enrique Müller
Berlín 4 AGO 2016 - 21:16 CEST

Heinrich Himmler, el líder de las SS, el 1 de enero de 1939. AFP
Cuando el historiador alemán Peter Longerich presentó, hace ocho años, en la Feria del Libro de Fráncfort, su extensa biografía sobre Heinrich Himmler, se formuló una pregunta capital: "¿Cómo pudo un personaje mediocre alcanzar tanto poder?". Longerich necesitó más de 1.000 páginas para reconstruir la vida del hombre que pasó a la historia como el "genio del mal" del III Reich y buscar una respuesta adecuada para explicar la metamorfosis criminal de un joven bávaro, solitario, tímido y misógino, que se convirtió en un monstruo que soñó con eliminar de la faz de la tierra a todos los seres indeseables, para poder construir los cimientos de un nuevo imperio: la gloriosa Germania.

Himmler era algo más. Gracias al descubrimiento de una agenda, escrita por colaboradores del sanguinario jefe de las SS, en el archivo central del Ministerio de Defensa ruso, en la ciudad de Podolsk, los alemanes ahora saben cómo actuaba este genocida falto de escrúpulos.

La agenda escrita por los colaboradores de Himmler y que describe casi al minuto las actividades que desempeñó el líder nazi en los años 1938, 1943 y 1944, llegó a manos del periódico alemán Bild, que inició el lunes pasado la publicación por entregas de los documentos. La agenda está siendo analizada por el Instituto de Historia de Alemania de Moscú, que tiene previsto editar un libro con el material, más de 1.000 páginas mecanografiadas.

"Son documentos de una gran importancia histórica", dijo el director del instituto, el profesor Nikolaus Katzer, citado por el Bild. "Himmler era una bestia repleta de contradicciones", admitió al periódico el historiador Matthias Uhl. "Por una parte era el ejecutor de fusilamientos masivos y planificó hasta el mínimo detalle el Holocausto. Pero también era un personaje hipócrita, que se preocupaba de su ejército, de su familia y sus amigos”.

La agenda permite saber qué lugares visitó Himmler, con qué gente se reunió y quién pertenecía a su círculo más íntimo. Por ejemplo, lo que hizo Himmler el 3 enero de 1943. Ese día, desayunó tarde, se hizo dar un masaje y habló por teléfono con su esposa y su hija. Terminó la jornada ordenando la ejecución de 10 policías polacos que se negaron a repeler un ataque contra una comisaria. Las familias de los agentes fusilados fueron enviadas a campos de concentración.

Sus notas también describen algunas órdenes dadas a los soldados que custodiaban los campos de exterminio y cómo les instaba a usar sus perros: "Deben ser capaces de desgarrar a todo el mundo, menos a sus adiestradores". El 12 de febrero de 1943, Himmler visita el campo de Sobibor, donde presencia la ejecución de unas 400 mujeres y niñas en las cámaras de gas. Después, pone fin a su visita al campo con un banquete con los oficiales de las SS.

Otro pasaje de la agenda revela que Himmler, descrito por su círculo íntimo como una “persona quisquillosa” a la hora de ver sangre, estuvo a punto de desmayarse cuando la masa encefálica de un judío fusilado en Minsk le manchó el uniforme.

Después del suicidio de Hitler, el fanatismo de Himmler le impulsó a buscar una segunda carrera política, esta vez al lado de los aliados, para combatir la amenaza soviética. Cuando fue hecho prisionero por las tropas británicas, solicitó una entrevista con el comandante en jefe de las fuerzas aliadas, Dwight D. Eisenhower. La entrevista nunca se celebró y Himmler se suicidó el 23 de mayo de 1945 con una cápsula de cianuro que tenía escondida entre los dientes. Su cadáver fue enterrado en algún lugar en las cercanías de Lüneburg.
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/08/04/actualidad/1470307335_113510.html
 

Shandor

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A más de 70 años de la Segunda Guerra, descubren a 8 presuntos criminales de guerra nazis
Alemania
Son cuatro hombres y cuatro mujeres que trabajaron en el campo de concentración alemán de Stutthof.


Investigadores alemanes dieron con la pista de ocho presuntos criminales de guerra nazis, según informó hoy la Oficina Central de Investigación de Crímenes Nazis, en Ludwigsburgo. "Se trata de cuatro hombres y cuatro mujeres que trabajaron en el campo de concentración alemán de Stutthof, cerca de Gdansk" (actual Polonia), precisó el director de esa oficina, Jens Rommel.

Mirá también: La agenda de Himmler: desayuno, masajes y ejecuciones

Los "caza nazis" de Ludwigsburgo han entregado el resultado de sus investigaciones preliminares a diferentes fiscalías. Serán ellas las que decidan si se los puede acusar formalmente de complicidad en el asesinato de miles de personas.

Los hombres se desempeñaron como guardias y las mujeres como mecanógrafas o telefonistas en Stutthof, agregó el fiscal superior. Todos ellos nacieron entre 1918 y 1927 por lo que la clave ahora, más de 70 años después del final de la Segunda Guerra Mundial, será ver si su estado de salud les permite responder ante la Justicia o cumplir penas.



Los expertos de la Oficina Central de Investigación de Crímenes Nazis, cuya misión es llevar a los tribunales los casos que indagan, buscan también a presuntos cómplices de los crímenes del Nazismo en los campos de concentración de Bergen-Belsen, cerca de Hannover, y de Neuengamme, cerca de Hamburgo. La oficina continúa también la investigación de sospechosos nazis en los campos de exterminio de Auschwitz y Majdanek, fuera de Alemania. En todos los casos parte de la sospecha de complicidad en el asesinato de miles de personas.

Rommel subrayó, por otro lado, que poder juzgar a los ocho nuevos sospechosos dependerá en parte de la decisión que tome el Tribunal Federal Supremo respecto a la revisión del caso de Oskar Gröning, conocido como el "contable de Auschwitz". De 95 años, fue condenado en julio del año pasado a cuatro años de cárcel tras ser acusado de complicidad en la muerte de 300.000 prisioneros del mayor campo de exterminio.

Mirá también: El Papa en Auschwitz: “Señor, perdón por tanta crueldad”

Tanto la defensa como la acusación popular pidieron una revisión. Rommel aguarda que no se anule la condena. "Esperamos una postura clara del Tribunal Federal Supremo", subrayó.

Fuente: DPA
 

Grulla

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La secretaria de Goebbels revela cómo el alcohol inundaba el búnker de Hitler
"Necesitamos alcohol para permanecer en un estado de insensibilidad", relata hoy Brunhilde Pomsel, la centenaria secretaria del máximo responsable de la propaganda nazi Joseph Goebbels.
https://actualidad.rt.com/actualidad/216472-secretaria-goebbels-suministros-alcohol


Sale a la luz un secreto trágico de la familia de Hitler
Un historiador austríaco ha encontrado un dato desconocido hasta ahora de la vida del dictador nazi.
https://actualidad.rt.com/actualidad/208854-hitler-hermano-menor-morir


"En 1942 Hitler ya sabía que no vencería a la URSS"
Un documento inédito evidencia que tres años antes de que terminara la Segunda Guerra Mundial Hitler ya sabía que iba a perderla.
https://actualidad.rt.com/actualidad/202785-1942-hitler-sabia-iba-perder-urss
 

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Magda Goebbels, la "madre modelo del Tercer Reich" y su secreto más oculto
El padre de la esposa de Joseph Goebbels, ministro de propaganda nazi, era judío. La mujer escondió ese parentezco toda su vida



Magda Goebbels, tres de sus seis hijos y el siniestro Joseph Goebbels, hombre de extrema confianza de Adolf Hitler y cerebro de la propaganda del Tercer Reich
Johanna Maria Magdalena Behrendt. Con ese nombre fue registrada el 11 de noviembre de 1901 por su madre, quien un año antes había conocido a un comerciante judío de nombre Richard Friedländer, con quien la relación no había prosperado en ese momento.

Pero la vida de la pequeña Johanna Maria Magdalena cambiaría para siempre tres décadas después, cuando en enero de 1932 se casara con uno de los más despiadados jerarcas nazis: Joseph Goebbels. En ese momento "nacería" nuevamente con su flamante nombre Madga Goebbels.

Bajo su apellido escondía no sólo su pasado, sino algo que la hubiera condenado a la muerte: su origen judío. El hecho fue descubierto casualmente por el historiador Oliver Hilmes, quien indagando en los archivos de Berlín llegó a la conclusión de que Magda era judía.


A la esposa del jerarca nazi la consideraban la “madre modelo del Tercer Reich”. Asesinó a sus seis hijos cuando Berlín caía en manos de los aliados
Richard Friedländer se casaría finalmente con la madre de la jovencita cuando ésta tenía apenas siete años, luego de un frustrado matrimonio de la mujer con Oskar Ritschel, un industrial que se negó a darle su apellido a la pequeña.

La historia oculta de Magda Goebbels fue revelada por Hilmes en el periódico Bild. En ella explica los tempranos momentos de la vida de quien sería considerada durante los años de Adolf Hitler como una "madre modelo del Tercer Reich". Incluso, cuando su padre fue apresado en Bruselas y enviado al campo de concentración de Buchenwald, la devota esposa del propagandista nazi nunca intentó salvarlo y dejó que muriera en 1938.


La imagen de Magda Goebbels junto a sus hijos era objeto de propaganda nazi

Otra escena familiar junto al temible Joseph Goebbels
Hace 15 años, la revista alemana Der Spiegel especuló sobre la posibilidad de que Magda fuera judía, pero el artículo quedó en la nada. Incluso, la narración fue alentada por lo que quedó escrito en los diarios personales de Goebbels, quien en 1934 plasmó que su esposa había descubierto algo "horrible" relativo a su biografía que la sorprendió. Sin embargo, nunca se confirmó que esa revelación tuviera que ver con la sangre judía que corría por sus venas.


Magda Goebbels
La familia Goebbels fue durante años un símbolo de la infernal propaganda nazi. Era considerada la conjunción de padre, madre e hijos ejemplar. "La familia aria ideal". "La madre modelo del Tercer Reich". Todas las alemanas debían imitar a Magda. La misma mujer que el 30 de abril de 1945 –cuando Berlín estaba rodeada por las tropas aliadas y por la Unión Soviética– se encargó de envenenar a sus seis hijos y luego se suicidó con su marido en el búnker que los jerarcas nazis tenían en la capital.

Escena de la película "La Caída" donde se recrea el momento en que Magda Goebbels asesina a sus hijos
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TUMBAS DE VERANO
El castillo de la muerte del Afrika Korps
Pocas sepulturas militares son tan imponentes como la fortaleza funeraria en El Alamein que guarda los restos de 4.200 soldados alemanes caídos en la II Guerra Mundial




Fernando Vicente


Es imposible no sentir un escalofrío, incluso bajo el sol de hierro del Norte de África, ante el cementerio alemán de El Alamein, que guarda los restos de 4.200 soldados alemanes caídos en esa gran batalla de la II Guerra Mundial, el principio del fin del célebre Afrika Korps de Rommel, el zorro del desierto. El lugar de último reposo de esa tropa espectral de guerreros fallecidos en el decisivo enfrentamiento librado en 1942 no es un camposanto militar al uso, con sus melancólicas cruces y tumbas individuales, sino un monumental osario colectivo en forma de imponente y amenazadora fortaleza octagonal de piedra, un verdadero castillo de los muertos. Sus muros engastados de torreones emanan, más que una atmósfera de paz y luto, una sensación paradójicamente belicosa de poder y desafío. Como tumba de un contingente derrotado de una nación arrepentida tiene narices. Aquí se hubieran sentido tan cómodos -excepto por el clima- como en su medieval castillo prusiano de Malbork (hoy Polonia) los Caballeros Teutónicos, de espada fácil.

inRead invented by Teads
En El Alamein hay poco que hacer aparte de seguir la historia de la batalla. Para eso la localidad cuenta con un interesante museo -en el que una sonada vez, excitado al ver en una sala la foto del conde Almásy (el de El paciente inglés), que exploró para Rommel, me disfracé de teniente del Afrika Korps gracias a un joven italiano que participaba en unas jornadas de recreación histórica en el lugar y me prestó su uniforme-; y los diferentes cementerios militares: el de la Commonwealth, donde yacen 7.367 soldados aliados incluidos británicos, australianos, neozelandeses, sudafricanos, indios, franceses y griegos; el italiano, un mausoleo en forma de torre blanca en cuyas paredes están inscritos, "all'ombra del tricolore", los nombres de 4.634 soldados -a pesar de los tópicos, los italianos, más de la mitad de las fuerzas del Eje en la batalla, lucharon esforzadamente en El Alamein, sobre todo los integrantes de las aguerridas formaciones Ariete y Folgore (paracaidistas). Y el alemán.

Entras en el recinto alemán, un Totenburg (fortaleza de los muertos), como se denomina a este tipo de edificación funeraria militar, sobrecogido y con la sensación de que guardan el Grial, como mínimo. Parece que te vaya a salir a recibir el gran maestre Siegfried von Feuchtwanger o los Hermanos Livonios de la Espada. En el patio interior se alza un obelisco sobre un pedestal apoyado en cuatro águilas de piedra. Alrededor, 21 sarcófagos de granito (¡los sarcófagos del Afrika Korps!) guardan la memoria de los caídos agrupados por su lugar de procedencia. En realidad son cenotafios, pues los huesos se amontonan en una cripta debajo. Quiso el destino que en mi visita conociera en el solitario lugar a un verdadero miembro (vivo) del Afrika Korps, herr Gottstein, ex combatiente del batallón de reconocimiento (Aufklärung) de la 21ª Panzer, que llevaba flores a sus camaradas y seguía hablando bien de Rommel.

El Totenburg de El Alamein, el último de su clase, empezó a construirse en 1956 y se inauguró en 1959. Es obra de Robert Tischler (1885-1959), arquitecto jefe desde 1926 de la Comisión de Tumbas de Guerra Alemanas (y veterano de la I Guerra Mundial), que también trabajó para los nazis y llegó incluso a diseñar una capilla para un mártir de las Juventudes Hitlerianas. Sorprende el estilo, cuya aura de opresivo luto y solemne tristeza no disimula un tufillo a culto a la muerte heroica y glorificación del colectivo frente al individuo. Resulta extraño que tras la derrota del III Reich la Alemania de la desnazificación y el arrepentimiento pudiera producir semejante monumento de architectura militaris y de manos de un simpatizante de los nazis (a los que encantaba este tipo de cementerio). Probablemente porque era en Egipto. No hay que olvidar que Hitler, de acuerdo con su Speer de las tumbas, Wilhelm Kreis (al que hubo que arianizar de urgencia porque tenía una abuela judía), quiso rodear su futura Europa germánica de un anillo de Totenburgen que exaltaran la muerte en el campo de batalla.

Uno sale del imponente castillo de los muertos germano pensando que una muerte de soldado nunca es buena, pero puestos a tenerla, dadnos un lugar sencillo y propio en el que ser recordados; como las tumbas del cercano cementerio británico (en el que yacen sin más ceremonia hasta cuatro ganadores de la Cruz Victoria) o aquellos seis pies de tierra inglesa que enterraron el coraje del vikingo Harald Hardrada…

La guerra sin odio también mata
En el frente norteafricano de la II Guerra Mundial se acuñó la expresión “guerra sin odio” (Krieg ohne Hass, en alemán) para distinguir la lucha pretendidamente civilizada que se libró allí de la despiadada guerra de aniquilación que se hacía en el Este. Es cierto que hubo algunos insólitos rasgos de caballerosidad y fair play (Von Luck y los Royal Dragoons no se atacaban a la hora del té) y que al Afrika Korps no se le imputaron crímenes de guerra. Pero probablemente todo ello tuvo que ver con que no era un teatro de operaciones prioritario para los nazis, no actuaron en él unidades de las SS (aunque la Werhmacht también sabía cometer crímenes) y la guerra se libró esencialmente en terrenos vacíos, libres de la presencia de población civil. En todo caso, no hay que olvidar que por muy buena fama que se le haya querido dar a las tropas de Rommel (un hombre con muchas fisuras) y su respeto en general a las convenciones de Ginebra, el Afrika Korps era una parte del instrumento de Hitler para la brutal dominación del mundo y sus miembros luchaban por una causa deshonesta como no ha habido otra. En eso, como en su cementerio, también hemos de identificarnos más con Tommy y las ratas del desierto (aunque Monty llegó a sugerir que no se hiciera prisioneros que no estuvieran heridos). Añadamos que la guerra en el Norte de África no dejó de ser una cosa espantosa, de cuerpos despanzurrados y carbonizados, de mutilaciones horribles, de bayonetazos, de sufrimiento, miedo y agonía. Hay que ver lo que te puede hacer un cañón del 88 aunque lo dispare un tipo legal. En una guerra sin odio también te matan.
elpais.es
 

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El único fiscal vivo de los Juicios de Nuremberg tiene un último sueño
Benjamin Ferencz es un héroe del derecho criminal internacional y férreo defensor de la paz. A sus 96 años mantiene la esperanza de un mundo mejor en el que cada criminal de guerra o terrorista sea juzgado



Benjamin Ferencz (Ryan Stone / The Washington Post)
Benjamin Ferencz muerde una pastilla para la tos dentro de su boca: "para aflojar mi vieja garganta", dice. ¿Cómo se puede comenzar su notable historia?

"Nací en un pequeño pueblo en Transilvania, en los Cárpatos" explica, sentado en el living de la modesta casa luego de su jubilación. "Era una casa pequeña, con techo de paja, sin agua corriente ni electricidad" y bromea, "ni siquiera televisión".

Ferencz tiene 96 años. Su memoria asombra, cuando menciona fechas y nombres de la mitad del siglo pasado. Es un hombre pequeño, apenas rozando el metro y medio de altura, pero un gigante de la justicia: es el último fiscal vivo de los juicios de Nuremberg y un defensor de la ley penal internacional que esta a punto de donar millones al Museo del Holocausto de Estados Unidos para promover la paz mundial.

Su caso en Nuremberg, lo que la agencia Associated Press calificó como "el asesinato más grande de la historia", lo define. Se trataba de los Einsatzgruppen, los escuadrones de operaciones responsables de más de un millón de muertes durante la Segunda Guerra Mundial. Ferencz convenció a sus colegas abogados de la post guerra para llevar a los oficiales nazis que formaban parte de esos grupos a juicio. Bien, dijeron, entonces Ben "tu servirás como fiscal del caso".


Juicios de Nuremberg
Ferencz tenía sólo 27 años. Era su primer juicio. Presentó a uno de los testigos que certificó con documentos nazis la masacre de judíos, gitanos y otros civiles con la eficiencia de un banquero.

"Ellos estaban muy seguros de que iban a ganar. Los alemanes son excelentes para documentar las cosas, muchas gracias a ellos!", dice Ferencz con ironía y aplaude.

"La muerte era su herramienta y la vida su juguete", le dijo al juez en uno de los salones con paneles de madera del silencioso Palacio de Justicia. "Si estos hombres quedan impunes, entonces la ley perdió su sentido y el hombre deberá vivir con miedo". La fiscalía descansó luego de dos días. Los 22 acusados fueron declarados culpables.

¿Estuvo nervioso?, "no soy de ese tipo de gente", aseguró. "Ferencz el valiente!", aunque después "mi cabeza explotaba. Nunca tuve un dolor tan fuerte de cabeza en mi vida. Era mucha la tensión". Ferencz debió apartarse luego de eso y dejar a su equipo.


Presos de los campos de concentración del nazismo
El tamaño del salón de la corte limitaba el número de acusados que se podían enjuiciar. "Había cientos de personas responsables", afirma, "¿Cuántos fueron llevados a juicio? prácticamente ninguno".

Luego de los juicios, Ferencz luchó por la restitución a miles de víctimas de la Segunda Guerra Mundial y pidió por la creación de la Corte Criminal Internacional, que entró en vigencia recién en el año 2002 con sede en La Haya. "Mi deseo es que la gente no se contente con mirar atrás y decir 'nunca más', pero luego no hacer nada", explica, "por eso tomé las medidas necesarias para prevenir que eso vuelva a pasar".

Ese es el propósito de su donación de un millón de dólares al Museo del Holocausto de parte del la fundación Ferencz International Justice Inititative. El regalo anual es renovable hasta por 10 millones de dólares. ¿De dónde salió ese dinero? él ex fiscal ahorró lo que ganó de sus salarios relacionados con las víctimas de la guerra.


Benjamin Ferencz, a los 27 años durante los juicios de Nuremberg
Su lugar de retiro en Delray Beach, Florida, un lugar que no le importa mucho a él, parece un cuartel militar de los años '70 con techos españoles de color rosa. Su casa, que compró 40 años atrás por menos de $23.000 dólares, está decorada con muebles baratos que ofrecen el confort necesario. Sus objetos personales son tan pocos que parece haberse mudado ayer.

"Ley, no Guerra, ese es mi lema. Simple. Son tres palabras" afirma, "me causa dolor ver el mundo como es. Pero no hacer nada, no intentar nada, ese es el verdadero error".

Como soldado, alcanzó el rango de sargento en el 3er regimiento del general George Patton, Ferencz estuvo presente en la liberación de varios campos de concentración: Buchenwald, Mauthausen, Flossenburg y Ebensee.

"La historia es básicamente la misma en cada campo", explica. "Los presos trabajaban hasta la muerte. Las condiciones eran absolutamente horribles e indescriptibles, inolvidables. Los guardias huían". Ferencz compartió sus historias durante siete décadas. "Vi presos golpeando a uno de sus captores y quemándolo vivo. Poco a poco."

Se detiene en su relato. Con lágrimas en los ojos saca un pañuelo de hilo de su bolsillo. "Perdón", dice, "pero todavía lo puedo ver. ¿Podría eso detenerse? No. ¿Lo intenté? tampoco. ¿Debería hacerlo? no. Debería haber estado usted allí".


Niños detenidos en los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial
Ferencz pasa sus días en una pequeña oficina con vista a un lago artificial y bandadas de pájaros. En su escritorio, hecho de madera enchapada y rodeado de muebles de archivo, maldice a su computadora por no responder a su mando: "debe ser anti semita esta máquina", bromea.

Neoyorquino gran parte de su vida, Ferencz tiene otra casa en New Rochelle donde crió a sus cuatro hijos. Vivió lo suficiente como para llegar a jubilarse. En medio del tortuoso verano, con calor y humedad, se mudó a Florida por la salud de su mujer Gertrude de 70 años.

Vive de manera simple, invierte de manera inteligente y aprovecha esas inversiones por décadas. "Yo no apuesto. Me gusta lo seguro. Lo simple" dice y muestra sus zapatillas de cinco dólares. Tiene una copia del Kama Sutra en medio de sus libros de derecho penal. Es elegante a su manera. Indulgente al hablar durante cuatro horas.

"Llegué al mundo como un chico pobre. Me quiero ir de este mundo de la misma manera" asegura. "Mi objetivo es devolver la gratitud y las oportunidades que tuve aqui en los Estados Unidos. Siempre intenté durante toda mi vida desde que recuerdo, crear un mundo más pacífico y humano. Uso el dinero con ese propósito. Intento revertir miles de años de tradición y glorificación de la guerra".


Benjamin Ferencz y su equipo en Nuremberg
"El beneficiario de la generosidad de Ferencz es el Museo del Holocausto-Centro Simon Skjodt para la Prevención del Genocidio. Planeamos que su lucha de toda la vida continúe vigente luego de que él ya no esté. Ben vio lo peor de la humanidad" dice Cameron Hudson, el director del centro. "Vio todo de cerca, tener fé en la humanidad luego de ver esas acciones tan primitivas, es realmente sorprendente".

Ferencz vivió para ver muchas atrocidades – Ruanda, Sudan, Siria. Aún así, él cree que "se puede revertir la glorificación de la guerra. Se pueden cambiar los corazones y las mentes, y crear individuos valiosos". Está frustrado por ver como los déspotas y terroristas son eliminados en lugar de ser juzgados por un tribunal. Le hubiese gustado que Saddam Hussein y Osama Bin Laden sean llevados a una corte internacional.

Pero se mantiene optimista sobre los avances de la civilización. "Viví y pasé por un increíble cambio, mujeres que se postulan a presidente, hombres que se pueden casar con otros hombres, transformaciones enormes que no hubiese concebido en mi tiempo" afirma.


Algunos de los acusados durante los juicios
Así es como habla Ferencz, alternando entre discursos sobre la paz global y lo que el llama "las historias de Benny", cuentos que serían dignos de Sholem Aleichem, si Aleichem hubiese crecido en el distrito neoyorquino de Hell's Kitchen y hubiese estudiado derecho en Harvard.

Su familia se mudó a Estados Unidos cuando Ben tenía apenas 10 meses. El padre de Ferencz era conserje. Sus padres se casaron en un matrimonio arreglado -eran primos- y luego se divorciaron. En su infancia, el crimen era la industria de su vecindario. Un tío le dijo: "Vas a ser un buen abogado o un buen ladrón". Ferencz asistió al colegio estatal, donde asistian los inmigrantes en 1930. "No conocía a ningún abogado. Quería ir a la mejor escuela" explica. Alguien menciono Harvard y Ferencz dijo en ese entonces "será Harvard".

Quería lo mejor como seguro y protección, para adquirir respeto. "Porque yo era muy petiso. Muy pequeño. Metro y medio de altura. Eso me dejaba fuera de la fuerza aérea y yo quería ser piloto. No podía alcanzar los pedales. Pero, por suerte, tuve una excelente educación".


Las condiciones de hacinamiento en los campos de concetración eran una de las causas de muerte
Harvard, el lugar donde comenzó sus estudios sobre crímenes de guerra, lo llevó a Nuremberg, pero antes debió servir en el ejército de Patton. Se alistó. "En su típica brillantez, siendo un graduado de Harvard y experto en crímenes de guerra, ellos me asignaron a limpiar las letrinas de los artilleros y hacer todos los trabajos asquerosos que pudiesen existir" y continúa el relato: "¿Por qué? porque era un hombre de Harvard. Nunca volví a hacerme el poderoso y altanero. Porque ahí no importaba. Eran un grupo de idiotas en realidad".

Su rango bajo tenía sus privilegios. Haciendo guardia en uno de los baños, cuenta que pudo ver a Marlene Dietrich desnuda. Como miembro de las fuerzas de Patton, estuvo en Normandía, rompió a través de las lineas de Maginot y Siegfried, y cruzó el Rin para tomar parte en la Batalla de las Ardenas.

Fue condecorado con cinco estrellas pero sostiene que no por su valentía. "Me escondía detrás de cada camión o tanque que podía. Mi arma era la máquina de escribir". A su retorno a EEUU, fue solicitado para Nuremberg. Telford Taylor, su jefe en ese entonces, notó que los registros de guerra mencionaban ocasionales subordinaciones.


(Ryan Stone / The Washington Post)
"Eso no es correcto, señor. No era un ocasional insubordiando" le dijo Ferencz a su futuro socio. "Era habitualmente insubordiando. No sigo órdenes que sé que pueden ser estúpidas o ilegales".

Luego de Nuremberg, Ferencz trabajó durante años en la restitución de los derechos individuales y en organizaciones afines. "Fui conocido como un abogado que tomaba casos desesperados pero fundados en cuestiones morales". Escribió libros de derecho internacional. La Guerra de Vietnam le repugnó, fue "loca y bastante ilegal", afirma. Renunció a la práctica del derecho para dedicarse a si mismo y a la paz.

"Es posible tomar las ideas fundamentales, sostenerlas fuertemente y cambiar. ¿Qué hace a la gente cambiar? a veces el miedo, otras la razón, muchas veces el sentimiento" sostiene. "Hay que enseñar a la gente a ser más tolerante, más compasiva, más comprometida. Eso requiere coraje. Los crimenes son cometidos por individuos, no por movimientos, y se debe llevar a los responsables ante la justicia".

Ferencz vivió lo suficiente para participar en el primer caso ante una corte criminal internacional. A sus 91 años, dio un discurso en el juicio al lider de guerra congolés Thomas Lubanga Dyilo, en Uganda. Pero lejos de estar satisfecho pidió a senadores y miembros de gabinete ser más agresivos contra los criminales de guerra.


Las vias de ingreso a los campos de concentración
Ferencz fue condecorado con medallas, incluyendo la Legión de Honor francesa, medallas militares alemanas y el premio holandés Erasmus. No quiere ver el Museo del Holocausto "sólo como un archivo histórico. Debe hacer más, construir formas de evitar esos hechos en el futuro". En la búsqueda de la paz y en instruir en las leyes criminales internacionales, continúa trabajando con las universidades de derecho de Harvard y Cardozo.

El año próximo es el 70° aniversario del juicio en Nuremberg a las fuerzas del Einsatzgruppen. El último fiscal vivo podrá ser excusado de asistir por ver un partido de baseball o leer alguna novela.

Next year marks the 70th anniversary of the trial at Nuremberg. The last remaining prosecutor could be excused for watching a baseball game or two, or reading a mystery.

Pero de lo contrario, Ferencz no hace nada de eso. Realiza 100 flexiones cada mañana, nada en la pileta comunitaria de su residencia, cuida a su esposa Gertrude por la noche y trabaja en su pequeña oficina maldiciendo a la computadora rebelde.

¿Diversión? Ferencz no tiene tiempo para eso: "Estoy muy ocupado", sostiene, "intentado salvar al mundo".

Por Karen Heller para The Washington Post
 

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Hallan en Polonia una 'cápsula del tiempo' que los nazis habían legado a sus herederos



En la ciudad polaca de Zlocieniec ha sido hallada una 'cápsula del tiempo' que los nazis enterraron en 1934 para dejarla como legado a sus descendientes.


zlocieniec.pl



La antigua ciudad alemana de Falkenbur –ahora urbe polaca de Zlocieniec–, situada en la provincia dePomerania Occidental, encerraba en sus entrañas una cápsula que dejaron allí los nazis en 1934 para sus herederos, informa el portal polaco TVP.Info.

Pese a que la existencia del objeto se conocía y había documentación que precisaba qué contenía en su interior los múltiples intentos de encontrar la cápsula fracasaban. El hallazgo se ha producido durante el estudio de la cimentación de una torre para el almacenamiento de agua que ya no existe. Ahora se ha conocido que sobre el lugar se levantaba una escuela local dirigida a la formación de los futuros líderes del Partido Nazi.

Los investigadores han tenido que superar varios obstáculos para alcanzar el artefacto nazi: aguas subterráneas, una espesa capa de hormigón y hasta bombas que allí dejaron, informa el portal.

La recompensa por todos los esfuerzos fue una cápsula de dos kilogramos de peso, dentro de la cual han sido halladas antiguas monedas, archivos de los periódicos alemanes de aquella época, fotografías y películas sobre la ciudad de Falkenburg filmadas en 1933 con motivo del 660.ª aniversario de la ciudad.
https://actualidad.rt.com/actualidad/218717-polonia-capsula-nazi
 

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CIA investigó a un uruguayo creyendo que era Mengele
Envió al país a un agente a vigilar a un conocido empresario, que aún vive.


El hecho de que el criminal de guerra nazi Joseph Mengele se casó en Nueva Helvecia el 25 de julio de 1958, utilizando su verdadero nombre, es ampliamente conocido. El acta matrimonial que se conserva confirma el paso del "ángel de la muerte" por Uruguay, aunque no existen registros de que haya vivido en nuestro país.

En los últimos años, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) desclasificó muchos documentos que refieren a la caza de nazis luego de la Segunda Guerra Mundial, muchos de los cuales encontraron en América del Sur (sobre todo en Argentina durante el gobierno de Juan Domingo Perón) refugio e impunidad. Estos documentos fueron la base de la serie "Persiguiendo a Hitler", emitida por el History Channel, que maneja la posibilidad de que el führer haya muerto de viejo en América del Sur.

Pero el final de Josph Mengele es bien conocido. Luego de vivir muchos años en Buenos Aires, viajar frecuentemente a Paraguay y pasar sus últimos años en Brasil, el verdugo de Auschwitz se ahogó cuando se bañaba con el agua al pecho en la localidad de Bertioga (estado de San Pablo), el 7 de febrero de 1979. Sin embargo, durante años este hecho estuvo en tela de juicio: los cazanazis Simon Wiesenthal y Hermann Lang-bein sospechaban que Mengele había simulado su muerte en un intento por desaparecer de la faz pública, en la que no tenía problemas de sacarse fotografías y establecer vínculos con vecinos y nuevos amigos. Fue entonces que sus restos fueron desenterrados (había sido sepultado bajo un nombre falso) e identificados por un examen forense.

El cuerpo fue exhumado el 6 de junio de 1985 y el estudio se centró en su dentadura, la cual mostraba un notorio diastema —espacio interdental— en sus paletas, rasgo característico de Mengele. El 10 de junio, su hijo Rolf hizo pública una declaración admitiendo que se trataba de su padre y finalmente en 1992 un examen genético verificó plenamente la identidad.



Expediente sobre Mengele. Foto: Archivos desclasificados de la CIA

Un mes atrás.
Días antes que fueran desenterrados los restos, y ante la presión internacional que reclamaba saber si Mengele estaba efectivamente muerto (Wiesenthal había ofrecido una recompensa de US$ 100 000 por su captura), muchos creían que el "ángel de la muerte" vivía en Uruguay, tras haber comprado —literalmente— la identidad de un conocido empresario local que supuestamente había fallecido en un accidente de tránsito en 1959. La CIA se contaba entre quienes pensaban que este uruguayo podía ser Joseph Mengele y por eso envió a nuestro país, en 1985, a su agente John Herbert, para montarle una discreta vigilancia, según un documento de la agencia en poder de El País.

Pero lejos de haber muerto, aquel sospechado vive todavía en Montevideo. El País se comunicó con sus familiares, quienes pidieron se mantuviera el nombre en el anonimato, por la avanzada edad del empresario (92) y su delicado estado de salud. "Aquello fue un disparate total y un absurdo, nunca tuvo ni pies ni cabeza. Mi familia estuvo un año entero sufriendo por este tema", comentó su hijo.

La investigación de la CIA incluye a varios uruguayos: el secretario del jefe de Policía de Montevideo del momento, Milton Garravantes; un oficial de policía retirado de nombre Juan Andrade (luego propietario de una agencia de detectives); el banquero del sospechado, un alemán de nombre Klaus Roessler que se encontraba en la Cámara de Comercio, un director de la Oficina de Identificación Civil de apellido García; un amigo del policía retirado llamado Israel Sztemberg (que vivía en Argentina); el dueño de un club nocturno que todavía funciona en Montevideo y que es presentado como "informante de la DEA"; un ex vecino llamado Tomas Romang, y el secretario general del sindicato de trabajadores del ramo al cual estuvo vinculado el empresario.

Romang incluso llegó a decir que cuando conoció al empresario, éste tenía "un espacio entre sus dientes frontales superiores, que ahora ya no lo tiene".

Punta Ballena.
El agente de la CIA comienza relatando la vigilancia que montó a la casa de veraneo del uruguayo. Su misión en el país fue de 21 días: del 9 al 30 de abril de 1985.

"Lo vi junto a su esposa el sábado 13 en su casa del balneario Punta Bayana (por Punta Ballena). Punta Bayana está completamente vacío durante la temporada baja, todas las casas están cerradas, todos los restaurantes están cerrados. No hay un solo ser humano en la playa. Era por lo tanto muy difícil para mí observar la casa. Noté que era el único en la zona que pasaba cada fin de semana en el balneario. Me di cuenta que en la parte superior (se entiende que en un lugar elevado) había dos hombres sentados en un balcón, en otra casa, viendo la propiedad (del empresario) durante todo el día", testificó el agente frente a un grabador.

El enviado de la CIA habló con un hombre al que identifica como "Pedro", propietario de una agencia de remises. "Me dijo que la cadena de noticias ABC llegó desde Miami con tres hombres y 29 maletas y se instaló en el hotel Victoria Plaza. Contrataron tres remises y fueron con todos sus equipos a la Cancillería, donde solicitaron una entrevista con el ministro. Afortunadamente, llevaron a Pedro todo el tiempo, para ayudarles a cargar las cosas. Él también hizo de intérprete. Ellos le dijeron al canciller que sospechaban que esta persona era Joseph Mengele y que querían entrevistarlo".

Herbert continuó: "El ministro llamó al empresario, quien se presentó en el Ministerio. Cuando le mostraron la evidencia circunstancial, se indignó y les dijo en términos inequívocos que él era realmente quien decía ser. Luego llamó a su hijo a la fábrica, quien apareció como testigo. El hijo le dijo a la gente de ABC: Éste es mi padre y siempre ha sido mi padre".

Los empresarios llevaron después a los enviados de ABC a una escuela en la que el sospechado se había graduado hacía más de 50 años. Él se reconoció en una vieja fotografía.

"También fueron a la fábrica, en la que él les dijo que había trabajado toda su vida. En ese momento, el equipo de ABC se convenció de que todo fue un error. Se disculparon, fueron de vuelta al aeropuerto y se marcharon", detalló el agente.

Tres preguntas a Héctor Amuedo, investigador.
Héctor Amuedo es el uruguayo que más ha investigado sobre la fuga de Mengele. Dos veces fue entrevistado al respecto por el canal History Channel.

1 - ¿De dónde surge la información que vincula a este conocido empresario uruguayo con Joseph Mengele?

La información surgió de un acaudalado miembro de la comunidad judía de Nueva York. Este señor recibió esa información de un ex policía argentino, Saúl Stenzburg, y de Herbert John, un periodista alemán (ellos eran dos estafadores que vendían información falsa sobre fugitivos nazis).

2 - ¿La información también se vendió a la prensa? El documento de la CIA menciona a periodistas de ABC.

Sí. También vendieron la historia a la revista francesa Paris Match y al New York Post. Este último se gastó US$ 50.000 en el asunto. El diario neoyorquino envió fotógrafos que tomaron imágenes del empresario con teleobjetivos. Una mujer dijo que el uruguayo era en realidad alemán y que sus amigos lo llamaban Doctor.

3 - ¿Y qué pasó con esas fotos que fueron tomadas en Uruguay? ¿Fueron sometidas al análisis de expertos?

Las examinó Ellis Kerley, forense que asesoró a la Comisión Warren que investigó la muerte de Kennedy y que luego sería uno de los que viajaron a Brasil a identificar el cadáver de Mengele; la antropóloga forense Peggy Caldwell y el doctor Lawrence Angel del Smithsonian Institution. ¡Todos concluyeron que era Mengele!
ELPAIS.UY
 

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Encuentran en el Ártico una base nazi secreta más de 75 años después
Expedición
Hitler había ordenado su construcción para hacer estudios meteorológicos. Hallaron más de 500 objetos de valor histórico.








Un equipo expedicionario del Parque Nacional Ártico Ruso encontró una base secreta nazi en el Artico. Hallaron más de 500 objetos de valor histórico entre las ruinas de lo que fue una base meteorológica. Hitler había ordenado su instalación para recibir informes del clima para las misiones militares. Está situada a 1000 kilómetros del polo norte. El parque nacional ha publicado un video en el que se pueden ver los restos aparecidos en el lugar, conservados por las bajas temperaturas a pesar de que la base estaba destruida.

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La estación, llamada Schatzgraber (caza fortunas en alemán), estuvo en servicio entre 1943 y 1944, y fue demolida durante los años cincuenta.

De acuerdo con los descubrimientos, la mayoría de los objetos de metal se encontraron oxidados, pero el resto terminó protegido por el frío.

La mayoría de estos artefactos, principalmente de cuero y plástico, mostraban la esvástica, y fueron abandonados durante la evacuación de la isla de Alexandra.
clarin
 

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Un Hitler adicto, al frente de ejércitos drogados
Historia

Un estudio del periodista alemán Norman Ohler arroja nueva luz sobre el rol de los estupefacientes en la vida del líder nazi y entre sus tropas.

Adolf Hitler invita a la conspiranoia. Por culpa de la naturaleza tenebrosa del dictador la rumorología sobre el tema se halla siempre en un estado febril. Todos ustedes han escuchado rumores sobre la vida sexual del Führer: que si tenía un solo testículo (un rumor tan popular que acabó en canción infantil), que si era un “coprófilo impotente” (un bulo de chocante eficacia que les coló Otto Strasser, uno de los primeros ERE del partido, a los aliados)... Nada de eso es cierto. Hitler era sólo un heterosexual gazmoño con dos testículos. Bonitos o feos, jamás lo sabremos.

No sucede lo mismo con la drogodependencia del tirano. Las primeras biografías fiables del Führer coincidían en que había sido “adicto a la medicación” y que “tomaba drogas incesantemente” (Joachim C. Fest en Hitler). Trevor-Roper, en Los últimos días de... advertía que su médico personal desde 1936, el “odioso” doctor Morell, tuvo un papel clave en el hábito de Hitler, que lo “inyectaba a diario” y que durante una época empleó en su paciente 28 drogas distintas (“narcóticos, estimulantes y afrodisíacos”). Trevor-Roper ponía énfasis en las “píldoras del doctor Koester” (con estricnina y belladona) y apostillaba que “el control de Morell sobre la vida de Hitler durante los últimos seis meses fue casi absoluto”.

Ian Kershaw desmintió esos puntos de vista en su (casi) definitiva Hitler, afirmando que “Morell y sus medicamentos no eran una parte importante” de la ecuación y que “no puede demostrarse que Hitler tomase anfetaminas”. Confundiendo causa con efecto, Kershaw concluía que, tras el atentado de 1944, “las fuertes dosis diarias de pastillas e inyecciones no podían hacer nada para evitar el deterioro (...) de Hitler”.

Un nuevo estudio del periodista alemán Norman Ohler, El gran delirio: Hitler, drogas y el III Reich, demuestra que eran precisamente esas inyecciones las que causaron el deterioro de Hitler, y que este estuvo artificialmente estimulado cada día desde 1940 hasta el día de su muerte. Y Adolf no era de los que se metía sin invitar. Alemania entera era one nation under a groove. “Un pueblo colocado con la droga del pueblo”.

¡Acieeed Heil!

Norman Ohler ha excavado en fuentes vírgenes (o ignoradas): el dietario personal de Theo Morell, los laboratorios Temmler o el Archivo Militar Federal de Alemania. El resultado son unos hallazgos que reescriben la historia del nazismo y la Segunda Guerra Mundial, alterando para siempre nuestra comprensión de ella. Tras leer a Ohler uno se pregunta cómo tardamos tanto en atar cabos. La Alemania de los años veinte era una gigantesca rave de ingesta galopante y afters en forma de territorios anexionables. En 1926 el país era líder mundial de exportación de heroína (Bayer la sintetizó en 1897), y dominaba el 80 % del mercado mundial de la cocaína (“cocaína Merck”, famosa por su pureza).

En 1937 Fritz Hauschild, de Temmler, sintetizó la metanfetamina, que se comercializó con el nombre de Pervitin. Los nazis, expertos en rogar a Dios y arrear con mazo, vieron en aquel medicamento mágico una antidroga multiuso que sustituía el “morfinismo” del “judío intelectual de la gran ciudad”, y que a la vez contrarrestaba la “denegación del rendimiento” del pueblo. El Pervitin se vendió como churros (incluso salieron al mercado bombones de meta) y a partir de 1939 empezaron a considerarse sus aplicaciones militares.

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El “decreto sobre sustancias despertadoras” del 17 de abril de 1940 tenía nombre de elepé de Future Sound of London y ratificaba la apuesta de Ranke por una droga química, empujando hacia un uso regulado de la sustancia. La posología que se recomendó a las tropas fue de pastilla diaria, dos “para prevenir” por la noche y, “en caso necesario, una o dos más cada tres o cuatro horas”. Para aquellos de ustedes que no hayan probado el MDMA, esa cantidad es lo que el psiconauta Terence McKenna calificaría de “dosis heroica”.

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El gran misterio de Dunquerque (¿por qué la Wehrmacht detuvo su avance majara y permitió que los aliados evacuaran la zona?) goza hoy de una explicación plausible: Göring, loco y opiómano, convenció a Hitler de que aquellos dos drugstore cowboys de los pánzers no podían llevarse el mérito, y que convenía culminar la ofensiva occidental con una victoria aérea (que sólo tenía sentido en su deslavazada mente de crackhead). Göring, que decía que “controlaba” pero ya hacía tiempo que había pasado el Rubicón yonqui, metió la pata y Alemania perdió su única oportunidad de vencer. Desde ahí fue todo descenso, como en la peor resaca de éxtasis de la historia, por mucho que esta Mákina Total nacionalsocialista continuase experimentando con cócteles de fármacos para submarinos de bolsillo u operaciones aéreas. Como el famoso D-IX, un speedball de tal potencia (5 mg de oxicodona, 5 de cocaína y 3 de metanfetamina) que producía “parálisis paulatina del sistema nervioso central” y obstaculizaba más que contribuía al esfuerzo de guerra.

El paciente A.:

Hoy sabemos que el destino del pueblo alemán estuvo durante casi quince años en las manos de un mostrenco que iba más puesto que Peter Tosh el día de la independencia de Jamaica. La culpa de todo ello, leemos, fue del doctor Morell, un tío repugnante incluso para estándares del Reich, donde la competición sarnosa era dura. Definido como “curandero” tiralevitas, incapaz, pomposo (la SS le prohibió que vistiera de uniforme, tras ver que el medicucho se paseaba por ahí con un machihembrado de fantasía castrense), cobarde y pesetero (“su único Dios era la riqueza”), Morell se había hecho famoso en el demimonde berlinés por sanar enfermedades venéreas, y entró en contacto con el Führer tras tratarle a Heinrich Hoffman, reportero gráfico del NSDAP, una “enfermedad delicada” (gonorrea). Cuando Hoffman, agradecido y con el pene en estado de revista, invitó a Morell a una cena en su palacete, allí estaba el mismísimo caudillo. Hitler, ávido de una cura para sus “flatulencias atroces” (sic), secuestró a aquel matasanos “de hablar poco articulado y con las costumbres higiénicas de un cerdo” (Trevor-Roper dixit) para su residencia alpina. Desde entonces y hasta la muerte del dictador, aquella figura “mofletuda”, con “nariz de patata” y “sudor constante” sería inseparable de Hitler, en una simbiosis que tenía trazas de posesión infernal.

Las consignas eran: eliminación inmediata de los síntomas del “Paciente A.”, como llamaba Morell a su cliente, y “restablecimiento inmediato” del jefe de Estado. Un plan ideal para Morell, quien en todo caso no hubiese sabido tratar a su paciente de un modo hipocrático, y quien empezó a utilizar una política de bufet libre de jeringazos. Morell acompañó a Hitler a la Guarida del Lobo cuando empezó la ofensiva oriental en 1941 y el líder sufría un ataque de cagarrinas, y aplicó sus inyecciones. En 1943, cuando el paciente A. padecía un terrible estreñimiento, aplicó nuevas inyecciones. La célebre anotación “inyección como siempre” aparece a diario en los cuadernos de Morell desde verano de 1943.

¿Qué había en aquellas jeringas? Las 28 drogas que mencionaban los viejos biógrafos y un notable hallazgo: Eukodal (oxicodona). Un opioide tumba-mulas que doblaba en efecto analgésico a la morfina y cuya sensación de bienestar tóxico era muy superior al de la heroína. Y no dejaba KO.

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Por supuesto, no hay yonquis longevos. Todo el esta-sí-esta-no le acabó pasando factura a Adolf, quien a comienzos de 1945 ya era un despojo incurable. Dejó los estimulantes en enero (los suministros de Eukodal se agotaron), y entró en un brutal síndrome de abstinencia que le incapacitaría del todo para el mando. En abril de 1945 despidió a Morell (inútil camello sin producto), que procedió a volverse loco de inmediato y ni siquiera fue capaz de declarar en Núremberg (murió demente en 1948). Y ustedes ya saben lo que sucedió el 30 de abril en el búnker: Hitler se suicidó con ácido dianhídrico y un tiro en la cabeza, tras haber sumido a un mundo entero en la oscuridad.

Hoy vemos que todo aquello no fue un “triunfo de la voluntad”, sino el efímero subidón de un superyonqui. Las sustancias adictivas quizás no descarriaron a Alemania, pero, como resume Ohler, aceleraron un hundimiento que ya estaba predestinado de fábrica
clarin
 
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